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Yo... argentino!

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Es hora de que nos hagamos cargo, de todo
Es hora de que nos hagamos cargo, de todo

No podemos echarle la culpa a ningún imperio ni a una invasión marciana; la derrota más amarga la construimos nosotros, ladrillo a ladrillo". Jorge Fernández Díaz

 

Todas las estudios sociopolíticos y encuestas que se están haciendo ante las próximas elecciones dan cuenta de dos elementos preocupantes para el futuro de la República: el desgano cívico y el terror al contagio de los mayores, y la alienación de la juventud frente a los políticos tradicionales; se suman a una realidad que palpamos, con una injustificable ajenidad, desde hace muchas décadas. La pandemia, el miedo inducido y la “cuareterna” impuesta por el Gobierno a los ciudadanos de a pie han tenido, claramente, una enorme influencia en ese estado de ánimo generalizado, pero es hora de que nos pongamos, como sociedad, a trabajar para escapar de este remolino que nos arrastra, ya no al fondo del mar continental, sino al mismo talud oceánico, del que nadie ha regresado nunca.

Quienes, integrando las clases medias y altas, nacimos cuando comenzó esa decadencia que tanto llama la atención del mundo somos, obviamente, los responsables absolutos de este estado de cosas que, de tan insoportable, empuja a nuestros hijos y nietos a la emigración, cuando tienen esa posibilidad, o a la marginación y la droga, si carecen de ella. Esa innegable culpa surge de la abdicación casi unánime del rol que nos correspondía en razón de nuestra mejor posición económica y cultural, y de las consecuentes obligaciones de dirigir a la sociedad; en lugar de asumirlas, abandonamos la política a manos de los peores exponentes del más abyecto populismo de todos los colores, y así sacrificamos el futuro.

De las generaciones que nos antecedieron recibimos principios morales férreos (honor, coraje, mérito, trabajo, respeto de la palabra), que hemos sido incapaces de transmitir a las que nos suceden, y hemos permitido que el éxito dejara de medirse en logros académicos y profesionales para hacerlo sólo en dinero, sin importar de dónde éste provenga. Y así nos va. Nuestros empresarios comenzaron, hace años, a actuar traficando favores con los funcionarios del Estado omnipresente, al cual reclamaron una protección aduanera que obligó a nuestros compatriotas a comprar caro y malo, porque dejaron de tener relevancia el precio y la calidad ante la falta de competencia; y en ese precio, siempre se incluye el costo de la corrupción, indispensable para triunfar en estas pampas.

Como erradamente creímos que no nos afectaba en forma directa, toleramos que los políticos privatizaran mal y re-estatizaran peor las empresas públicas, y las convirtieran en feudos carísimos e ineficientes, colonizados por el gobierno de turno, usados para robar y rentar militantes. Y cuando el saqueo alcanzó alturas nunca vistas, miramos para otro lado y fuimos cómplices, a conciencia, de quienes nos desvalijaron y volvimos a votarlos. Ni siquiera ejercimos el rechazo y la repulsa social contra los responsables de tantos delitos, que se pasean tranquilamente entre nosotros y son recibidos con alegría en todos los eventos.

Cuando la educación pública comenzó a deteriorarse, quedó en manos de sindicatos politizados y se comenzó a adoctrinar a los estudiantes, nos limitamos a enviar a nuestros hijos a colegios y universidades privadas. Cuando vimos que empezaban a derrumbarse los edificios y toda la infraestructura hospitalaria común, recurrimos a los sistemas de medicina prepaga. Dejamos pasar, sin que nos conmoviera demasiado, el asesinato de un fiscal, y la liberación masiva de corruptos y criminales que volvieron a delinquir inmediatamente y, cuando la inseguridad llegó a nuestras puertas, nos mudamos a barrios cerrados, donde ejércitos privados nos custodian. Cuando faltaron las vacunas por la ideologización y corrupción del proceso de adquisición, viajamos a Miami para inmunizarnos. Y qué decir de nuestra pasividad cuando el Gobierno nos encerró y quebró nuestras empresas, mientras hacía fiestas clandestinas a contramano de sus propios decretos; o frente a la muerte de 111.000 familiares y amigos, a los que no pudimos siquiera despedir y, cuando los recordamos con piedras, éstas fueron desaparecidas por el Gobierno para ocultar su oprobio.

En las relaciones internacionales donde, amén de aislarnos prohibiendo los vuelos y hasta dejando varados a connacionales en el mundo, permitimos sin poner el grito en el cielo que se nos aliara con los peores regímenes del planeta –Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, China y Nicaragua- en materia de libertades y derechos humanos, y sin que se elevara una voz de protesta ante la destrucción del único cuerpo verdaderamente profesional del Estado, la Cancillería, que fue totalmente copada por militantes kirchneristas y puesta al servicio de una ideología que nos es extraña.

