Ficha Técnica
Título: The visitor
Título para Latinoamérica: Visita inesperada / El visitante
Dirección: Thomas McCarthy
Duración: 104 min.
Género: Drama
Reparto: Richard Jenkins, Haaz Sleiman, Danai Jekesai Gurira, Hiam Abbass, Marian Seldes, Maggie Moore, Michael Cumpsty, Bill McHenry, Richard Kind, Tzahi Moskovitz, Amir Arison, Neal Lerner
Guión: Thomas McCarthy
Web: www.thevisitorfilm.com
Distribuidora: Karma Films Spain
Productora: Participant Productions, Next Wednesday Productions, Groundswell Productions
Director de fotografía: Oliver Bokelberg
Montaje: Tom McArdle
Música: Jan A.P. Kaczmarek - País: Estados Unidos
Año de producción: 2007
Estreno en Argentina: 2009 – próximamente, sin fecha aún.

    El film del director Thomas McCarthy, expone la estética de una vida rutinaria y cansina. Y su transformación cuasi fortuita, a través de las pequeñas cosas que pasan desconocidas a nuestro alrededor. Exponiendo la metáfora de: “lo pequeño es hermoso”, que motoriza el cambio organizacional de una vida.
    Lo pequeño es hermoso (Small is Beautiful de 1973), es un libro de difusión internacional. Su autor, Ernst Friedrich "Fritz" Schumacher (economista alemán), fue catapultado a la fama por sus teorías —algunas con sincretismo en exceso—, entre ellas: “cuando las organizaciones crecen demasiado, se deterioran”. Tomo este aserto, para introducir, una mirada singular, minimalista, como impulsora de un cambio, en este caso, el del protagonista de la película.
    The visitor, le permitió a Richard Jenkins (encarnando al profesor Walter Vale), pelear de igual a igual, en la última nominación al Oscar —como mejor actor protagónico— ante Sean Penn. Triunfando este último, por su insuperable labor en Milk.
    Esta pieza, cuenta la historia de un profesional de la docencia universitaria, que pasa sus horas de ocio, tomando clases de piano. Dicha práctica hace rememorar tiempos en que vivía su amada esposa, y tocaba para él, deleitándolo con su arte. Su vida era por demás tediosa: trabajo, hogar y muchos grises en su horizonte. De cultor de su trabajo, pasa a no tener ya, objeto de deseo. Ese displacer (anhedonia), eclipsará con la entrada en su vida, de una singular pareja de inmigrantes ilegales a Estados Unidos: Tarek (Haaz Sleiman), un músico sirio, intérprete de djembe, y Zainab, (su chica) una senegalés, fabricante de bijouterie.
    El relato pone a prueba magistralmente a estos tres personajes, al que se le agregará un cuarto: la madre de Tarek, Mouna. Una periodista, cuyo marido, murió tras una larga purga carcelaria, por motivos políticos en Siria. Poco a poco, el estructurado profesor de economía del Connecticut Collage, va encontrando su nuevo perfil: un hombre conceptualmente libre y feliz. Con tiempo para abrir nuevos caminos, aquellos que tenía vedado, y el amor arribará a su tediosa vida. Mouna, será la encargada de guiar la incipiente relación. “Habibti” —en lengua árabe— describe el sentimiento de “la amada”. Habibti será el mascarón de proa de Walter Vale.
    Dentro del lenguaje cinematográfico, hallamos dos conceptos disparadores de relatos conectores. Uno, el instrumento músico de Tarek: el djembe (pronúnciese jen-bay, tambor africano que se toca con las manos). De suma importancia en el sentido de las escenas jugadas. Desde esta perspectiva, interviene en la amistad de Walter y Tarek, afianzándola en torno a el. Al tiempo que exonera todo prejuicio interracial, otorgando un nuevo sentido a la experiencia. De igual forma, hay una resignificación de la familia nuclear tradicional: “la familia inter-étnica”. Una adopción de tipo cosmopolita, formada por el profesor, la pareja extranjera, y la madre de Tarek (Mouna).
    Walter, logra gran profundidad dialógica frente a Tarek cuando este último decide enseñar su arte de “tamborilero” al profesor. Junto a un ritual de iniciación, toda una impronta de atravesamientos culturales, son difundidos y asimilados por el novel músico. Es patética la definición que da Walter sobre su actividad académica: “enseño hace veinte años la misma materia, no significa nada para mí. Finjo estar ocupado”. La vacuidad de su vida, materializada en una oración explícita.
    Para validar criterios de suficiencia actoral, es menester detenernos un instante en el llamado “rol del actor”. Como se relaciona la máscara escénica del mismo, con la de sus pares, y su conectividad con los objetos inanimados, por ej: el djembe. En este punto, la magistral ductilidad de Richard Jenkins, alecciona. El mundo gira en torno a este protagonista y a su supernumerario – el tambor- que otorga profundidad de campo a la escenografía y montaje.
    La historia es profunda y conmovedora. De fácil comprensión y visualización. Se nutre de lo cotidiano, sin supehéroes ni grandes escenarios, montados para relleno de una estilización forzada. Una estupenda actuación de Jenkins, en un film independiente, para tener en cuenta a la hora de definir la elección de una película. Como así también, propiciatoria, en la introducción de una temática original y preocupante: la inmigración ilegal, que busca denodadamente su inserción en una sociedad expulsora ante la diversidad, que se yergue como enemiga.
    La conclusión del relato es cerrada. Sin lugar para la hesitación, queda instaurada la nueva vida, del feliz profesor universitario. El y su tambor —juntos— cumplirán el deseo más profundo de su amigo Tarek. Una vez más, lo pequeño será hermoso.

Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 5 Tribunas – excelente.
Puntaje actor protagónico: Richard Jenkins 5 Tribunas - ¡imponente!

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima