Alguien dijo alguna vez que a cualquier
presidente del primer mundo le encantaría gobernar como gobiernan los
presidentes de los países subdesarrollados, especialmente los de los países
sudamericanos, donde hacen lo que se les ocurre cuando quieren y como quieren,
violan la constitución sistemáticamente y cuando se aburren, la modifican,
especialmente para intentar perpetuarse en el poder.
Basándonos en estos hechos, al mejor estilo del dictador
Fidel Castro y de su aspirante a sucesor, Hugo Chávez, algunos dicen que en
Honduras no hubo un golpe de Estado, sino que se evitó el golpe de Estado que
estaba ejecutando el presidente Zelaya al estilo Castro, Chávez, Correa y
Morales y la democracia hondureña se acaba de salvar de poner en el poder a un
monarca, además de argumentar que el actual gobierno es legítimo ya que el
Presidente del congreso es ahora el Presidente provisorio e incluso la corte
suprema decretó la inconstitucionalidad de las reformas que pretendía imponer
Zelaya.
De hecho las aspiraciones de Zelaya eran convertir a Honduras
en un Estado marxista, y para cuyo fin estaba organizando un supuesto "referendum"
para disolver el Congreso y modificar la Constitución.
Es claro que ese "referendum", también al estilo chavista,
sería de varias maneras fraudulento, como lo son todos los comicios realizados
bajo un gobierno marxista. Luego no sería democrático ya que cualquier alumno
del colegio primario sabe que la democracia consiste en un gobierno basado en el
voto auténtico del pueblo.
Y como ocurre sistemáticamente con la metodología marxista,
en primer lugar tarde o temprano el fracaso es inevitable, y la única manera de
mantenerse en el poder es a través de imponer el criterio por la fuerza.
Lo segundo es que jamás reconocen y mucho menos aceptan sus
errores, y como no puede ser de otra manera, culpan a un tercero de su
ineptitud, que curiosamente va acompañada, en el cien por ciento de los casos,
de corrupción.
Hagamos pues, un breve repaso de los actos de gobierno de
Zelaya.
Manuel Zelaya llegó al Gobierno el 21 de Enero de 2005
después de haber obtenido solo el 20% de los votos.
Desde ese mismo día, y hasta el domingo 28 de junio de 2009,
cometió una serie de errores políticos que le fueron preparando, gradualmente,
el terreno para generar un gran descontento en la mayoría de la población, ya
que su acciones de gobierno, nada tenían que ver con lo que prometía.
El primero de esos errores, fue rodearse de asesores,
ministros y colaboradores extraídos de los sectores más recalcitrantes de la
izquierda marxista tradicional, como Marcelo Chimirri, sobrino político de
Zelaya, y ex Gerente de la Empresa Nacional de Telefonía, la cual desfalcó en
menos de un año.
Otro personaje siniestro que formó parte de su gobierno es
Rafael Alegría, colaborador estrecho de Daniel Ortega y del FMLN en el Salvador.
También se rodeó de personas como Patricia Rodas (Ex
Canciller) Residente en Cuba y Nicaragua, durante los procesos “Revolucionarios”
de esos países en los años sesenta y ochenta, Enrique Flores, miembro del FUR
(Frente Universitario Revolucionario) graduado de Abogado después de 11 años de
estudios en la Universidad Nacional de Honduras, Milton Jiménez Puerto, ex
diplomático, alcohólico, expulsado de EEUU en Octubre de 2008 siendo Cónsul en
Miami por desacato a la autoridad, escándalo en vía publica y conducir en estado
de embriaguez, Cesar Ham, Diputado, traficante de eximiciones de Impuestos para
la compra de vehículos, Rixie Moncada, Freddys Cerrato, Ricardo Seaman, Lucio
Izaguirre, entre otros trasnochados izquierdistas, y vividores de las dadivas
del poder.
Todos, absolutamente todos, después de tres años de gobierno
de Zelaya lograron aumentar sus arcas personales y constituirse en una elite de
poder inseparables de Zelaya, al mejor estilo chapista.
Tal es la afinidad con Hugo Chávez, que firma el tratado del
ALBA y Rechazó los acuerdos del ALCA con EEUU, echo que demuestra el giro
político que Zelaya deseaba instaurar en el país.
