Me llamó la atención que, anteayer, la Justicia de Córdoba no funcionó. Cuando averigüé el motivo, me sorprendió. El Tribunal Superior de Justicia había decretado un asueto total por la muerte de uno de los 500 magistrados cordobeses. Se trata de un juez, Luis Paoloni, que murió por Covid. Me parece bien que el Poder Judicial honre a sus jueces.
Lo que me parece raro es que, por esa razón, se cancele un servicio público tan importante como el de Justicia. Se podría haber hecho un minuto de silencio o un acto fuera del horario de trabajo si la idea es honrar a una persona.
Entonces averigué que ya el 7 de agosto hubo otro asueto generalizado, porque ese día había muerto la empleada de un juzgado.
O sea que parece ser una nueva política del Superior Tribunal esto de dar asueto si alguien fallece. Y uno supone que si dan asueto porque alguien muere por Covid también lo darán si la muerte es por gripe o alguna otra enfermedad, porque no se entendería cuál es la diferencia.
Si es así estamos complicados, porque como este poder tiene 8.000 empleados los fallecimientos son, lamentablemente, muy usuales.
Sólo entre los jueces, fiscales y defensores en actividad hubo en los últimos dos años 9 muertes. O sea que sólo para honrar a este nivel de magistrados se perdería en promedio casi una semana de trabajo al año.
Imaginate si todos se ponen a hacer lo mismo. ¿Vamos a cerrar las escuelas por cada maestra que fallezca? No va a haber clases nunca. ¿Y si el sector privado hiciera lo mismo? ¿Cuántas empresas sobrevivirían?
El tema es preocupante porque la Justicia de Córdoba no está para andar perdiendo así días de trabajo. De los 207 días hábiles que hay entre enero y octubre, la Justicia sólo trabajó con normalidad 115 días, prácticamente ya se perdió la mitad de la prestación del servicio.
Los días sin servicio pleno se fueron vacaciones, recesos extraordinarios por la pandemia, servicios recortados de emergencia y feriados, ninguno de los cuales la Justicia fue capaz de pasarse por alto en un año tan extraordinario. A eso hay que agregarle 9 días de paro que se clavaron los empleados judiciales. De hecho, hoy después del asueto de ayer, están de paro. Finde larguísimo para todas y todos.
¿De qué se quejan los empleados judiciales que, en un año como este, el de la pandemia mundial, el de la quiebra económica, recibieron un aumento de 10% en junio, no sufrieron ni un solo despido y, al contrario, fueron efectivizados 123 empleados?
Se quejan de que hay unos aumentos a nivel nacional que acá no les pagaron a ellos y exigen que se pasen a planta permanente otros 750 contratados (sí, casi el 10% del plantel total de un saque). Para que a todo eso lo paguen los ciudadanos de la provincia, los mismos que no tuvieron servicio de justicia la mitad de los días.
Tanta irracionalidad hace mal, Turco. Yo sólo voy a reiterar una pregunta que siempre nos hemos hecho muchas veces en este programa: ¿En qué galaxia viven los magistrados y los judiciales de Córdoba?