Toleramos como borregos la confiscatoria presión impositiva y la aplicación de leyes laborales que conspiran eficientemente contra la creación de empleo y la concreción de inversiones productivas, y observamos, pretendidamente con asombro, la huida de nuestras mayores empresas tecnológicas ante la inviabilidad de trabajar en el país, espantadas por gremios de obreros pobres con cabecillas multimillonarios.

Por todo ello, y en tren de redimirnos, es imperioso que dejemos atrás nuestro pavor y nuestra indiferencia, que hagamos docencia entre nuestros amigos y que vayamos a votar y fiscalizar para evitar que, además de la catástrofe descripta, asesinen a la República robando nuestros votos; la creciente masa de dependientes de la magnanimidad del Estado será arreada y nosotros, los exprimidos para permitir esas nefastas políticas debemos contrarrestar con nuestra presencia esas manipulaciones bastardas.

 
 

7 comentarios Dejá tu comentario

  1. Una sociedad SIN ETICA es vulnerable a todas las infecciones sociales. Empezando por la corrupcción y el trato deshonesto ENTRE LOS CIUDADANOS. Esta degradación se expresa en la desconfianza y en la forma violenta de resolver todo tipo de conflictos en las relaciones interpersonales e incluso intrafamiliares. La REPRESENTACION de ese tipo de sociedad no puede ser ajena a esas actitudes negativas. Es por ello que SE ELIJEN a los gobernantes y legisladores que TOMAN LAS DECIONES para y por los "ciudadanos", que actúan ESPECULATIVAMENTE como "inversores electorales" y con actitud mezquina de corto plazo. Pues se vota a...¡QUIEN ME O NOS DÉ ALGO! y si no me dá nada o deja de dar lo que daba....¡se vota a otro! En un sistema así, con las "defensas bajas", no es extraño que esa SOCIEDAD sea atacada por "virus" como, LOS NARCOS, LA CORRUPCCION PREBENDARIA,EL NEPOTISMO Y DELITO URBANO QUE CORROE BARRIADAS Y PUEBLOS ENTEROS. Esos virus terminan afectando hasta las INSTITUCIONES REPUBLICANAS en todos sus niveles....¡Y así nos vá! ¿Cuando se conoce que una sociedad comienza a sanar? Pues, cuando se convierte en EXIGENTE con quienes VOTÓ, pues si están alli TRAICIONANDO el MANDATO CIUDADANO que le DELEGÓ (no se lo regaló) TEMPORALMENTE EL PODER, es justo que se RECLAME Y DENUNCIE su incumplimiento. Una consecuencia inmediata es SALIR A EXIGIR POR NORMATIVAS DURAS PENANDO LA CORRUPCCION, tanto que implique la INHABILITACION DE POR VIDA para el ejercicio de cualquier FUNCION PUBLICA, incluso la de ser un mero agente publico. Mientras la CORRUPCCION siga siendo objeto de INDIFERENCIA, cambiaran los rostros de los dirigentes y funcionarios del Estado nucleados como CORPORACION (Ejecutivo;Legislativo y Judicial) y practican el "gatopardismo" para quedar siempre exentos. Tal como lo predica Miguel Pichetto y lo ejercitan TOOODOS en forma transversal.

  2. ¡Ah! Y como muestra de la misérrima percepción de la Argentina, la tenemos en EL HECHO CONCRETO de la decisión de Dinamarca de levantar su embajada en nuestro país. Está claro que Argentina es instrascendente para muchos intereses foraneos, excepto para aquellos con los que existe un vinculo promiscuo y que solo beneficia a unos pocos...no a toda una nación.

  3. Desde lo de Fernández Díaz en adelante yo le pregunto adónde está la noticia o ña novedad en todo eso. Nos venís a hablar de clase media para subirnos al camión? Andate sl carajo. Seguís siendo todo lo que decís que lamentás. No me sirve de mada tu sipuesto arrepentimiento porque si no aprendiste nada es sólo más hipocresía. Cuanto más los conozco mas lejos los quiero tener.

  4. Una cosa es ser intrascendente para los demás y otra mucho peor es no existir. Este nos quiere levantar usando nuestra identidad de clase. En la nota de Contarelli a Gómez Centurión, la referencia es Bauman, en los colegios enseñan la historia de Hobsbawm. Por lo visto el muro de Berlín se nos cayó encima. Medio siglo después del Super Agente 86, podemos decir que finalmente ganó KAOS.

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