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Los jueces federales, aterrorizados ante el posible regreso de Cristina Kirchner

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Veletas y arbitrariedades
Veletas y arbitrariedades

“Señora de ojos vendados, con la espada y la balanza a los justos humillados no les robes la esperanza. Dales la razón y llora porque ya es hora”. María Elena Walsh

 

Debo confesar, sin ambages, que la principal sensación que hoy me embarga es el asco; es tan fuerte que he asumido el compromiso íntimo de dejar de ejercer mi profesión de abogado, después de más de cincuenta años, tan pronto concluya el último juicio que atiendo.

En la Argentina, la Justicia ha dejado de existir hace tiempo, pero las manifestaciones actuales de esa muerte son tan graves que no podría aceptar nuevos clientes a los cuales prometerles proteger sus legítimos derechos. Porque ya no sé si serán juzgados con apego a la ley o si, por el contrario, serán víctimas de la arbitrariedad y de la ignorancia de los jueces o de los inmundos intereses políticos o monetarios de los poderosos.

Estamos asistiendo a un trágico sainete: los tribunales orales federales que habitan en Comodoro Py se han dedicado los últimos días a jugar a la “mancha venenosa” con las causas en las que se investigó -y se deberían juzgar- los hechos que jalonaron el período en que se produjo el mayor saqueo que pueda recordar nuestra historia. Ningún juez quiere asumir esa tarea porque los duros vientos de la política están impactando en las veletas que coronan sus testas, que son las que siempre determinan los procederes de los magistrados, que especulan con los plazos procesales para evitar asumir las obligaciones que el ejercicio de sus cargos implica.

Traduzco: ante la probabilidad de un regreso del kirchnerismo al poder, y sabiendo de la espada vengadora que trae en la mochila, el terror cunde en los despachos y los pasillos del emblemático edificio. Los tribunales recurren a triviales argumentos para apartarse de las causas más resonantes –Los Sauces, Hotesur, etc.- y enviarlas nuevamente a sorteo para que otros colegas se hagan cargo; éstos, a su vez, repiten el procedimiento y la calesita sigue girando al ritmo del tango “Las cuarenta”.

Todo eso implica que Cristina llegará a las distintas etapas electorales sin haberse sentado en ninguno de los juicios orales que la afectan. En ese objetivo coinciden su preocupación por la suerte de su hija, la cobardía de los jueces y la intención del Gobierno de tenerla como único sparring en las elecciones de octubre. ¿Terminará todo esto en impunidad generalizada que garantizará el peronismo, como siempre ha hecho a lo largo de la historia?

Esta situación no es nueva, ya que viene repitiéndose ininterrumpidamente desde que el menemismo prostituyó a la Justicia federal con sobres de dinero que repartía, comprándole impunidad, la Secretaría de Inteligencia del Estado con sus fondos reservados.

Pero el episodio de la ya innegable fuga de Florencia Kirchner a Cuba, inexplicablemente autorizada por quienes debían impedirla, es la frutilla que coronó el indigesto postre. Y su sabor se hace más desagradable aún con la condescendencia y tolerancia que muestran los jueces ante su notoria desobediencia a las órdenes de presentar su historia clínica y regresar al país. ¿Dónde está entonces la igualdad ante la ley?

Ahora están preocupados por el vencimiento de la prisión preventiva de Lázaro Báez, ya que ha pasado en prisión tres años, y sólo la extendieron por ocho meses más. ¿Y qué hay de los presos políticos del kirchnerismo, 500 de los cuales llevan más de diez años en esas condiciones, mientras Cambiemos mira para otro lado?

Y qué decir del escándalo que constituye la causa instruida por el Juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, donde ruedan en el fango vociferantes y arrepentidos espías, falsos abogados, extorsionados y extorsionadores, ofreciendo un espectáculo indigno por donde se lo mire.

Pero, ¿qué se puede esperar de los tribunales inferiores si la propia cabeza del Poder Judicial, la Corte Suprema, se ha convertido en una bolsa de gatos, que exhibe impúdicamente sus bastardos “sensualismos de camastros”, como diría Leopoldo Lugones?

