¿Te imaginás a Kuwait prohibiendo la exportación de crudo porque el precio internacional del petróleo es demasiado alto? ¿O a Francia prohibiendo la exportación de Champagne porque los demás países están dispuesto pagar mucho por el espumante? ¿A China prohibiendo la venta de peluches a Estados Unidos porque es Navidad y los precios se dispararon?
Bueno, eso acaba de hacer Argentina con el maíz. Es para bajar su precio interno, con el supuesto de que así no subirán la carne, la leche o los huevos. O sea, para garantizar el alimento de vacas, chanchos y gallinas castigan al que los alimenta. Así de absurdo. Es Francia castigando al que planta vides.
Es una lógica de idiotas. El ejemplo está a mano: el maíz ya vale 12% menos que a nivel internacional sólo porque la Argentina ya castiga al los productores con retenciones. Y además vale internamente mucho menos de lo que valdría si los exportadores no fueran obligados al liquidar sus dólares al precio artificialmente bajo del dólar oficial.
Sin embargo, para el gobierno, la carne, la leche y los huevos siguen siendo “caros” por culpa de los maiceros. ¿No será que la culpa es porque los salarios son demasiado bajos en una economía improductiva, llena de subsidios y ahogada en impuestos?
También es tonto porque esto ya se hizo y ya fracasó. Fue durante los dos gobiernos de Cristina. Terminaron prohibiendo la exportación de carne. Primero porque igual los precios interno de la carne subían. Y segundo porque se empezó a producir menos maíz.
Los que están contentos ahora son los que engordan vacas, chanchos y pollos. Ellos venían alertando por el aumento del maíz. Pero entonces lo que deberían hacer es muy simple: ponerse a sembrar maíz ellos, en lugar de robarles el maíz a los productores. Aún así, cuando les prohíban exportar a ellos también se les va a terminar la alegría.
¿Sabés quién nunca puso retenciones al maíz ni prohibió que se exportara? Brasil. ¿Y sabés qué pasó? Que hasta la década de 1990 Brasil no exportaba maíz. Importaba. Pero en los 2000 empezó a vender afuera. Y el año pasado exportó más que la Argentina, según los datos de Juan Manuel Garzón, economista jefe de la Mediterránea. Pero, además, en el mismo lapso Brasil se transformó en el mayor productor y exportador de proteína animal, que también es maíz transformado.
Es que los gobiernos inteligentes saben que no hay contradicción entre exportación y mercado interno porque la resuelve la inversión. En cambio, los gobiernos idiotas aplican una y mil veces un manual propio de nabos, que kuwaitíes, franceses o chinos no usarían ni locos.