Algunas repercusiones por la detención de la viuda de Noble
Dos horas después de la detención, ganan la primicia “Crónica TV” y “América”. Obviamente, el “Grupo Clarín” no sale con los tapones de punta de inmediato, prepara una estrategia, una salida elegante.
La agencia “Télam” busca respuestas en “Clarín” y un directivo del medio, formula que darán a conocer un comunicado sobre el particular.
Habrá que esperar unas horas para que “Arte Gráfico Editorial Argentino S.A”, empresa editora de “Clarín” comunique que “ha tomado conocimiento, en horas de la tarde, de la abusiva detención de la directora del diario (…) Dicha medida procesal fue adoptada por el Dr. Roberto Marquevich, titular del Juzgado Federal N° 1 de San Isidro con fundamento en la presunta imputación del delito de uso de documento público falso. AGEA S.A. desea expresar su profunda preocupación ante la adopción de medidas que considera claramente abusivas e ilegales, además de manifiestamente contrarias a los derechos constitucionales básicos de libertad ambulatoria, debido proceso y garantía de la defensa en juicio. En efecto, la detención citada constituye, a juicio de AGEA S.A., un gravísimo precedente institucional por su manifiesta ilegalidad y flagrante abuso de la medida dispuesta. Cabe aclarar que en ningún momento la Justicia citó hasta la fecha a la Sra. de Noble a prestar declaración indagatoria. En consecuencia, la detención resulta un acto procesal intempestivo y arbitrario que excede el limitado propósito de lograr su comparecencia al tribunal al efecto de la referida declaración indagatoria. La detención ha sido ordenada en una causa familiar en la cual la directora de Clarín prestó siempre activa colaboración, poniéndose en forma invariable a disposición del tribunal. Por este tema en su momento existieron dos causas similares que fueron desestimadas previamente por el mismo Marquevich y por el juez Adolfo Bagnasco, por carecer de elementos básicos y esenciales para darles sustento. Más allá de la defensa de sus garantías constitucionales que llevará adelante la directora de Clarín, la misma seguirá cooperando firmemente con la Justicia, como lo ha hecho hasta ahora”.
[La negrita no pertenece al texto original]
Acusa “Clarín” digital:
“Ultimo momento. 21:45 | Sociedad
Abusiva detención de la directora de Clarín
La medida contra la Sra. Ernestina Herrera de Noble fue dictada esta tarde por el polémico juez Marquevich”.
El 18 de diciembre, se lee en la primera plana del diario “Clarín”, con tipografía catástrofe:
“En una causa por la adopción de sus dos hijos
Detención arbitraria de la directora de Clarín. La dispuso el juez”
El 19:
“Mantiene detenida a la directora de Clarín
Nuevo abuso del juez Marquevich”
“La fiscal dice que debe ser puesta ya en libertad.”
El 20:
“Nuevos indicios de un complot político
Marquevich no quiso liberar a la directora de Clarín”
El 21:
“Consejo de la Magistratura
Piden un nuevo juicio político a Marquevich”
“La directora de Clarín detenida en su casa”
El 22:
“Analizan si anulan la prisión domiciliaria”
El 23:
“Trayectoria polémica
Escándalos en el legajo del juez Marquevich”
“El 60% dice que la directora de Clarín fue detenida por ‘razones políticas’”
El 24:
“Terminó la arbitraria detención de la señora de Noble
La directora de Clarín está en libertad”
Por otro lado, la “Asociación Periodistas” emite un comunicado preocupados por la libertad de prensa. Señala Llonto que “una agrupación que reúne a una serie de jefes, conductores de programas de radio y televisión, redactores jerarquizados y ‘especiales’ y responsables de los principales medios argentinos, y que expresó su ‘preocupación ante la detención de la directora del diario ‘Clarín’, Ernestina Herrera de Noble, y advierte sobre sus peligrosos efectos sobre la libertad de expresión en la República Argentina (sic). La detención de la señora de Noble en una causa en la que se investigan irregularidades en las adopciones de sus dos hijos, plantea el necesario debate sobre los derechos y garantías de las personas en el debido proceso, cuando son acusadas de cometer delitos’. Nada se decía del contenido de fondo de la causa, que era la probable sustracción de menores. Por gestiones vía e-mails y la presión a veces destemplada de Guareschi, quien integraba la asociación desde sus comienzos, aceptaron finalmente poner sus firmas los periodistas María Laura Avignolo (Clarín), Ana Barón (Clarín), Santo Biasatti (Clarín), Nelson Castro (TN-Clarín), Ariel Delgado (radio, ex Crónica), Rosendo Fraga (consultor y dueño de una encuestadora), Carlos Gabetta (Le Monde), Rogelio García Lupo (Clarín), lsidoro Gilbert (La República de Uruguay), Andrew Graham Yoll (ex Buenos Aires Herald), Martín Granovsky (Página/12-Clarín), Mariano Grondona (Canal 9), Roberto Guareschi (Clarín), Mónica Gutiérrez (América TV), Ricardo Kirschbaum (Clarín), Jorge Lanata (América), José Ignacio López (La Nación), Fanny Mandelbaum (Canal 13-Clarín), Tomás Eloy Martínez (free-lance), Joaquín Morales Sola (TN-Clarín), Norma Morandini (Clarín), María Moreno (Página/12-Clarín), Silvia Naishtat (Clarín), James Neilson (Noticias), Teresa Pacitti (Perfil), Magdalena Ruiz Guiñazú (Clarín), Hermenegildo Sábat (Clarín), Fernán Saguier (La Nación y sobrino nieto de Noble), Claudia Selser (Clarín), María Seoane (Clarín), Oscar Serrat (agencia AP), Ernesto Tiffenberg (Página/12-Clarín) y Horacio Verbitsky (Página/12-Clarín)”. 57
