La advertencia de un obispo sobre una
corrupción institucionalizada en la cultura argentina disparó un debate que
parecía haber desaparecido de la agenda política, y provocó nuevas fricciones en
la siempre difícil relación entre el Gobierno y la Iglesia.
Los dichos a Radio Vaticana del secretario general
de la Conferencia Episcopal Argentina, Enrique Eguía Seguí, no fueron casuales
ni tampoco tan ingenuos, pese a que después se intentó relativizarlos y hasta
negarlos.
Tampoco es coincidencia que las declaraciones hayan
salido a la luz dos días antes de conocerse la renuncia del fiscal Manuel
Garrido a la estratégica fiscalía nacional de investigaciones administrativas,
quien investigaba casos delicados que rozaban al matrimonio presidencial.
La forzada rectificación llegó por el malestar, gritos
incluidos, que la frase provocó en los despachos de la Casa Rosada, según pudo
constatar DyN en fuentes oficiales. Y también por la intención de los obispos de
no desvirtuar el carácter "religioso-pastoral y no político" de la visita "ad
límina" que 31 prelados encabezados por el cardenal Jorge Bergoglio realizan al
Papa y los dicasterios vaticanos.
Se trata de una cita canónica obligada al menos cada cinco
años, que mañana tendrá su punto culminante con la audiencia conjunta que
sostendrán con Benedicto XVI, quien ofrecerá orientaciones para la labor de la
Iglesia y también pondrá a prueba la sensibilidad gubernamental si, como se
prevé, refiere a la crisis económica y la situación social del país.
El malhumor por ese párrafo de las declaraciones de Eguía
Seguí fue tal que este miércoles, por el lapso de dos horas, tanto el embajador
ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, como el Secretario de Culto, Guillermo
Oliveri, pidieron explicaciones telefónicas a los obispos en Roma.
De inmediato, Cafiero dijo a DyN "no saber" el por qué de la
afirmación del obispo, sobre todo porque "el gobierno no es visto (en Europa)
como un gobierno corrupto", certificó.
Esos llamados derivaron en precisiones por parte del obispo
auxiliar porteño y hasta una denuncia en cuanto a que "hay gente interesada para
que cualquier cosa que se diga aparezca como una confrontación entre el Gobierno
y la Iglesia".
Sin embargo, no echaron por tierra —trascendió— la idea de
los obispos de reinstalar el tema de la corrupción, al que consideran
"hartamente preocupante".
Por eso, se escuchó al cardenal Bergoglio lamentar "semejante
batifondo" por una advertencia que "no es nueva. Lo hemos denunciado en
numerosas ocasiones, y bastante recientemente", recordó el primado argentino en
alusión a un documentos del Episcopado.
Y eso no esto. Radio Vaticana tiene desde este viernes un
link al audio de la entrevista, que no sólo ratifica los dichos que Eguía Seguí,
sino que va más allá de lo publicado en la página de Internet de la emisora
de la Santa Sede, en su versión italiana.
"La corrupción, la búsqueda de encontrarle siempre la vuelta
a la ley, no es algo que ha quedado en el nivel privado, sino que se ha
institucionalizado, parece prevalecer una cultura en la que solamente de esa
manera se puede progresar, e indudablemente los que más sufren son los pobres y
excluidos, porque con este sistema ético la riqueza se sigue concentrando",
alertó sin dudar el colaborador de Bergoglio, según se reproduce.
Fue apenas otro capítulo en la novela de fricciones entre el
Episcopado y el Gobierno kirchnerista, que pueden agudizarse con el reciente
anuncio de adelantamiento para junio de las elecciones parlamentarias. Un tema
sobre el cual, adelantaron a DyN voceros eclesiásticos, los obispos no se
quedarán callados, porque consideran que algunos elementos fundantes de la vida
democrática "están sufriendo debido a la confusión de los roles y del poder".
Guillermo Villarreal