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CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA

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TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD
TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD

CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA    TU ÚL

Ficha técnica:
Título original: Last Chance Harvey. Título para Latinoamérica: Tu última Oportunidad / Nunca es tarde para enamorarse
Género: Drama, romance.
Dirección y guión: Joel Hopkins.
Reparto: Dustin Hoffman (Harvey Shine), Emma Thompson (Kate), Eileen Atkins (Maggie), Liane Balaban (Susan), James Brolin (Brian), Kathy Baker (Jean).
Producción: Tim Perell y Nicola Usborne.
Música: Dickon Hinchliffe.
Fotografía: John de Borman.
Montaje Robin Sales.
Distriudora: Distribution Co.
Origen: Estados Unidos. Duración: 105 minutos
Año: 2008. Estreno en la Argentina: 4 de junio de 2009

    Emotiva y medular historia de amor. El magnífico trabajo del tándem Dustin Hoffman y Emma Thompons, atraviesa las dificultades de un guión problemático y esquivo. Pese a los escollos estructurales, los protagonistas, realzan y dignifican al verosímil. La belleza y el candor de los afamados actores, envuelven y endulzan todo a su alrededor.
    La historia narra en paralelo, las frustrantes vidas —hasta entonces— de Harvey Shine (Dustin Hoffman) y Kate (Emma Thompson). Él, un músico de Nueva York que está a punto de perder su empleo justo en el momento en que se ve obligado a viajar hasta Londres, para asistir a la boda de su hija (Liane Balaban). Ella, una empleada de línea aérea, que arrastra su mochila de angustias profesionales y sentimentales. Al enfrentarse por casualidad, la química transformará sus vidas.
    El film trabaja sobre un tema universal: el amor, pero desde la concepción más profunda del hombre. En sus tres estadíos: el amor sexual, el amor de pareja y el compañerismo. Lo curioso es que se dan todos en la misma dinámica escenográfica. Se ha visto muchas veces, la pareja de solitarios románticos que es alcanzada por las flechas del intrépido Cupido. Pero en esta oportunidad, sin tiempo que perder, la ligazón, el enamoramiento y la adultez de la pareja, es vivido en tiempo real. De tal manera, esa elipsis en el guión es lo más sólido de la historia. El resto no amalgama tan bien.
    El director Joel Hopkins ha buscado deliberadamente como centro de su historia, dos momentos peculiares. El primero, la boda, la cual le servirá de pretexto para hacer el pase de cuentas, de hija a padre (léase reproches). El mismo será disparador y resiliencia para la entrada triunfal de Kate (Emma Thompson), siendo el nexo conductor para la segunda fase: los encuentros en el parque de la incipiente pareja. Punto de inflexión de los diálogos más jugosos. El drama y la comedia entran en su juego más álgido. Momento de la elipsis que mencionábamos.
    La pareja se solidifica a través de las confrontaciones. Por momentos, a no dudarlo, el trabajo de la dupla actoral es tan elevado, que sobrepasa lo basal de la historia. La máscara de los mismos vuelan más alto que las pretensiones del libro.
    En el film podemos observar interesantes dispositivos cinematográficos: ora montajes alternos, mostrando la vida cotidiana de los amantes (antes de conocerse), y el desencuentro —casi encuentro— son los “momentos donde los personajes se explican”. Ora mediante frases cristalizadas, que determinarán sucesos. Ambas, son las claves cinematográficas que Hopkins, ha tomado para su obra.
    La imagen generadora más fuerte del guión es la mesa y el brindis. Condensa todos los tiempos: presentación, problemática y resolución, como buena dramaturgia. Ese “espacio condensado” es el que propicia los cambios de planos y sentidos.
    El target del film lo determina los “espacios altos” por donde hurga la cámara (problemática burguesa). Sin antagonismos urbanos, la palabra se instaura, a través de una mediana poética. Arista débil de la historia de marras. No obstante, para salvar dicha situación, la labor de los protagónicos es superlativa. Algunos teóricos del cine sostienen que la escena es el campo de experimentación y de legitimación del actor. Dicho aserto nunca tan válido como en esta ocasión. La empatía Hoffman-Thompson logra que esos campos heterogéneos que se juegan en las distintas tomas, sinteticen en clave estética y armónica.
    La conclusión del relato es cerrada. Sin lugar para la disyunción amorosa, se despunta inexorablemente. El espectador espera y medita plácidamente los créditos de la película.
    “Es mi última oportunidad”, sentencia Harvey Shine ante un perplejo interlocutor. Como idea-fuerza que cristaliza todos los atractivos y todas las palabras, que cautivan incluso hasta el alma del sabio: es el cuerpo de una mujer.

 

Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 4 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Emma Thompson (Kate) 5 Tribunas (excelente)

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima

 

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