Cuando el establecimiento textil de La
Emilia, ubicado en el vértice norte de la Provincia de Buenos Aires, limitando
con el Arroyo del Medio que divide esta provincia con la de Santa Fe, cumple sus
primeros 50 años de vida (1942), la actividad industrial era plena, con motores
y turbinas de dos mil caballos de fuerza, empleando a miles de obreros, los
cuales ya recibían el mentado salario familiar[1]
A mitad de siglo, el auge económico producto de
sus exportaciones, aumenta grandemente su producción generándose 2.486.580 Kw
para uso industrial.
El gobierno nacional había creado entonces el Banco Nacional
de Desarrollo (BANADE) para promover a través de créditos industriales, el
desarrollo industrial.
Con la finalidad de expandirse económicamente y reinvertir
en el establecimiento textil, la firma LA EMILIA ITSA se vincula con el BANADE
en 1949. Más tarde el entonces Ministro de Economía de la Nación del nuevo régimen,
Ing. Álvaro Alzogaray procede a visitar la fábrica textil en una denominada
“visita de cortesía”.
Por su parte “la industria nacional de entonces sufre otro
fuerte impacto como consecuencia de la devaluación producida durante el fugaz
ministerio de Pinedo, se elevan los precios de las materias primas, aumentaron
los impuestos y la tasa de interés”[2]
Para 1963 -64 inundaciones diversas azotaron la
localidad y el establecimiento
textil, ocasionando millonarios daños por valor de 35 a 40 millones de pesos,
de entonces.
Consecuente con esta situación, en 1964 fallece Leodegario Córdova,
hijo de los fundadores y quien había impulsado enormemente el desarrollo de la
empresa textil.
La fábrica recibe promesas de ayuda por parte del Gobierno
nacional y por dicho motivos, a fines de 1964 el Presidente de la Nación Dr.
Arturo Illia, en compañía del gobernador de la Pcía. Dr. Marini, visitan el
establecimiento.
En 1965 y 1966 nuevas inundaciones ocasionadas por lluvias de
hasta 450 mm ocasionan nuevas y graves pérdidas económicas.
La mentada ayuda financiera prometida por el gobierno radical
no pudo llegar en virtud de que en 1966 se produce el Golpe de Estado de Onganía.
Como consecuencia de ésta grave situación económica, la
empresa textil en 1968/69 procede a abrir un registro de retiros voluntarios del
personal, así como también se realizan algunos despidos. Ese año, 1969, LA
EMILIA ITSA contrae importantes préstamos del BANADE.
En 1970 el gobierno nacional dicta la ley 17.507 conocida
como Ley de rehabilitación Industrial a la cual se acogen cerca de 300 empresas
que venían soportando una profunda crisis económica.
Se recibe un nuevo préstamo que juntamente con la
consolidación de sus pasivos oficiales significan la posibilidad de mantener la
fuente de trabajo. Este préstamo se lleva a cabo de tal forma que funcionarios
nombrados por el BANADE tomarían parte activa de la administración y fiscalización
de la empresa en calidad de directores y síndicos de la S.A.
En Marzo de 1976 se produce el
Golpe de Estado del denominado Proceso de Reorganización Nacional. En
Junio de ese año, la tasa de inflación había alcanzado un índice inferior al
4% mensual. Así y todo, los intereses crecen día a día y los costos
industriales también. Se producen una retracción de la demanda como
consecuencia de la caída del salario real “que hace sentir en una empresa
estacional de productos perecederos su coletazo mortífero”[3]
Proceden a bajar las ventas, suben los costos
financieros y las posibilidades de exportación se van esfumando como
consecuencia de una paridad cambiaria irreal que también permite la entrada de
productos importados acompañada de una rebaja arancelaria. Nos invaden los
productos textiles importados, incluso por kgrs.
En 1978 se produce otra inundación que penetra en el
establecimiento textil ocasionando nuevamente numerosos daños. El Directorio,
en su mayoría estatal resuelve solicitar apoyo económico y financiero a la
banca oficial, principalmente al BANADE. La empresa como consecuencia de la
grave situación, procede a suspender al personal. El BANADE para paliar este
inconveniente sugiere solicitar en lugar de crédito, un aval en moneda
extranjera que es obtenido de un banco del exterior.
Los altos intereses alcanzan tasas impredecibles. Como
consecuencia del atraso del pago en las quincenas, el personal de la fábrica va
a la huelga. Gracias a influencias de amistades militares, el BANADE otorga otro
crédito a La Emilia ITSA por 50 millones de pesos nacionales a una tasa del
344% anual efectivo para poder solucionar los problemas de la huelga; una tasa
tremendamente usuraria. Además se le abona el sueldo al personal, pagándoles
con telas, frazadas, y colchones producidos por el establecimiento o conseguidos
de sus deudores. Cuando se terminaron estos, se procedió a pagar con bonos
canjeables por comestibles en comercios de la zona que aún existen.
Finalmente frente al pedido de quiebra de varios financistas
que estaban a la espera, la empresa textil solicita su convocatoria a acreedores
en 1981. El “industricidio” del
Proceso (como lo denominara el último director Isidoro Córdova), se cobraba
otra nueva víctima.
Ricardo Darío Primo
[1]
PRIMO Ricardo,
Esplendor y Ocaso de La Emilia Industrias Textiles S.A. , 4to Encuentro de
Historia Regional del Sur Santafesino y Norte Bonaerense, Theobald, 1994, Pág.
85
[2]
CHIARAMONTE
José Carlos, NACIONALISMOS Y LIBERALISMO ECONÓMICO EN ARGENTINA,
Hyspamérica, Biblioteca Argentina de Historia
[3]
CORDOVA
Isidoro Augusto CARAMELOS SÍ, ACEROS NO, El Cid Editor, Bs. As.
1983.
ACERCA DE LA CONDUCTA PREVENTIVA EMPRESARIAL DE MOTOMEL. Resulta incomprensible la nula conducta preventiva, acerca de la debilidad de sus instalaciones en La Emilia con la repetición histórica de anegamientos de fines del siglo XIX y de mediados de la década de 1960. No advirtieron a las autoridades competentes hidráulicas bonaerenses, los inmensos riesgos que significaba el Terraplén con muy insuficiente alteo de resguardo de seguras nuevas inundaciones; y, sin avisarles que la falta de un Vertedero haría romper la pared del terraplenado ante un muy factible desborde sobre la presa de tierra. La Empresa Motomel, no solamente no dimensionó nunca la gravedad de las inundaciones 1898 y 1966, sino que sobre el terraplén que bordea su propiedad industrial, comenzó con ingeniería civil, una destrucción parcial del terraplenado, por lo que provocó filtraciones en la última inundación del 17 de enero de 2017. Quizás, una Pericia Hidráulica Judicial, en el Fuero Contencioso-Administrativo, ayude al Juez interviniente a deslindar las responsabilidades civiles y penales de esa Empresa, en ocasión del filtrado de agua del Arroyo del Medio.