Evidentemente, quedó demostrado con los
actos realizados ayer en Rosario y Salta, quiénes son unos y quiénes son otros.
En Rosario se convocaron cientos de miles de personas, en un
acto multitudinario como hacía muchísimo tiempo no se veía.
En cambio, en Salta, volvimos a ver en funcionamiento el
aparato oficial, volvimos a ver un acto pago, y que lamentablemente pagamos
todos.
Sería bueno saber, además, por qué se eligió Salta,
cuando la lógica indica que el 25 de Mayo debe celebrarse frente al Cabildo de
la Ciudad de Buenos Aires.
Un acto que fue televisado por “el canal de todos”, Canal 7,
donde el director de cámaras jamás mostró un plano panorámico para que no se
pudiera apreciar la magra concurrencia. Que, más que a escuchar a la
Presidente decir incoherencias como “dejar de lado intereses sectoriales, en pos
de los intereses de la Patria” o “aprendamos que antes que el sector, antes que
nuestra propia individualidad, están los intereses de la Patria, esa es la
generación del Bicentenario, a eso convocamos”, fue a presenciar al mediocre
grupo folclórico Los Nocheros y donde, fiel al estilo peronista, no
faltaron los desmanes y las trompadas.
Un acto, donde el animador trataba de convencer a los
televidentes de la “numerosísima concurrencia” y que se asemejaba más a un pobre
corzo de carnaval del conurbano bonaerense que a un acto patrio.
Volvimos a ver un acto al que concurren personas subidas
a un micro por pseudos dirigentes sociales. Personas que son tratadas como
mercadería y deben cumplir con un trabajo a cambio de cien pesos y bajo la
amenaza de quitarles el plan social.
Volvimos a ver un acto donde la Presidente se rodea sólo de
sindicalistas y el jefe de su guardia pretoriana, Luis D`Elía, que dicho sea de
paso, llevó más de 200 micros con personas —pagadas, por supuesto— al acto. A
propósito, ¿cuánto habrá costado toda esa movilización? ¿de dónde habrán salido
los fondos?
Es vergonzoso y lamentable que un país tenga que atravesar
semejante conflicto por culpa de un capricho, un capricho que a la larga nos va
a perjudicar a todos; y es vergonzoso y lamentable ver cómo, quienes son los
encargados de dirigir los destinos de un país, no ven la solución a un conflicto
que ellos mismos generaron.
Ya, a esta altura de los acontecimientos, sería inútil tratar
de explicar por qué y para qué se aumentaron las retenciones, como sería inútil
tratar de explicar, una vez más, quiénes fueron los responsables de este
conflicto y quiénes son los que no quieren solucionarlo, tratando de aplicar una
ridícula política de “desgaste” sin darse cuenta de que lo único que están
desgastando, cada vez más, es el poco prestigio e imagen positiva que tenían.
No es necesario tampoco explicar que estamos perdiendo una
situación internacional única, y en lugar de aprovecharla, la estamos
despilfarrando, pidiendo a empresarios, inversores y productores que creen
fuentes de trabajo, cuando el kirchnerismo hace exactamente todo lo posible para
evitarlo.
La nueva frase marketinera del gobierno es “La patria
somos todos”, pero evidentemente se trata de otra contradicción kirchnerista,
porque no caben dudas de que, los primeros que tratan de excluir a un gran
sector de la población son ellos, generando inflación, deuda externa y, por
sobre todas las cosas, desoír el clamor popular, el cual, casualmente, no estaba
en Salta, estaba en Rosario.
Pablo Dócimo