Seguramente, en más de una oportunidad, usted habrá
escuchado decir, haciendo referencia a un Presidente, la frase “tiene una
oportunidad histórica”.
Más allá de que esta sea una frase hecha, en
casi todos los casos –por no decir todos- fue cierta. Sin dudas el Dr. Raúl Alfonsín la tuvo, allá por fines de
1983 cuando la ciudadanía argentina tenía cifradas esperanzas en él.
Ni hablar de su sucesor, el Dr. Carlos Menem, quien tuvo dos
períodos para aprovechar esa oportunidad histórica. Luego llegó el turno del Dr.
Fernando de la Rúa y la Alianza,
quien sin ninguna duda fue quien más rápido desaprovechó tan preciado
privilegio.
Aquí podríamos hacer un paréntesis y obviar a los Dres.
Ramón Puerta y Eduardo Caamaño, quienes se sabía que ocuparían el sillón de Rivadavia
transitoriamente, pero sí la tuvo Adolfo Rodríguez Saá, quién después de hacer
rimbombantes anuncios el día de su asunción al proclamar la rebaja de sueldos de
funcionarios y no pagar la deuda y ser ovacionado, huyó despavorido en menos de
una semana.
Milagrosamente llegó el menos pensado, Eduardo Duhalde,
quien después de haber anunciado su alejamiento de la política al perder las
elecciones de 1999, por esos artilugios de la política argentina, se encontró
con la banda presidencial.
Y así llegamos al actual Presidente, Néstor Kirchner,
quien gracias a los manejos de Duhalde, consiguió ser Primer Mandatario con un
mísero 22% de votos, de los cuales el 90% se los “prestó” Duhalde.
Pero esto no fue obstáculo para que Kirchner
tuviera también su oportunidad histórica, de hecho, al poco tiempo de asumir, su
imagen positiva ascendió al casi 80%.
Lamentablemente, las oportunidades históricas pasaron
sin pena ni gloria, ya que ninguno de ellos goza de la simpatía, en general, de
la ciudadanía. Recordemos que actualmente, la imagen positiva del Presidente
Kirchner descendió al 45%.
Hoy es el turno de la ¿Dra.? Cristina Fernández de
Kirchner. Y una vez más esa oportunidad histórica se vuelve a renovar.
¿Pero que debería hacer la flamante Presidente electa de
los argentinos para aprovechar esa oportunidad histórica y no pasar a engrosar
la triste lista de quienes la desperdiciaron?
En primer lugar, debería tratar de no cometer los mismos
errores que su esposo, como por ejemplo, prometer cosas que no se van a cumplir,
como la construcción de escuelas, hospitales, viviendas en cantidades imposibles
de realizar, relacionarse con personajes como Hugo Chávez -ah... hablando de Chávez,
promesas incumplidas y mentiras... ¿qué habrá pasado con la construcción de los
buques petroleros que se iban a fabricar en Astilleros Río Santiago? ¿se
acuerda?-, mentir descaradamente con anuncios como las inversiones chinas, los
créditos bancarios para inquilinos y algunos temas más graves, como el manejo
del INDEC, repatriar los fondos de Santa Cruz, extorsionar a intendentes y
Gobernadores con obras públicas, etc.
También sería el momento justo para enmendar algunos
errores y cambiar funcionarios que evidentemente no le dan una buena imagen al
gobierno, como Guillermo Moreno, Romina Picolotti y algunos Ministros como Nilda
Garré, Jorge Taiana y los "gemelos" Fernández.
El punto más importante sería, en definitiva,
solucionar algunos problemas que heredará de su esposo, como por ejemplo:
La crisis energética, la
inseguridad, la inflación, las pésimas relaciones exteriores, los constantes
conflictos gremiales, la anarquía generalizada en las calles con los cortes, los
subsidios indiscriminados
y, por último, tratar de
limpiar y evitar esa imagen que se está cerniendo sobre esta administración que
es la corrupción; aunque, a juzgar por el desarrollo de las elecciones, en
ese sentido ya empezamos mal.
No hay dudas de que Cristina tiene una
nueva oportunidad histórica. Esperemos, por el bien de todos y en especial de
nuestra querida Argentina, que la Sra. Fernández de Kirchner pase a la
historia por haber hecho un buena presidencia, y no por ser la primera mujer
electa Presidente de los argentinos ¿Lo logrará?
Pablo Dócimo