¿No fue su ex Presidente, Ricardo Lorenzetti, quien se dio el lujo de decir públicamente que la persecución a los militares que derrotaron a la subversión, desatada arteramente por Néstor Kirchner, era una “decisión consensuada” con los demás poderes como política de Estado?, ¿no ha ratificado ahora esta Corte que para ellos no rigen los esenciales principios de inocencia y de ley más benigna?

Es la primera obligación de todos los ciudadanos luchar para recuperar la Justicia, porque ella debe ser la verdadera defensora de nuestros derechos frente al Estado y la custodia del cumplimiento de nuestras obligaciones para con él, tal como lo establece la Constitución Nacional, ese contrato que nos permite vivir en sociedad, que firmamos y hemos dejado de cumplir hace muchas décadas. Con una Justicia preparada, imparcial y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será.

 
 

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  1. Vaya contradicción manifiesta!, desarrolla el mayor espacio, como juez y parte con un solo ojo y luego para disimular cierra apropiandose una verdad evidente, que es la de las mayorias que estamos en medio de la disputa de intereses o pasiones y que pagamos el costo, que nos propinan en los cambios pendulares de uno u otro bando. La mejor justicia no es la que nos permite todos nuestros berrinches como niños maleducados, que adquieren hábitos de impunidad o venganza desde chiquitos, y tampoco es comparable al padre insensato que conciente las travesuras grosas de sus propios hijos como forma de vida y no duda ante un revés hacer justicia por propia mano sobre el hijo de otro en las mismas circunstancias y de paso romperle la nariz al Padre, imputandole la falta de límites en los que lo ha criado. La verdadera justicia como su misma estatua lo representa, con sus ojos vendados para no hacer diferencias por apariencias y solo hacerlo por conductas, la balanza para colocar en un plato los agravantes y en el otro los atenuantes relevados precisamente de los hechos, y la espada de doble filo para darle un certero corte a la injusticia o para condenar al rebelde a la constitución y la ley. Esto evita las desproporciones, igualando a todos los ciudadanos ante la ley, y no habría ninguna posibilidad de torcer la ley por el poder ejercido por la extorsión o la fuerza de cualquier dominador, por el número, la influencia o su capacidad económica para permanecer impune, con lo cual nadie tendría la necesidad de mendigar un derecho sometiendo su dignidad a una parcialidad temporal o bancarse la injusticia pasivamente para esperar el cambio pendular y consumar la venganza planificada más allá de lo razonable. La democracia nos pertenece, con sus carencias y beneficios y para que se perfeccione no podemos dejar de interesarnos en las facultades limitadas que delegamos con fines determinados exclusivos de servicio de nuestros funcionarios empleados a título oneroso en cumplirlos, y todos tenemos la obligación de señalarle los errores, omisiones o dolos cometidos a el poder de turno, pues el consentimiento ciego y cobarde no beneficia a nadie y perjudica a todos, incluidos los autores, consumadores, participes y sus cómplices.

  2. Venías bien Avogadro hasta que dijiste "los militares que derrotaron a la subversión". Debo inferir entonces que acordas con la idea de "guerra" pero no con la idea de "justicia". Si esos tipos cometieron delitos, se los juzga y se les impone una pena, lo cual no fue el caso ni por asomo. Conclusión: sos un nazi de octava. Te aclaro que no adhiero ni a cfk ni a la izquierda autóctona.

  3. Miguelete, si fue una guerra y lo malo es que no fueron 30 mil, tendrían que haber sido 50 mil, y tal vez hoy no estaríamos como estamos.

  4. Mierda.... Hoy cualquiera que no piense como el vulgo, y copie lo que digan los demas, del bando que sea, o es un sionista o un nazi. No hay terminos medios. Que mediocridad tan grande que tenemos los argentos. Por eso, es que pasaron 70 años y otros 70 años mas pasaran y seguiremos en el mismo pozo.

  5. Miguelete. SI fueron juzgados. Pero el tío Cámpora cuando asumió la presidencia lo primero que hizo fue abrir las cárceles y liberar a quiénes después formaron parte de el ERP y MONTONEROS. No fueron limpios en su lucha, no les importaba quien moría. No olvidar que las andanzas de estos chicos empezaron con la vigencia de un gobierno democrático. Aclaro que no estoy de acuerdo con lo que hicieron los militares ya que contamos la historia, que sea la verdad y no solo una parte.

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