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PODERES OCULTOS II

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SATANISMO, BRUJERÍA Y MAGIA
SATANISMO, BRUJERÍA Y MAGIA

 
     Entre las pseudociencias, encontramos las ciencias ocultas, y entre estas al satanismo, una de cuyas manifestaciones es la licantropía (manía en la cual el enfermo se imaginaba estar transformado en lobo y creencia popular de que el hombre en ciertas circunstancias se puede convertir en lobo, morder y transmitir esa posibilidad a otra persona) es otro invento de la fantasía ligado a la creencia en la intervención del diablo y relacionado también con la brujería.
     Incluso la teología católica aceptó la posibilidad de que el Demonio se posesionara de una persona para transformarla en lobo y cometer fechorías.
     Se han relatado casos de horrendos crímenes registrados en lo archivos de la época, atribuidos a hombres-lobos.
     Jean Nyauld en su libro titulado "Sobre la licantropía", editado en 1615, consigna varios casos de hombres-lobo. Uno de los episodios fue protagonizado por Michel Verdung y Pierre Burgot detenidos por el inquisidor de Besanzón y quemados en la plaza de Poligny. El cargo fue el haber comido a varios niños además de una niña de cuatro años de edad y ¡una cabra! También confesaron haber tenido relaciones sexuales con lobas cuyo placer, según dijeron, superaba el causado por la mujer.
     Otro juicio escandaloso fue protagonizado por un tal Gilles Garnier en el tribunal de Dole no lejos del lugar del caso anterior en el departamento francés del Jura. Este personaje transformado en lobo merodeaba de noche por los bosques y en cierta oportunidad devoró los muslos de una niña de diez años de edad y se dice que llevó los restos de la infortunada víctima a su mujer. Pasado un mes de éste episodio, atacó a otra niña más, pero no llegó a causarle daño porque fue ahuyentado por unos caminantes. Mas en otra oportunidad pasadas dos semanas, atacó en un bosque a un niño de diez años a quien luego de estrangularlo devoró sus muslos, piernas y vientre. El fiscal sacó sus conclusiones y a instancias del doctorado en leyes y consejero del rey del lugar, Billes Garnier, alias hombre lobo, fue condenado a la hoguera y murió quemado vivo. (Véase al respecto de Claude Veuillot Soulié y Gastón Delibes: El exorcismo CS, Buenos Aires, 1991, págs. 198 y 199).
     Se cuentan infinidad de casos similares con variantes folclóricas de cada lugar. He tenido oportunidad de viajar por Chile donde he recogido historias similares como los casos de la isla Chiloé, al sur de la localidad de Puerto Montt: "Una tarde dos hermanos salieron en una camioneta para ir a tomar chicha de manzana en casa de un amigo; pero a su madre no le dijeron a dónde irían, solamente que a dar una vuelta por ahí. Al poco tiempo divisaron por el espejo retrovisor que una cabra iba en la parte posterior de la camioneta. Llenos de sorpresa se detuvieron y ataron a la cabra con intención de asarla cuando llegaran a destino.
     "Estaban felices que les había caído la carne para asado, aunque no se imaginaban de dónde; quizás al pasar cerca de algún cerrito, sola saltó dentro, comentaban...
     "Al llegar a la casa del amigo descienden lo dos hermanos y van a la parte posterior de la camioneta para sacar la cabra; pero ¡oh, sorpresa!... se había transformado en perra furiosa, a la que propinaron garrotazos, puntapiés e improperios, tirándola semimuerta a la vera del camino y a modo de marca, para saber de quién era el animal le cortaron la vulva. Luego entraron en la casa de su amigo y bebieron bastante chicha. De regreso iban comentando lo acontecido y se pusieron de acuerdo para contárselo a su madre; pero cuando llegaron a su hogar, la señora madre ya estaba acostada y al parecer dormida, por lo que no la despertaron...
     "Al día siguiente les llamó la atención que la mamá no se levantara, pues era muy madrugadora; transcurrían las horas y comenzaron a inquietarse. Pensando que podía estar enferma fueron a verla, y cuán grande sería la sorpresa y su dolor al encontrar a su madre muerta. Pasado el momentos de mayor dolor y sorpresa, miraron al suelo donde había un hilillo de sangre, el que siguieron por el camino hasta llegar al lugar donde ellos mismos habían golpeado la perra. Estos hermanos no sabìan que su madre era bruja". (Umiliana Cárdenas Saldivia: Casos de brujo en Chiloé, Santiago de Chile, 1992, pág. 75).
     Se dice en Chiloé que para ser brujo es necesario que el aprendíz cumpla, entre otras, las siguientes pruebas:
