En uno de sus últimos despliegues escénico-discursivos que dejan más aún en evidencia todos los defectos y vulnerabilidades personales y del gobierno, la Sra. PresidentA de la Nación afirmó ayer (entre otras tantas inexactitudes a las que ya nos tiene por demás acostumbrados) que “la Deuda Externa es legítima”.
Expresó asimismo que los enemigos no son suyos sino “del país”, omitiendo quizás por “olvido involuntario” decir que “su” política fundamentada exclusivamente en el interés “autistamente mezquino” de “los cónyuges de referencia”, sumada a los pésimos asesores de los que se rodea, la colocan irremediablemente en la misma situación: “enemiga del país que para colmo - hipotéticamente - preside”. (Olvidemos por ahora el veto a la Ley de glaciares y el arsenal de barbaridades que perjudican de manera atroz al país bajo su gobierno)
También se ensañó decididamente con los “buitres” tildándolos de “fondos” y uno se pregunta si la conducta por demás evidenciada de voracidad sin límites, especulación, inescrupulosidad con la que el matrimonio se llenó los bolsillos durante la ultima dictadura militar, despojando a otros de manera sanguinaria de sus propiedades en el marco de una pretendida legalidad del momento, no es el mismo accionar “buitre” que la Señora describiera ayer, más o menos como que son animales que andan al asecho, y comen carne podrida de cadáveres, carroña, aprovechándose del desesperante estado de algún tercero en serias dificultades “vitales”. Sin contar claro, los fondos de Santa Cruz, y el vastísimo listado del producido de “actividades comerciales” que no le cierran a nadie, pero el Juez Oyarbide encontró perfectamente normales y justificables reflejadas en el patrimonio kirchnerista.
Recuerdo como anécdota cuando al asistir a un desastre natural ocurrido en una provincia del Norte argentino hace no mucho, panorama por demás devastador y desesperante para nuestros inconsolables compatriotas del lugar, dijo ingenuamente “acá el problema es la pobreza estructural”, a lo que muchos nos preguntamos casi por reflejo: “¿y usted Señora tiene tan poco poder que no puede hacer nada para, aunque más no sea, paliar en parte el problema?”.
Probablemente nuestra PresidentA pase a la historia como la mandataria que más inexactitudes dijo, en los momentos y lugares menos apropiados, contando con el peor de los asesoramientos y un desconocimiento exacerbado pocas veces visto, acerca de todo aquello sobre lo que “inevitablemente” opina y dicta cátedra.
Bueno, pero de Deuda Externa empecé hablando y la cosa es más o menos así.
En 1971 Richard Nixon (como dije en “El dinero y una brevísima alusión a la Deuda Externa – Parte I”), quitó el respaldo oro al dólar, lo que provocó la irremediable devaluación de las reservas de todos los países que habían aceptado remitir las suyas en ese metal y recibir en su reemplazo moneda norteamericana confiando en que Estados Unidos cumpliría su parte del acuerdo de mantener el precio fijo de la misma, no contaron que cualquier excusa sería buena para no hacerlo. En este caso, la necesidad de EE UU de financiar la Guerra de Vietnam fue un argumento insuperable.
Los bancos europeos, fundamentalmente y otros fuera de EE UU, decidieron ofrecer créditos y captar depósitos en dólares, lo que generó la expansión de éstos sin su correspondiente respaldo en oro.
Con esta maniobra, los bancos no sólo quedan fuera del control de todos los Estados como el de los gobiernos europeos o la Reserva Federal de los EE UU sino también del interestatal control del FMI. Es decir que se desregulan las transferencias internacionales vulnerándose así el art. VI del Convenio Constitutivo del FMI y por segunda vez los Acuerdos de Bretton Woods (la primera la hizo Nixon al devaluar).
En 1973 aumenta el precio del petróleo y entre 1974 y 1980 los países miembros de la OPEP logran excedentes económicos por un total cercano a los trescientos mil millones de dólares que depositan en los mismos bancos desde donde se remitían sus erogaciones, mediante sencillas transferencias de cuentas, lo que provocó una mayor superabundancia de dólares flotantes, a los que se sumaron los “petrodólares” y los “eurodólares”.
El problema se planteaba ahora en el hecho de tener dinero inmovilizado y tener que pagar interés por él, entonces la solución se encontró en colocarlo en Latinoamérica, prestando a países emergentes y cobrando tasas altísimas.
Estados Unidos entonces, resolvió su crisis financiera promoviendo deudas odiosas en países pobres, por la estupidez, ambición desmedida y mentalidad “buitre” de sus gobernantes en sintonía con los intereses foráneos.
Resumiendo la evolución de la deuda en Argentina, puede apreciarse que entre 1946 y 1948, son rescatados el total de títulos de la misma, es decir que ese resulta el único período de la historia nacional donde no tuvimos Deuda Externa.