El jueves 19 de diciembre de 2002, Joaquín Morales Solá en “La Nación”, muestra la faz humana de la directora de “Clarín”, la de “Una madre que siempre habló de adopción” y cuestiona a quién la detiene: “Era el invierno de 1976. La Argentina, que ya había vivido varios años de lucha armada entre las organizaciones insurgentes y las fuerzas militares del Estado, ingresaba de lleno en un baño de sangre, que un cuarto de siglo después sigue dejando secuelas de dolor y de lágrimas. Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas, en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría. El relato incluía la forma en que esas criaturas habían llegado a sus brazos. Un bebe tenía una hermosa sonrisa y el otro no paraba de llorar, decía. Incluía, también, los farragosos trámites de la adopción entre jueces, médicos y abogados. Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo. Sea cual fuere el antecedente biológico de sus hijos, lo cierto es que los crió con la devoción y el cariño de una madre. No hay delito si no se fue partícipe o cómplice por acción o por omisión del hecho. El contexto de 1976 no era el de hoy. Aun las personas que luego formarían la trágica saga de desaparecidos, en aquel año no eran consideradas como tales por ningún argentino que no estuviera en el corazón del poder militar. El caso de los niños desaparecidos tardó más de una década en aparecer como un conflicto de proporciones. Incluso, en el juicio a las juntas militares, en 1985, la Cámara que juzgó a los primeros comandantes de la dictadura no encontró pruebas ni argumentos para resolver sobre esa cuestión. Se creía entonces -y se creyó durante mucho tiempo- que el secuestro de bebes era un fenómeno aislado, aunque la historia posterior encontró las huellas de un plan sistemático. Pero todo eso era ignorado por todos en 1976 (…) ¿por qué dar por supuesto que todos los niños adoptados en 1976 eran hijos de personas desaparecidas? ¿Por qué no creer en la palabra de una madre que relató siempre las características normales de una adopción? ¿Por qué someterla a semejante vejación, como la que sufre actualmente la directora de Clarín, sin haber agotado -y ni siquiera iniciado- las instancias judiciales para conseguir su testimonio? El caso cobra especial relieve cuando la República está sometida a las decisiones de jueces que actúan como dirigentes políticos o que resuelven bajo protección política. Tampoco puede dejarse de lado la campaña pública que hubo durante más de 10 años sobre los hijos de Noble, que respondió siempre a claros objetivos políticos. Por eso, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, reclamó siempre extrema prudencia y cautela para el tratamiento de este caso. Supo que ella y su organización habían sido colocadas en un lugar muy complejo, entre la búsqueda de la verdad y el interés de oscuros proyectos políticos. Ya en 1997, la actual candidata presidencial Elisa Carrió, entonces presidenta de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, rechazó de plano un pedido de juicio político contra el ex juez Adolfo Bagnasco por esta causa. Se lo acusaba al magistrado de haber demorado la investigación. Carrió reclamó, antes de tomar la decisión, el testimonio personal y reservado de varias personas (entre ellas, la de quien esto escribe). Otro aspecto del caso es el polémico y cuestionado juez, Roberto Marquevich, sometido él mismo a una investigación en su momento por sus supuestos vínculos con el empresario muerto Alfredo Yabrán. Marquevich sostuvo siempre, por ejemplo, la tesis del increíble suicidio del brigadier Rodolfo Etchegoyen, cuando su familia sigue asegurando que se trató de un crimen que el magistrado nunca investigó. El contexto actual indica, más bien, la presencia de un ensañamiento contra la prensa independiente que de actos de justicia. Campañas públicas recientes en revistas y en panfletos callejeros (…) señalan que la sistemática destrucción de las instituciones argentinas podría incluir ahora también el objetivo de herir a la prensa independiente, una de las últimas instituciones que quedan en pie.