     "1. Permanecer durante cuarenta noches consecutivas recibiendo en la cabeza el agua de un río traiguén (río, cascada o chorro de agua) para que le borre el bautismo. 2. Su instructor le debe lanzar a las 12 de la noche desde el cerro donde se encuentra el río, una calavera, la cual él debe recibir sin soltarla. 3. Confeccionar él mismo su macuñ (chaleco luminoso confeccionado con piel de seno de doncella que le sirven a los brujos para volar). 4. Hacer un pacto con el diablo. 5. Hacerse fletas con aceite de cristiano extraído de los cadáveres. 6. Matar a uno de sus familiares queridos".
     "Según el folclore chilote, los brujos pueden volar, transformarse en el animal que deseen, provocar el sueño a otras personas, abrir puertas, hacer crecer o decrecer las aguas de los ríos, ocasionar enfermedades y matar". (Véase: ob. cit. págs. 15 y 16).
     Existe una variante de licantropía rioplatense y según la leyenda, para ser lobisón es condición fatal del séptimo hijo al cual preceden otros seis varones.
     Estas leyendas americanas son variantes de las europeas. El lobisón se conoce en Francia con el nombre de Loup-garou; en Gran Bretaña y Alemania con el de Werwolf, en Italia con el de Lupo Mannaro y en Haití con el de Chauche.
     Pero las zoantropías en las cuales la persona cree ser un animal determinado y de las cuales la licantropía es un caso particular, existió en la más remota antigüedad en que los dioses transformaban a los hombres en animales. Esto lo podemos encontrar en las mitologías egipcia, griega y romana. Por su parte la teología católica acepta dentro del marco de la demonología que el Diablo puede presentarse ante los hombres en forma de perro, de gato cuervo, lechuza, etc., y por supuesto, la superstición añade el vampirismo, creencia popular reavivada constantemente por la cinematografía. ¿Quién no ha visto en esta era del cine una película del conde Drácula?
     Es el demonio que adopta la forma de ese inquietante y "diabólico" quiróptero para chupar (en realidad no chupa, sino que lame) la sangre de los vivos y transformarlos en vampiros es decir posesos de Satanás que van a propagar su estirpe con todas sus variantes. En ciertos pueblos de Europa Oriental se trata del espectro de un difunto que por las noches chupa la sangre de los vivos. Pero la variante más peligrosa es sin duda la creencia, aún en el siglo pasado, también en Europa, de que una persona enferma puede curarse chupando la sangre de un niño, práctica que ha dado lugar a crímenes repugnantes.
   Como podemos apreciar, el mundo de las supersticiones, amalgamado muchas veces con las pseudociencias, puede ser peligroso además de terrorífico.
     Es de notar, que ni los personajes épicos se han salvado de estas influencias, pues la heroína Juana de Arco fue prendida y acusada por su "poder sobrenatural en la lucha, que no podía ser sino diabólico" por poseer el secreto de las prácticas de brujería. Para los teólogos de entonces, siglo XV, tenía a Satán en su cuerpo pues había pactado con el príncipe de las tinieblas a fin de obtener éxito y sus poderes eran realmente supranormales o paranormales, como dirían hoy los parapsicólogos. ¿Cómo explicar sino que una simple aldeana, analfabeta, condujera un ejército con tanto éxito?
     Esta mujer-demonio que sólo deseaba salvar a su patria frente a la amenaza de los ingleses, hoy es "Santa Juana de Arco", pues ante una "Iglesia arrepentida", fue beatificada en 1908 y canonizada en 1920.
     También se atribuían al demonio las espeluznantes prácticas a que se sometían ciertas personas masoquistas como las monjas flagelantes que se hacían crucificar en distintas posiciones; clavar alfileres en la frente, brazos, etc. y recibir cientos de perforaciones en la lengua (hasta más de mil según registros archivados de las Ursulinas de Charlieu), atravesar los dos senos juntos con un enorme clavo, recibir bofetadas, pisotones y "caminatas" sobre su cuerpo, dejarse clavar los brazos sobre unas tablas, con veinte clavos desde la axila hasta el codo y desde el codo hasta la muñeca, y otros suplicios que las "hacían gozar". Todo esto según los más arriba citados archivos. (Masoquismo puro de por medio, según mi óptica).
     La Iglesia no podía aceptar estos horrores como cosas del cielo, "mas eran obras del rey de los infiernos", sin duda.
     También podemos mencionar en estas historias de horrores al mariscal de Francia Gil de Laval, señor de Retz. Valeroso, inteligente compañero de Juana de Arco pero disoluto y cruel a quien se atribuyeron más de 200 asesinatos, siendo ejecutado en Nantes e 1440. De tendencias homosexuales y sádicas obtenía jóvenes varones pagando por ellos con monedas de oro, para someterlos a sodomía maltratándolos hasta causarles la muerte, descuartizarlos y arrojar sus restos a los fosos y las cloacas de los castillos. Su conducta fue explicada por el pacto con el Diablo, igual que la de Juana de Arco pero en este caso con la misión de sacrificar vidas humanas a Satanás. (Véase: Claude Veuillot Soulié y Gastón Delibes: El exorcismo, C S, Buenos Aires, 1991, pág. 279 y sigs.).

