A fines de octubre de 1994, el actual ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, estuvo prófugo de la Justicia, la misma que hoy representa. Los cargos que en ese momento se le imputaban estaban relacionados nada menos que con actos de corrupción.
En ese entonces, diario La Nación —del 27 de octubre de 1994— titulaba: "Siguen buscando al intendente quilmeño", y La Prensa del mismo día decía: "Orden de captura para el intendente de Quilmes".
Este último titular iba acompañado de una foto de Fernández, entonces funcionario duhaldista en tiempos de Carlos Menem.
Cuando en octubre de 1994 le pidieron la captura, el lugar elegido por el bigotudo ministro para esconderse de la Justicia, fue una quinta que tenía en Florencio Varela, para aparecer una vez que la Cámara de Apelaciones le concedió el hábeas corpus que habían solicitado sus abogados, Federico Domínguez, Marcelo Ordoqui y María del Carmen Falbo, no casualmente la actual procuradora de la Suprema Corte bonaerense.
Uno de los motivos de la causa era la corrupción administrativa, otro, la contratación de un estudio jurídico para negociar la deuda del municipio de Quilmes con la empresa Aguas Argentinas.
Sin embargo, en un procedimiento, la Justicia halló 1/2 kilo de cocaína de mediana pureza, así como una balanza de precisión y elementos para el fraccionamiento.
La droga y la balanza fueron encontrados entre miles de boletas de la Reforma Constitucional de la provincia de Buenos Aires que llevaban inscripta la opción SÍ. Estas boletas, se supo, habían sobrado de la consulta popular que se realizara, a tal efecto, el día 2 de octubre de 1994.
Los elementos de precisión, la balanza y el medio kilo de cocaína, fueron encontrados en un local llamado Estadio Chico, instalación que supo ser uno de los más famosos lugares donde tocaban bandas de rock, y que en los años 90 estaba en la agonía, como si fuera abandonado...
Hete aquí que Estadio Chico hacía 3 años que funcionaba como local partidario de la Liga Federal, grupo político que llevó a Aníbal Fernández a la intendencia de Quilmes en el año 1991.
Recordarán los memoriosos que tras esta Reforma de la Constitución bonaerense, estuvo el resonado caso de los sobornos que Eduardo Alberto Duhalde le ofreció a Aldo Rico y sus partidarios del MODIN (Movimiento por la Dignidad Nacional), para que Duhalde pudiera ser reelecto gobernador de la provincia de Buenos Aires por un período más.
Para algunos, el hallazgo de esa droga es clave para emparentar a Aníbal Fernández con el narcotráfico desde entonces. ¿Será ese el motivo por el cual el ministro aparece como el más claro defensor de la despenalización de la tenencia de drogas y, lo que suena más terrible, como el principal vocero de esta legislación destructiva que se intenta imponer a toda marcha en el país, cuando todos sabemos que el principal flagelo de la Argentina es la delincuencia, acompañado por el creciente consumo de estupefacientes?