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KIRCHNER–MOYANO

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DIOS LOS CRÍA Y EL VIENTO LOS AMONTONA
DIOS LOS CRÍA Y EL VIENTO LOS AMONTONA

KIRCHNER – MOYANO DIOS LOS CRIA

    A veces, en la Argentina, parecería que uno ya escuchó todo, pero es llamativo cómo nuestra capacidad de asombro es superada sistemáticamente.
    Ante la impotencia del oficialismo de sacar a relucir verdaderos logros y/o futuras propuestas, no se le ocurrió mejor idea a Néstor Kirchner que inculcarle el “voto miedo” a la ciudadanía, con conceptos tales como que si el 28 de junio pierden volveremos al caos del 2001.
    Durante la campaña presidencial de 2007, el slogan del Frente para la Victoria era “para profundizar el cambio”. En realidad, esa debe ser la única promesa que Cristina está cumpliendo, ya que el cambio que generara el hoy presidente de facto, Néstor Kirchner, el del clientelismo, el de la reivindicación de los ex terroristas, el de volver aún más a la vieja política, el de la demagogia, el de enfrentarse con todo aquel que no comulgue con sus ideas, el del autoritarismo, el de las promesas incumplidas, el de tildar de golpista, desestabilizador o destituyente a quien se atreva a criticarlo, especialmente al periodismo, ese cambio, sí, es cierto, ese cambio se profundizó.
    Hoy, el caballito de batalla es “nosotros o el caos”, “nosotros o volvemos al 2001”, o el más ridículo “nosotros o volveremos a la década de los 90”.
    Es evidente, que la táctica proselitista de Néstor Kirchner quedó instalada. La estrategia es simple: infundir miedo; y Hugo Moyano la sacó a relucir en el acto celebrado en la 9 de Julio, después de que lo haya ratificado Cristina.
    ¿Es posible, en caso de que el Frente para la Victoria pierda les próximas elecciones legislativas que volvamos al caos del 2001 o a la década de los 90? No, es imposible, y más allá de que son dos situaciones totalmente distintas, es inconcebible que alguien que supuestamente fue, o pretende ser, un estadista, diga semejante disparate.
    En honor a la verdad, hacer algún comentario sobre los delirios del presidente de facto, sería bajar al mismo nivel de estupidez al que pretende llevarnos. Ninguna persona medianamente coherente puede creer que si el 28 de junio pierden las elecciones el país explota. Encima, como si fuera poco —y como no podía ser de otra manera—, la supuesta abogada, Cristina Fernández, lo repite.
    Pero como dijimos, no sólo Cristina se sumó a repetir los delirios de Néstor, también lo hizo Hugo Moyano, y en pleno acto de despachó con frases como: “Es para defender un modelo económico nacional y popular que nos ha permitido salir de la miseria que nos llevó la política económica de los 90”.
    Ahora bien, ¿alguien podría decir, alguna vez, en qué se basa el modelo económico?
    Porque después del desastre que hicieron con el intento de aumentar las retenciones a las exportaciones, que se habían visto favorecidas por la devaluación que hiciera Eduardo Duhalde y permitieran generar ingresos, la recesión es una lamentable realidad.
    Pero no sólo eso, ¿alguien podría decir en qué se basa el modelo nacional y popular? Porque el poder adquisitivo de los asalariados fue superado por la inflación, salvo que utilicemos los índices que nos quiere hacer creer Guillermo Moreno, pero claro, de eso no hablan.
    Otro dato llamativo es que, a diez años de la década de los 90, que si bien es cierto dejaron al país en bancarrota, todavía se sigan agarrando de eso. Muchachos, ¡ya pasaron diez años! Pero no sólo eso, ¿alguien podría decir qué hizo Moyano para defender a los trabajadores en la década de los 90? También sería interesante que alguien explique porque NK no se enfrentaba a Carlos Menem y a Domingo Cavallo cuando en su momento aplicaban las “políticas neo liberales”, “el vaciamiento de las empresas estatales” y, por supuesto, que alguien explique por qué aceptó las regalías que le correspondían a la provincia de Santa Cruz, los cuales, dicho sea de paso, no sabemos dónde están ni cuántos son. Por si no lo sabe el buen Hugo, todo eso ocurrió en la década de los 90.
    Pero Moyano fue más allá, y con un coraje realmente admirable, sentenció: “No nos dejemos confundir. No nos dejemos engañar. Tengamos en claro qué es lo que se está jugando. No se está discutiendo la forma de un modelo o un gobierno. Ni la forma de conducir. Se está discutiendo el fondo de la cuestión que son arrebatarnos las conquistas que hemos logrado en los últimos tiempos (sic). Comenzamos el camino de las reivindicaciones de los salarios y de la dignidad”, lanzó Moyano ante una multitud.
    En definitiva, en el hipotético y remoto caso de que “el país estalle”, como prometen, después del 28 de junio, no será ni por la oposición, ni por los votantes, sino por el gobierno, que es capaz de cualquier cosa. Porque como ya dijo NK, es "a todo o nada", y nada es romper lo poco que queda en pie.
    Esta es la propuesta del oficialismo, son ellos o vaya uno a saber de qué plaga bíblica seremos víctimas los argentinos, por lo tanto, debemos esperar hasta el día después de las elecciones para ver si la ciudadanía eligió el vergel de bondades que nos promete Kirchner, el caos total que nos augura si pierden o, como dijo Mauricio Marci, “Si pierden el país va a estallar, pero de alegría”, aunque si reflexionamos, y lo pensamos mejor, no sería tan malo volver al 2001, ya que tal vez se nos presente una nueva oportunidad para hacer, de una buena vez, las cosas bien.

 

Pablo Dócimo

 

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