La grieta política de la tradicional Feria del Libro en La Rural se nutre en cada nueva edición de espectáculos bochornosos: ya sea de censura de películas e incidentes en la presentación de libros (1), etc. Son resabios de violencia política que vuelven. Aquellas heridas de los intolerantes y resentidos al cambio democrático y republicano que no cicatrizan. La barbarie que se resiste a la civilización. Hoy como ayer, los violentos de siempre, han dado el presente en la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
En esta oportunidad, fue el turno de la periodista del multimedios Clarín, Maru Duffard, quien contó en el programa La Tarde de CNN, de la internacional cadena de noticias, como vivió los agravios que sufrió de parte de un grupo de exaltados militantes kirchneristas, el día jueves 9 de mayo de 2019. “Nos escupieron y nos tiraron de los pelos”, inicia su relato. Vaya desde aquí, nuestro más enérgico repudio por la agresión canalla y mi solidaridad con la colega periodista María Eugenia Duffard.
Su testimonio: “Había un odio y furia contenida que no me esperaba” / “Soy muy cabrona pero era claro que querían que reaccionara. Me banco que canten atrás de cámara, pero que intenten sacarme del aire porque una persona pregunta lo que a vos no te gusta me parece violento.” Por último, la cronista que cubrió la presentación del libro “Sinceramente”–de la senadora procesada por la Justicia argentina –Cristina Fernández, expresó: “que estos incidentes sean noticia es un bajón para mí y para todos. Siento que era más interesante el análisis político, saber quiénes faltaron o quiénes estaban”.
Interconsulta con el Derecho
Parailustrar sobre la tipificación legal del hecho violento, Tribuna de Periodistas, dialogó con dos destacadas fuentes de información: los doctores. María Alejandra Muchart y Gabriel Noriega, ambos letrados de la Asociación Abogados por la Vida: “es un ataque a la libertad de prensa y al derecho a ejercer el trabajo; violatorio del derecho Constitucional” (Art. 14 C.N.). Y continuaron: “bajo la forma de agresión e intimidación pública, es una especie de violencia política , acallar a la prensa libre; con acciones que lesionan directamente los derechos constitucionales; hay en el fondo una lesión al derecho de información de la población, al impedir que desarrolle su trabajo e informe a la sociedad sembrando el miedo, concluyeron los abogados.
Análisis del caso
En el programa radial del periodista Jorge Lanata, Duffard, ofrece la frutilla del postre que condensa de cuerpo entero el caso testigo: “tarada, basura, mentirosa, tenés la culpa del hambre en la Argentina” (Sic). Curiosamente, nadie del popular evento en honor a la literatura, se acercó o le preguntó sobre su integridad física. Así, la descalificación es utilizada sistemáticamente por parte de una ideología política y su militancia como soldados de choque. Son los actos los que definen a las personas: violentos e intolerantes.
Es sabido que el multimedios Clarín, como otros tantos, son lobbies de cuanta ideología contracultura y anticientífica se les cruce alrededor. Por caso, la ideología de género, el multiculturalismo, el dogma del correctismo político, la mitología de la igualdad, etc. Resumiendo, tracciona como plataforma comunicacional del relativismo posmoderno. En esta oportunidad fue una empleada del noticiero que sufrió una agresión manifiesta –verbal y física–en su labor de movilera. Con todo, el grupo AGEA (Arte Gráfico Editorial Argentino), adoctrina y baja línea a sus empleados con el argumento ilógico que cualquier tipo de violencia (si es contra una mujer), es “violencia de género”. Nos tienen hartos con dicho mantra religioso. Para la empresa hegemónica de medios, la periodista sufrió “violencia política”, no de género. ¿Casualidad?...
El avezado lector pondrá el ojo clínico sobre la inacción de los grupos radicales feministas y de derechos humanos, que no se solidarizaron con la reportera. ¿Acaso la violencia que se ejerce desde una ideología panfletaria como el extremismo de izquierda no es violencia? ¿Es lícito que una turba de forajidos golpee, maltraten y escupan a una mujer que no profese ese credo? ¿Deja de ser mujer y de tener derechos a trabajar libremente? ¿No veo las teatralizaciones /los sainetes de los “pañuelos verdes” –que viven de la victimización de la sociedad occidental y liberal–, escandalizarse por una trabajadora de prensa agredida por su actividad? Ominoso: los que dicen defender los derechos de las mujeres hacen mutis por el foro. Así, la mujer del feminismo radical, es un lobo para la mujer: Maru Duffard tomó una cucharada de su propio chocolate. ¡Qué conste en actas!
El caso testigo: una periodista del multimedios Clarín es agredida. Violencia política y no “violencia de género”. Todo sea por mantener la farsa del feminismo. La integridad de una persona no interesa. Los negocios sí.
Nota:
(1) Película censurada: “¡Será Venganza!” (de Andrés Paternostro) y vandalismo en la presentación de “El libro negro de la nueva izquierda” (A. Laje y N. Márquez).