Pero el parecido con el aspirante a dictador venezolano
recién comenzaba, ya que a poco de estar en el poder, comenzaron los viajes
internacionales de placer con toda su familia y seguidores, pagados, obviamente,
por el Estado Hondureño.
A todo esto, y como no podía ser de otra manera, comenzaros
las compras suntuosas, como motos Harley Davinson, Caballos Pura Sangre
portugueses, Hummer’s, estancias, casas lujosas, y propiedades dentro y Fuera de
Honduras, EEUU y Costa Rica.
Otro gran error político fue el conflicto por el domino de
plataforma marítima con Nicaragua, que lo llevó a un enfrentamiento directo con
Fidel Castro, quien escribió un editorial condenándolo por su enfrentamiento con
Ortega.
Error político que Zelaya enmendó pidiendo disculpas públicas
a Ortega y a Castro.
También fue un error la reubicación del aeropuerto de
Tegucigalpa, medida rechazada por la Población en General y que quiso imponer a
su mejor estilo dictatorial, pero rechazada por el Tribunal Supremo de Justicia.
Otra media de su gobierno que causó gran rechazo en la
población, fue la ley llamada “Hoy No Circula” para control del tránsito en las
Principales Ciudades de Honduras. Como no podía ser de otra manera, y al mejor
estilo propagandístico demagógico, no faltaron los permanentes shows
publicitarios, como buceo en el archipiélago de Islas de la Bahía, el pilotaje
de un Avión de Guerra F-5, participar del concierto con el grupo musical
mexicano “Los Tigres del Norte”, comer melones con salmonela ante las Cámaras de
CNN, todos imitando a su mentor, Hugo Chávez.
Incluso, demoró el reconocimiento de las cartas credenciales
del Embajador de EEUU en Honduras, Hugo Llorens, como antesala a la firma del
ALBA.
Por supuesto, Chávez lo recompensó, regalándole 100 tractores
Veniran “regalados” con la lógica cobertura publicitaria.
Como consecuencia de su manipulación sobre los "Poderes
Constituidos", como el Electoral, Judicial, Legislativo y Ministerio Publico,
violentó la Constitución lo que constituye un delito de Traición a la Patria,
según Articulo No. 4 de la Constitución.
Su permanente enfrentamiento con la empresa privada, las
religiones Católica, Evangélica y Metodista, calificándolos como “Grupos de
Poder” tiene que ver con su improvisada forma de gobernar, como no entregar el
Presupuesto de la Nación en el tiempo y forma indicados por las leyes, que
debería haber sido septiembre de 2008.
Tal es así, que insólitamente el país aun esta sin
presupuesto General de Ingresos y Gastos en todo lo que va de 2009.
La epidemia A-H1N1, que también padecen los hondureños, se
mantuvo oculta desde su inicio, fines de mayo de 2009, hasta el 15 de Junio solo
para disfrazar hacer ver ante el mundo y la Asamblea General de la OEA que se
realizó en San Pedro Sula el pasado 4 de Junio de 2009, que el país tenia
controles sanitarios eficientes, cosa que es totalmente falsa.
Así como en nuestro país, uno de los temas más preocupantes
de la población es la inseguridad, con el agravante de la aparición y
proliferación de las “Maras”, además de los secuestros y asesinatos de
empresarios, sin que haya una autoridad que detenga dicho Flagelo.
La terquedad de Zelaya por hacer la tarea “sugerida” por su
Jefe venezolano de reformar la Constitución y erigirse como el salvador de la
Patria, lo llevaron por el camino equivocado de una “Consulta Popular”, pero
esta consulta popular tiene dos fines, el primero, como dijimos, perpetuarse en
el poder, y el segundo evitar el juicio político, que había comenzado la semana
anterior a su destitución luego de que éste desatara una crisis institucional al
incurrir en reiteradas violaciones de la Constitución, las leyes y sentencias
judiciales, según lo definiera el Congreso hondureño.
Si Zelaya es restituido en el cargo, cosa que es muy
improbable, ya que la inmensa mayoría de la población avala su destitución, debe
culminar su mandato en sana paz con la nación, trabajando en la solución de los
urgentes problemas del país y alejado de esos cantos de sirena pseudos
izquierdistas suramericanas, que no solamente están Obsoletos y fuera de toda
vigencia mundial, sino que en general, no es lo que el pueblo Hondureño aspira y
espera para su futuro.
Pablo Dócimo