Es muy lamentable que se haya llegado a situaciones donde los políticos son insultados, apedreados, atacados con huevos, bosta de animales y en algunos casos hasta golpeados; muy lamentable y preocupante y todo el arco político salió a repudiar tales hechos.

    Claro que en esta Argentina, donde nuestra capacidad de asombro está casi agotada, nos preguntamos ¿los restantes políticos está realmente indignados o es sólo una postura electoralista más?, porque como se están dando las cosas ya no se sabe qué pensar, todos hablan de la incomprensión y la violencia, pero nadie analiza las causas y sólo condenan las consecuencias de lo que nunca debió haber ocurrido. No defiendo ni justifico a nadie, pero tampoco opinaré por el solo hecho de quedar bien o para hacer causa común por si algún día me toca a mí.

    ¿Por qué los productores agropecuarios santafesinos han actuado de esa manera?, ¿por inadaptados e ignorantes de los derechos ajenos? ¿O porque fueron arrastrados a la violencia por quién desde su banca se ha reído de ellos como todos lo vimos por televisión, por las soberbias declaraciones amparado en sus fueros, en su impunidad y en el paraguas de protección que le da el gobierno a sus fieles?

    ¿Por qué nadie ataca al senador Reutemann?, porque nunca traicionó a su pueblo, a su provincia y si bien hay santafesinos que no están con él, todos entendemos que nos defendió, como debe hacerlo quién nos representa y en quién el pueblo confía.

    Aquí no se trata de pensar distinto, ni de diferentes ideologías, aquí se trata de una burla, de un engaño, de una traición. Son actos y no ideas, son consecuencias y no ideologías. El campo está quebrado por culpa de que no quisieron escuchar, de que no quisieron concensuar, de que votaron alineados con el gobierno y no con su pueblo. Ellos son los causantes de que muchos chacareros hoy no sepan si mañana podrán sembrar, ordeñar o comercializar sus animales. Ningún productor agropecuario pidió que le regalen algo, sólo querían equidad y cordura, pero el diputado Rossi organizó todo en contra de ellos y en ese momento perdimos todos. Si hubiera primado la cordura y la inteligencia por sobre los caprichos y la maldad, hoy podría recorrer su provincia sin problemas. No es cuestión de ideas, es cuestión de actos y no de otra cosa. Tampoco estaría en las listas de personas “no gratas” que tienen los comercios en su entrada.

    Hemos llegado a sentir vergüenza por lo que opinan en el exterior, por lo menos aquellos que seguimos sintiendo que la patria es mas que cuatro votos miserables, Mario Vargas Llosa manifestó: “La primera vez que fui allí quedé maravillado. Un país de clases medias, donde no había pobres en el sentido latinoamericano de la pobreza. ¿Cómo puede estar una pareja como los Kirchner gobernando ese país? ¡Qué degradación política, qué degradación intelectual, ¿Cómo es eso posible?”, sostuvo.

    No quieran pensar que los santafesinos del campo, de Laguna Paiva, de Reconquista o de Venado Tuerto, son animales, intolerantes y gorilas de la extrema derecha, nadie quiere salir a la calle a escrachar a los políticos y ser tratados como “bárbaros” por los restantes conmilitones del diputado; sería hablar sin haber leído el libro completo, ¿acaso no los empujaron a actuar así?. Hoy vemos sólo las consecuencias…¿y las causas no las vemos o no las queremos ver?

    No se discute si está bien o mal, ni tampoco si los piqueteros escrachadores que responden al gobierno son los únicos liberados de cualquier crítica, para hacer lo que se les ocurra en contra de la oposición o contra los que manifestaban en la plaza de mayo pacíficamente. No hemos visto a los chacareros pegarle a las personas mayores, ni ostentar armas como el “mago del Indec”, ni portar garrotes como los “chicos de las juventudes” que la policía tolera y no se atreve a intervenir.

    Rossi quiere quedar como la victima cuando en realidad ha sido el que prendió la mecha, busca que todos estén de su lado y salgan a condenar a quienes se han atrevido a decir “Basta, nuestra dignidad no se negocia”; nunca entendió a su gente y ahora pretende que se lo defienda. La historia de Boabdil se repite “lloras como mujer lo que no supiste defender como hombre”.

    A los mismos que hoy están en el gobierno yo los escuché decir que “la justicia del pueblo es la mejor justicia”, pero parece que su justicia no es ciega, es sólo tuerta.

    No justifico un escrache pero mucho menos una traición y si es contra su propio pueblo ¡Jamás!

José Alberto Gil