Esta energía (a mi entender: pseudoenergía
denominada “psicotrónicamente” como psicotrón -término que no figura en el
diccionario de la lengua castellana-);es según los fantasiosos, un extraño
fenómeno que consiste en una onda-partícula, relacionada íntimamente con la
psique que pretende fundamentarse en el positrón contrario al electrón, puesto
que contiene carga positiva.
Esta teórica ensalada mixta en miniatura, aún no ha sido
explicada con rigor científico.
Ciertos “expertos” chantas nos hablan también de cierta
energía masculina y de cierta energía femenina. La primera (para los machistas),
es positiva, además de ser eléctrica, activa, mecánica, etc. y se halla
controlada por el “masculino” hemisferio cerebral derecho; mientras que la
energía femenina, es negativa, pasiva (¡no podía ser de otro modo, pues durante
el acto sexual la hembra se muestra pasiva!), intuitiva, subjetiva, etc.
(Disparates vienen, disparates van pero… las pseudociencias son así, y ¡qué le
vamos a hacer!).
El rey de las partículas, según los soñadores esotéricos, es
el cuántico positrón, “antagónico” del electrón; y su empleo en diversos tópicos
curativos es propio de los chantas que mezclan chicha con limonada y hacen
perder un tiempo precioso a aquellos pobres enfermos que requieren una atención
médica con urgencia y no lo saben.
Si el tiempo es oro, entonces amigos pacientes no lo dejen
pasar, actúen con urgencia ante un malestar de extrema gravedad, dejando la
psicotrónica para los psicotrónicos, sus creadores.
Los sostenedores de esta pseudociencia, nos quieren
convencer a toda costa de que se trata de un agregado de energías en perfecto
equilibrio para que nuestro organismo se comporte como es debido, como un reloj
de precisión, incluyendo, por supuesto, a nuestro psiquismo.
Las dos energías fundamentales, que según los chantas, se
constituyen en las más eficientes, son la eléctrica y la magnética.
¡Bueno! ¿Debería tirar al cesto de la basura todos mis libros
de física, y hacer borrón y cuenta nueva para comenzar a estudiar más
minuciosamente esta disciplina al compás de los pseudocientíficos?
(Irónicamente: ¡qué anticuado me siento!).
La psicotrónica último modelo, parece fundamentarse en una
partícula de carga positiva opuesta al popular electrón: el positrón; y los
adeptos a este psicotrónico invento, los psicotrónicos (valga la redundancia)
hacen hincapié en un hecho casi mágico de la física de partículas para
informarnos que pares de electrones y positrones pueden ser creados de sopetón
por un fotón.
Esto empalma bien con mis hipótesis volcadas en mis libros
editados de mi propia factura, como los titulados La esencia del universo y El
universo y sus manifestaciones; lástima que estos señores esotéricos se me van
por las ramas en alas de la fantasía y la fantaciencia (valga este neologismo).
Se valen tanto del chino yin- yang; de cierta energía védica
“del tiempo de ñaupa”; como del primigenio big-bang de la cosmología moderna.
¡Todo vale! Todo sirve de apoyo para una imaginación sin
límites, alejada años luz de la auténtica ciencia experimental que da un
“suculento” y arrollador mentís a los que pretenden elevar al pedestal de la
verdad, toda patraña fruto de la más genuina imaginación puesta al vuelo.
Hasta nos parece, a los hombres sensatos, que se pretende
retornar al pasado remoto, cuando reinaba la fantasía sin límites en los pueblos
primitivos que inventaban toda especie de cosmologías; hoy ridículas ante los
ojos de la moderna ciencia experimental, para reflotar meras fábulas, y los hoy
ya arcaicos conceptos erróneos acerca del universo, la vida y el hombre,
ofreciendo panaceas equivalentes a un cero a la izquierda.
Esta gente nos dice que las personas pueden ser positivas o
negativas. ¡Caramba, esto sí que me pone en dudas! ¿Tendré que recurrir a los
psicotrónicos para que estos me diagnostiquen si soy positivo o negativo? ¡Desde
ya que soy negativo ante las chantadas, y esto me reconforta!
Además, dicen, que es necesario acudir a la psicotrónica en
materia de sexo. Nos explican que las personas de sexo masculino son más
eléctricas que las de sexo femenino. ¡Cuidado entonces! ¡Puede haber
electrocuciones!
¡Otra vez ironías! ¡Al diablo ahora con mis libros de física,
química, bioquímica, antropología… etc.! Una vez metidos en una gran bolsa, que
se los lleven los recolectores de residuos y… ¡a volcarme hacia la bendita
psicotrónica!
Por último, dicen que las personas eléctricas, tienen menos
necesidad de cargarse que las magnéticas. ¡Bueno! ¡Esto ya es el colmo! ¿Aún
podemos continuar en alas de la fantaciencia? Si, pero…poquito, pues de lo
contrario ya sería perder lamentablemente el tiempo, mientras existen otras
cosas mucho más importantes (y reales) para la salud y el bienestar.
Dicen estos fantasiosos que el sol es la mayor fuente de
carga eléctrica para nuestro cerebro, y nuestro cuerpo es como una antena que
capta. Pregunto: ¿en el fondo de una profundidad submarina o en una cueva, nos
transformaríamos en mentecatos?
El hierro, aplicado sobre nuestra frente por unos
minutos, nos transmite energía, nos dicen, sin explicar de qué clase de energía
férrica se trata. Igualmente, el mercurio aporta energía a nuestro cerebro,
etc.…. y otras pamplinas. El oro debe colocarse en el pecho, pues actúa como el
sol. El cobre colocado en la zona lumbar ayuda a conciliar el sueño y evita
soñar con monstruos y otras pesadillas, y… otros interminables inventos de la
rica fantasía humana.
También se aconseja levantar las manos en dirección de la
luna llena, pues mejora la dentadura y… otras sandeces.
Después de todo este quimérico panorama, ¿qué me queda por
hacer? ¡Simplemente rechazarlo todo, como un sueño de locos, y quedarme con la
realidad!
Ladislao Vadas