A nadie le importa lo que pasó el 18 de julio de 1994 cuando estalló la sede de la AMIA. Lo venimos diciendo desde 2003, cuando nació Tribuna de Periodistas.
Y no nos equivocamos en absoluto, porque hasta ayer mismo, cuando se hizo el acto por el aniversario número 26, el presidente de la entidad judía, Ariel Eichbaum, habló de “la vinculación de Hezbollah con el atentado a la AMIA”, lo cual según él “está completamente probado en el expediente judicial”. Ello es falso, y el referente de la colectividad hebrea lo sabe. Porque la propia AMIA, junto a la DAIA, han sido parte del encubrimiento y el desvío del camino a la verdad.
La trama real la venimos contando desde que vimos la luz como medio de comunicación. Y nos interesa más que a todos los que se llenan la boca hablando del atentado en sí. Incluso creamos una sección especial sobre el tema AMIA, donde abundan las notas y análisis periodísticos.
Hoy mismo hay una columna escrita por el director de TDP, Christian Sanz, sobre el atentado del 18 de julio de 1994. Allí vuelve a referirse a la trama que todos esconden, la que aparece en el expediente y que permitiría resolver el caso.
No es una historia nueva, es la misma que venimos publicando desde siempre, pero que todos prefieren ignorar, principalmente los gobiernos de turno, desde el menemismo a la fecha.
Las presiones siempre son de afuera, de Estados Unidos e Israel, los principales interesados en que no se sepa la verdad. Y la Argentina termina cediendo. Siempre.
Como si no importaran los muertos, ni los familiares de estos. Como si no interesara que los coletazos de los atentados terminaron con la vida de Carlos Menem Junior.
Por eso, en este nuevo aniversario del atentado a la AMIA renovamos nuestro compromiso con la verdad. Porque a nosotros sí nos interesa llegar al fondo de la cuestión.
Es lo menos que merecen todos los que perdieron sus vidas de manera inexplicable e injusta.