Hace pocos días tomé la decisión -creo
acertada- de dar a conocer la crítica situación vivida sin saber a lo que me
habían expuesto empresa y personas auxiliares de la justicia, tras el secuestro
de un automóvil marca VW.
Y hablo de situación crítica, porque esa unidad siguió a
nombre mío durante estos años, incluso hasta hoy. Quién tenga alguna idea sobre
derechos civiles, sabrá muy bien a lo que me expusieron.
Pero parece que ese auto sigue persiguiéndome con su
maldición.
Ahora, cuando una fiscal tomo en sus manos toda la
documentación que recogí para iniciar las acciones correspondientes desde su
fiscalía, mi vida se ve entorpecida y coaccionada por una gran cantidad de
llamados intimidatorios y amenazantes. No sé quiénes son, pero si sé, que las
amenazas no solo son hacia mi, si no, también a mi familia. Cosa que tengo
decidido no aceptar, ni soportar.
CREO QUE PASARON ESOS DÍAS DE TERRORISMO IMPUNE.
Sí, estimados lectores, la situación se ha desviado de su
curso normal de tratar de dilucidar qué pasó, para pasar a ser una carga más,
después de todos los malestares y perjuicios a que me sometió el comportamiento
de Volkswagen Financiera, no cumpliendo con lo pactado según contrato y
lo que dice la ley. Es decir, quitar mi responsabilidad legal de la unidad,
rematar el auto, cobrar su cuenta, devolverme el excedente y no hacerme figurar
en el veraz, por una deuda que había saldado por apremio, y por lo cual, me
perjudicaron durante años al no poder acceder a créditos, financiaciones, etc.
Ahora en medio de una cuestión legal, los “responsables”
seguramente del buen funcionamiento de la mentira armada, están tan nerviosos
que mandan a sus personeros para amenazarme.
Por ello hago pública una denuncia sobre este nuevo apremio a
que me veo sujeto, más allá de la intervención de mi teléfono que solicité a la
justicia. Ahora tengo seguridad de estar cubierto de las amenazas, pero igual
sigo molesto, porque habrá gente que se enterará de quién me llama y de que
habló.
Soy un pequeño comerciante que solo quiere trabajar, quiere
progresar, quiere la verdad de lo hecho por la ley y una empresa que me
perjudicaron y quiero vivir sin miedos.
Si algo me ocurriera, quiero dejar sentado, que hago
responsables a los involucrados en esta situación.
No voy a vivir escondiéndome como si debiera dar
explicaciones, y no, ser quién las pide.
¿Es injusto pensar así?
Miguel Angel Gace
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