Una de las teorías descabelladas sobre la existencia de las pirámides, sostiene que han sido construidas por extraterrestres o tal vez por seres del continente perdido Atlántida, o quizás por visitantes espaciales provenientes “del futuro” o… de otras dimensiones.
    También, los soñadores han especulado con las medidas geométricas de la Gran Pirámide de Keops, que contienen ciertos mensajes codificados, como así también su figura geométrica poseería ciertos poderes sobrenaturales.
    Lo notable es cierta similitud entre las pirámides egipcias, y las de América precolombina, a saber Teotihuacan de México, las de la civilización maya y la de los incas del Perú; aparte de ciertos templos del sureste asiático.
    También los esotéricos niegan que las pirámides fueron construidas como monumentos funerarios, e incluso elaboraron la audaz hipótesis de que no han sido construidas por seres humanos, sino ¡por seres extraterrestres; habitantes del continente perdido Atlántida o, por ¡visitantes de otras dimensiones!
    Incluso, los eternos soñadores y no menos embaucadores, han sugerido que las medidas geométricas de la Gran Pirámide de Egipto, contienen ciertos mensajes codificados amén de ¡sus poderes sobrenaturales!
    Para salpicar este escrito con una anécdota risueña, puedo citar una experiencia que tuve en el domicilio de un amigo, parapsicólogo el, cuando me hizo pasar a un recinto de su domicilio en el cual había una mesa sobre la cual estaba colocada una pequeña pirámide de estructura metálica con vidrios transparente y ¡una feta de fiambre en su centro!
    Ante mi sonrisa y exclamación señalando el fraude (puesto que es natral que una rodaja de salame o una feta de jamón se conserven en virtud de su salinidad) me explicó: -¡No, esto es solo una muestra, en otros casos la conservación de material putrescible es una realidad palpable! ¡Hay que creer o reventar!
    En otra circunstancia, durante la presentación ante el público de uno de mis libros, este personaje amigo, proyectó ante la gente que colmaba el salón de actos de la Unión y benevolencia de Buenos Aires de la colectividad italiana, un filme que revelaba sonoramente ciertas voces misteriosas supuestamente grabadas en los pasillos de una de las pirámides de Egipto, con la explicación de que se trataba de personajes del pasado muertos hace milenios, cuyas voces se podían escuchar distorsionadas (evidentemente delataban un truco) pero el público crédulo las escuchaba con asombro y un poco de miedo.
    La piramidología fue inventada en el siglo XIX por el librero John Taylor y el astrónomo Charles Piazza Smyth, quienes sostenían que la Gran Pirámide de Keops, constituía en un calendario universal que contenía una gran cantidad de profecías.
    Las pirámides más renombradas ligadas a las profecías eran las egipcias, sin descartar las de América precolombina como la de Teotihuacán de México, las de la civilización Maya y de los incas de los Andes, sin descartar los templos del sureste asiático.
    La imaginación trabaja incansablemente y no han faltado quienes hayan fantaseado que esas construcciones no fueron realizadas por seres humanos, sino por visitantes extraterrestres del pasado remoto, en especial habitantes del continente perdido denominado Atlántida (sin descartar la locura de “visitantes del futuro” o tal vez de “otras dimensiones”).
    Tampoco han faltado las falsas invenciones como que esas figuras geométricas poseen ciertos poderes sobrenaturales e incluso alguien ha imaginado, para el terreno de la salud, como terapia, la denominada piramidoterapia.
    Como acotación, entre estas pseudoterapias, podemos señalar las aguas termales de escasos efectos para muchas dolencias serias; la homeopatía; el ayur veda; terapias manipulativas; medicina china tradicional; meditación y todas clases de “curaciones” sobrenaturales.
    La mente no tiene descanso en materia de invenciones de fábulas; algunas para entretener a los niños, otras para ganar dinero en conferencias y ediciones de libritos y revistas sobre el tema, con engaños.
    Así es como la falta de cultura hace que mucha gente incauta alimente a los charlatanes que no escatiman imaginación para crear fantasías a sabiendas de que siempre habrá alguien que crea en ellas como realidades, con el único propósito del beneficio para los bolsillos de quienes las inventan.

Ladislao Vadas