En el actual desierto institucional, la ausencia de la prensa libre podría condenar al país al vacío de un destino. La calumnia sistemática y la desinformación deliberada contra LA NACION y la vejación inadmisible a la señora de Noble han roto fronteras, han destruido límites sutiles de las formas democráticas, que serán tan difíciles como imprescindibles de reconstruir”. 5
[La negrita no pertenece al original]
Morales Solá ratifica su apoyo a la directora de “Clarín” y el ataque a Marquevich, cuando al referirse a Héctor Magnetto en el libro de López sostiene: “viví desde la distancia lo que considero los momentos más dramáticos de su vida pública. Uno de ellos fue, cuando despuntaba el nuevo siglo, la arbitraria e injusta prisión de la directora del holding, Ernestina Herrera de Noble, por decisión de un juez que luego fue echado por el Consejo de la Magistratura, acusado de administrar mal y con dobleces la justicia. Algunos jueces en la Argentina se dedican a hacer favores a poderosos de cualquier laya ordenando prisiones, procesamientos o persecuciones contra periodistas, editores y propietarios de medios. Se han convertido en el brazo armado de los que desprecian la prensa, porque no la reconocen- y nunca la reconocerán- como un valor imponderable e imprescindible de la democracia”. 59
[La negrita no pertenece al texto original]
El texto apologético de uno de los dos columnistas estrella del diario fundado por Bartolomé Mitre, es rebatido por el periodista Hernán López Echagüe, quien enfrenta a Morales Solá dese hace años. Desde SERPAL (Servicio de Prensa Alternativa) responde: “Resulta asombroso corroborar en estos días el temor que ha infundido en los grandes medios de comunicación el arresto de la señora de Noble. La ausencia de artículos u opiniones que reflejen el estupor que causa la presunción de que la propietaria del grupo Clarín habría adoptado a dos niños desaparecidos, salvo raras excepciones, es simplemente formidable. Motivo de escándalo ha sido el suceso de la detención, y no, como debiera ocurrir en un periodismo independiente y objetivo, el hecho de que la distinguida señora, premiada en el extranjero por su defensa de los derechos humanos, hacedora de espectáculos benéficos como ‘Un sol para los chicos’, aparezca sospechada de haber cometido tamaño delito. ¿Qué está ocurriendo? ¿Temen, algunos periodistas, perder el empleo? Con todo, ha sido Joaquín Morales Solá, columnista de ‘La Nación’, y fiel escriba del diario ‘Clarín’ en tiempos de la dictadura, quien ha elevado la hipocresía al grado de arte en un artículo que, bajo el título ‘Una madre que siempre habló de adopción’ (…) Tras subrayar las lágrimas que brotaban de los ojos de la señora de Noble cuando, en el invierno de 1976, relató a los empleados de Clarín la adopción de sus hijos Marcela y Felipe, y el injusto dolor que hoy está padeciendo, escribe Morales Solá: ‘El contexto de 1976 no era el de hoy. Aun las personas que luego formarían la trágica saga de desaparecidos, en aquel año no eran consideradas como tales por ningún argentino que no estuviera en el corazón del poder militar’. Pues bien, ¿dónde, sino en periódicos como ‘La Nación’ y ‘Clarín’, podía uno hallar las arterias más espesas y palpitantes del corazón del poder militar? [seguidamente López Echagüe recuerda que Morales Solá y otros periodistas compartieron un almuerzo, en 1976, en los salones del Regimiento de Infantería 19, en San Miguel de Tucumán, a contados metros de un Centro Clandestino de Detención con el general Antonio Domingo Bussi, quién les regala a los invitados un pergamino en donde les agradece su colaboración en la lucha contra la subversión] Añade Morales Solá en su artículo del jueves último: ‘El caso de los niños desaparecidos tardó más de una década en aparecer como un conflicto de proporciones. Incluso, en el juicio a las juntas militares, en 1985, la Cámara que juzgó a los primeros comandantes de la dictadura no encontró pruebas ni argumentos para resolver sobre esa cuestión’. Todo mueve a pensar que el columnista ha transcurrido largos años apresado en una burbuja. La asociación Abuelas de Plaza de Mayo nació el 22 de octubre de 1977, en tanto Morales Solá andaba inmerso en la escritura de sesudos artículos acerca de las internas del poder militar. Mal no le vendría a Morales Solá pasar la vista por las penosas páginas del Diario del Juicio; allí podrá hallar más de un relato sobre el robo de niños, sobre los atroces partos en los Centros Clandestinos de la dictadura. Continúa el columnista de ‘La Nación’: ‘Se creía entonces -y se creyó durante mucho tiempo- que el secuestro de bebes era un fenómeno aislado, aunque la historia posterior encontró las huellas de un plan sistemático. Pero todo eso era ignorado por todos en
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En realidad, el autor de “El enigma del general Bussi”, en el que relata el encuentro festivo de algunos periodistas con el general genocida, omite que no sólo “Clarín” y “La Nación” apoyan al golpe de estado y actúan en consecuencia a través de tapas y notas.
“Clarín” es una especie “Frankestein camaleónico”, construido con la ideología e nuestra clase media. Se adapta, sin miramientos ni resquemores, a sus públicos lectores. Un caso típico de “contrato de lectura”, según la terminología del semiólogo Eliseo Verón.
Por otro lado, el 22 de diciembre de 2002, “Página
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Néstor Genta