A partir de 1955/56, distintos autores difieren. Para unos la deuda reclamada por el Eximbank era de alrededor de 60 millones de dólares, para otros no existía tal deuda.
Lo cierto es que en 1956 el Presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu modifica el sistema económico vigente remitiendo nuestras reservas en oro a los EE UU y recibiendo a cambio dólares, hecho que tuvo lugar en 1957.
Nótese al respecto como dato más que relevante que la reforma constitucional de 1949 debió ser dejada sin efecto en 1955 por la Revolución Libertadora que reimplantó la de 1853 en virtud de que el Plan Prebisch por el cual Aramburu hizo lo que hizo, contemplaba el compromiso de aprobar los Acuerdos de Bretton Woods, ergo la Carta Orgánica del FMI.
Téngase presente asimismo, la imperiosa necesidad de los intereses foráneos en connivencia con los “buitres” locales de implantar gobiernos de facto en todo el continente para disciplinar socialmente, someter a pobreza, deterioro de los sistemas de salud, pérdida de derechos laborales y de diversos órdenes, modificación de normas en educación, pauperización de los sistemas de salud, etc.
Para 1956 entonces, la deuda flotante registrada por la Revolución Libertadora era “no exigible”, de naturaleza comercial y perfectamente compensable con exportaciones. Pero Aramburu tenía que mejorarla y en torno al acuerdo con el “Club de París” ¿le suena?, transformó la deuda flotante no exigible en “deuda financiera consolidada exigible”, lo que explicaría la razón por la cual algunos autores sostengan que la Deuda externa no existía y fue “creada” por la Revolución Libertadora.
Para 1958, cuando la Revolución Libertadora deja el gobierno la deuda excedía los mil millones de dólares.
En 1962, al finalizar su mandato el Presidente Frondizi la deuda era de unos dos mil millones de dólares; al final del gobierno de Guido en 1963 superaba los dos mil millones.
Para 1973, Cámpora recibe el gobierno de los militares con una deuda que rondaba los tres mil millones de dólares, llegando a fines del mismo año a tres mil quinientos sesenta millones de dólares.
En pleno golpe militar del 24 de marzo de 1976 la ”Deuda Externa Consolidada” ascendía a cinco mil trescientos millones de dólares.
Para 1983 estaba en treinta mil doscientos millones de dólares y en 1989 en sesenta mil millones, pasando en 1999 a ser de ciento veintidós mil millones de dólares. En 2001 la deuda ascendía a unos ciento treinta y tres mil millones
En los últimos 26 años se han pagado alrededor de 200 mil millones y restan otro monto similar aún en concepto de comisiones, intereses, etc. y no contemos los siderales montos correspondientes al endeudamiento provincial, municipal y deuda externa privada.
¿Quiénes generaron todo esto?, ¿Para beneficio de cuántos pocos?, ¿En detrimento de cuantos millones de seres humanos sometidos?, ¿Con la complicidad de qué elites?.
¿No hay acaso a partir de la generación de esta deuda más pobreza, más miseria, más deterioro social, más deterioro laboral, más deterioro de la salud y de la educación, más deterioro cultural, mayor dependencia económica de los “buitres”?
¿Es esta la Deuda “legítima” de la que habla la Señora PresidentA?
Seguiremos la próxima con los planes de refinanciación de los diferentes gobiernos, quienes se beneficiaron de manera exorbitante cobrando estas comisiones, cómo se llevaron adelante las negociaciones y renegociaciones y quienes fueron sus autores, para ver si podemos seguir creyendo en el argumento de su legitimidad.
Si esta señora fuera abogada sabría que los actos NULOS de pleno derecho son insubsanables. Ergo, la deuda ilegal e ilegítima nunca puede legalizarse, y todos aquellos, desde Aramburu hasta esta señora, son presuntos responsables, en calidad de autor y/o partícipe necesario, de diversos delitos (fraude, malversación de caudales, falsedades documentales, cohecho, etc). Como se dice en otra nota, todos estos señores deberían estudiar derecho constitucional y comprender que el sistema económico al que le dan soporte vulnera la Constitución argentina ya desde el Preámbulo que a RA tanto le gustaba repetir, pero ninguno respetar. ¿Cómo se puede promover el bienestar general permitiendo el interés y el interés compuesto como base de relación de los pretendidos intercambios financieros? Ello al margen de las comisiones, quitas, prebendas y acuerdos plenamente delictivos.
Excelente artìculo,falta decir nada màs que lo tenedores de bonos en màs de 90 mil millones son ciudadanos argentinos el resto extranjeros,por lo tanto,es DEUDA PÜBLICA ,en su mayorìa ,pero no exenta de investigar cual es legìtima y cual no.