La crítica
cinematográfica se funda en el juicio literario ó artístico. Para el género
crítico, su problemática es la valoración y ponderación del saber intelectual y
la legitimación del objeto estudiado.
Lo sometido a su saber
es en mayor parte relativo. Relativo al grado de "culturalización" y
atravesamientos, a los que van direccionados, al tipo de demanda poblacional.
La crítica se vale de
la prensa escrita para la publicación de sus artículos ó ensayos. Teniendo en
cuenta una serie de “apriorismos” que se indicarán a continuación.
El saber y su valor crítico
Cuando estamos frente a una obra
de arte, sea plástica, musical ó cinematográfica: ¿Qué es lo que realmente
tenemos ante nuestros sentidos?
Desde lo positivo, un ente ó cosa con
materialidad de espacio-tiempo. Posee historicidad (construido en tiempo y
forma) atravesada por saberes culturales relativos a sus autores. Valores como
la educación, las creencias, las tradiciones, mitos y leyendas; todo lo
constitutivo de la persona moral, se verá reflejado de alguna manera en
el producto final: la crítica cinematográfica.
¿Qué valor artístico posee una
película? Un valor heurístico. La heurística
(gr. euriskein, describir), es el método investigativo, por el cual —en este
caso—, el espectador —el
público— descubre el entramado de una historia
fílmica. Lo hace a través de su propia historia, su intelecto y sus
sentimientos.
De modo que el valor
heurístico de una representación es relativa no universal. Todo lo
contrario del conocimiento científico, que busca convalidación y certezas
axiomáticas. Si bien los saberes artísticos (filosóficos), difieren del
precedente, no se excluyen, incluso a veces se solapan: Ej. el diseño
industrial.
La crítica cinematográfica
Nos cuestionábamos al
comienzo, sobre el valor del material fílmico, revestido de temporalidad y
locación, bajo la modalidad de fotogramas.
Cuando los fotogramas
—sucesión de imágenes enmarcadas cuadro por cuadro
en el celuloide— están en
reposo, es decir sin rotación, no hay obra cinematográfica. Verdad de
perogrullo
si las hay, pero de relevancia a la hora de conceptualización.
Sólo hay cine (gr. kines, movimiento) cuando la película pasa por un proyector y genera la
representación de una realidad deliberadamente construida.
Dicha realidad, funda en el crítico
la necesidad de saberes formales, Ej.: los referidos a los recursos
tecnológicos, montajes de escenas, distintos tipos de planos, etc.
Sabemos que el
cinematógrafo constituyó en sus albores —tanto en Rusia, como luego Francia e
Inglaterra— una pantalla de protesta histórico-social, ante las
contradicciones manifiestas del capitalismo fabril emanado de la Revolución
Industrial.
Tópicos como pobreza, puja de
clases, trabajo esclavo y alienación del hombre eran alegatos demoledores ante el
asedio de la modernidad burguesa.
El Soviet Ruso utilizó
el género de propaganda política para combatir los
efectos destructivos de las economías capitalistas de occidente, signando
así la matriz originaria, la piedra bautismal del cine: el género testimonial ó
documental.
Pese a todo, cabe recordar
que hablamos siempre de “la representación de un hecho”,
no del hecho mismo.
Esto es, un valor agregado que conforma y potencia a un nuevo producto: la
representación. Siempre la subjetividad invade la pantalla y con ella la
resignificación del hecho, tamizados por los atravesamientos culturales del
director.
Instancia donde el mensaje
conceptual de la historia se asocia con el saber del público. Tiempo de
sinergia: es el tiempo del crítico de cine.
Su misión es
poner las cosas
en
su justo lugar, un lugar de descubrimientos: de éxitos ó fracasos,
según la
estética de la narración.
Lugar heurístico del crítico
Deberes del “acto
profesional” crítico:
- Examinar la historia a contar (el libro cinematográfico) cómo se articuló con la narración de marras. Ver la coherencia entre la idea del director y obra concluida.
- Qué se cuenta y cómo (¿?)
- Determinación del éxito en la elección de los intérpretes. La empatía del personaje-representación y el grupo laboral.
-
Capacidad para transmitir imágenes y sentimientos jugados: la música, las
texturas, las pausas, aceleración de tiempos, etc. La ficción tiene que ser vivida como realidad en tiempo presente. De este cóctel de
elementos, dependerá la suerte del film a explorar.
La crítica
hace el descubrimiento y la transmisión de esos sentimientos ficcionados en la
pantalla grande. Su poder reside en la generación de ideas-fuerzas de
una determinada estética, de acción coercitiva y reguladora en el público.
Es formadora de opinión y /o presión social, legitimada por su acción, y en
ella funda su autoridad.
Se nutre del rigor profesional, y
en su ausencia, se desvanece.
Dícese que así como no hay dos besos
iguales, no hay dos críticas similares. La ficción cinematográfica construye
besos inalcanzables. Besos que ningún crítico puede traducir en palabras,
sólo
el espectador lo hace realidad en su experimentación y en el
descubrimiento de su exaltación.
Gustavo Contarelli