     Finalmente, otro aspecto del mundo de ficción, de las ridículas pseudociencias y supersticiones, relacionado con las fuerzas del mal, es la magia. La acción que la define es el hechizo. El "hechicero de la tribu" no ha faltado en las organizaciones primitivas a la par del guerrero, el cacique, el jefe o el rey.
     Una de las prácticas más comunes del que vive en un mundo rodeado de lo sobrenatural donde cree hallar escondidas ciertas fuerzas ocultas, es la confección de una imagen del enemigo para mutilarla y luego desgarrarla y así herir efectivamente al adversario.
     El hecho de la persistencia hasta nuestros días de la práctica de las ejecuciones en efigie hace pensar en lo extendido de este método del daño, en los pueblos primitivos.
     La idea de la magia ha estado tan difundida que muchos se han visto impulsados a escribir "grandes tratados de magia negra" que los supersticiosos no se atreven siquiera a abrir por temor a caer en desgracia.
     El historiador romano Suetonio (70-140) nos refiere que Augusto mandó quemar más de dos mil libros de magia. Esto nos da una idea del ambiente de la época lleno se supersticiones, huérfano de toda ciencia, si hacemos notar que entonces los libros en general eran escasos. Petronio nos habla en sus escritos del secuestro de niños por los hechiceros para elaborar sus hechizos.
     Simón el Mago, contemporáneo de Jesús de Nazaret, realiza notables prodigios. En sus Homilías, Clemente de Alejandría cita el testimonio de un tal Aquila: "Simón hace caminar a las estatuas; se revuelca sobre el fuego sin quemarse, a veces también vuela; convierte las piedras en pan; se metamorfosea en serpiente o en cabra y aparece con dos caras; se transforma en oro; abre puertas cerradas con llave; rompe el hierro; durante los festines hace aparecer fantasmas dotados de las formas más diversas; los muebles de una casa, obedecen a sus órdenes y se presentan por sí solos para el servicio si que sea posible ver quien los pone en movimiento". ( Les homélies clémentines, Rieder, 1993).
     Luego Clemente añade que: "Aquila y Niceto se aseguraron haber sido testigos oculares de innumerables prodigios por el estilo".
     Niceto y Aquila fueron precisamente implacables adversarios cristianos de Simón. Tanto Clemente como los demás cristianos atribuyeron los prodigios de Simón a la magia. Además este mago nacido en Samaria presenta en ciertas circunstancias un verdadero aspecto de brujo. Así lo asegura Berenice, hija de la cananea Justa de Tiro: "Escuchad ahora los otros hechos protagonizados por Simón y que quizás no conocéis. Todos los días hace que aparezcan en plena plaza pública espectros y fantasmas llenando de estupor a los ciudadanos. A su paso las estatuas se ponen en movimiento. Camina precedido por una multitud de sombras que según nos dice son almas de muertos". (Véase: Christophe Bourseiller: Los falsos mesías, Martínez Roca, Barcelona, 1994, pág. 32).
     Para la Iglesia, Simón el Mago representa algo así como un Anticristo .
     Concluimos entonces en que toda esta historia y todo lo que está contenido en montañas de libros que no se citan aquí sobre satanismo, brujería y magia, son muestras alucinantes de un mundo exclusivo de la mente, existente tan solo cuando es pensado por el cerebro, pero cuyas consecuencias nefandas se hallan presentes en el tendal de víctimas que dejan según los testimonios.
     Por su parte las sectas satánicas de hoy día proliferan por doquier, sobre todo en el ámbito cristiano. Si bien no podemos catalogar al satanismo como una auténtica pseudociencia sino como una superstición, cae en cierto modo en aquella al pretender un dominio del mundo por parte de un antagonista del dios bueno creador. No nos olvidemos tampoco de aquellos tiempos en que las ciencias naturales, Darwin de por medio con su impactante teoría de la evolución de las especies vivientes, fueron tildadas poco menos que de diabólicas al destruir miríadas de mitos y religiones del pasado que trataron cada cual de explicar la existencia del mundo, la vida y el hombre.
 
Ladislao Vadas

 

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