Realmente aún resulta de no entender. Pues
antes de la disertación de la presidente Cristina Fernández de K, se daba por
sentado que sus palabras servirían para que prevaleciera la cordura, la
concordia y el entendimiento. Pero no fue así. Tanto, que los ruralistas se
indignaron al máximo y llevaron su protesta por tiempo indeterminado logrando un
efecto rebote que ni siquiera ellos mismos esperaban.
Tanto, que luego de su alocución en la tarde del martes
25, muchos recordaron aquel malogrado discurso de Fernando De la Rúa anunciando
el estado de sitio, que al finalizar el mismo se sacó los anteojos en cámara.
Ese gesto, nimio fuera de un contexto tan dramático como ese, desató la
iracundia general al catapultar a miles de personas a las calles a repiquetear
lo que encontrara a mano.
Lo mismo ocurrió ayer, cuando la falta de conciliación por
parte de quien detenta los destinos de la Patria exacerbó los ánimos, caldeados
por cierto, de una buena parte de la gente.
Por eso, resulta lamentable que siete años después de los
sucesos trágicos de 2001, los K no hayan aprendido nada de todo eso. Y lo que es
peor, pretenden agitar las aguas recurriendo al gastado e inverosímil verso del
golpismo permanente.
Sobre todo, haber azuzado a los esbirros rentados de Luis
D’Elía, Emilio Pérsico y demás del elenco estable K miserable, para ir a
provocar a las familias que se manifestaban hartas de la prepotencia oficial.
Pues los patoteros arguyeron que concurrían a la Plaza de Mayo como
“organizaciones sociales que defendían al Gobierno de Cristina K frente al
golpismo de la oligarquía vacuna”. Argumento tan ridículo como observar al
obeso dirigente de la FTV encabezando una marcha contra el hambre, la entrega y
la pobreza. Especialmente, la primera de ellas.
Tamaña gilada remite a la memoria el delirante planteo
de Enrique Mathov, cuando en aquella noche eterna del 19-20 de diciembre ordenó
a la Guardia de Infantería reprimir porque los caceroleros planeaban “tomar la
Casa de Gobierno” (¿!!?).
Girando sobre sí mismo, e ignorando que no sólo la bronca
está en el campo, Néstor K anuncia hace unas horas la convocatoria a un acto
para hoy jueves 27 en Parque Norte, en el cual se darán cita los
intendentes genuflexos del conurbano bonaerense, juntamente con quienes fueron a
amedrentar en la noche del martes.
Es triste, y paradójico también, constatar con esto cómo a
pesar de tanto sufrimiento el matrimonio gobernante no sólo no ha aprendido nada
del pasado reciente, sino que persiste con insistencia en el autismo infernal
que precipita al país indefectiblemente, al abismo del eterno retorno.
Fernando Paolella