‘’Frente a la cúpula de la CGT, la presidenta Cristina Kirchner volvió a defender el uso de reservas del Banco Central para pagar deuda y pidió a los empresarios dejar de "relacionar los salarios con la inflación". En plena crisis institucional causada por el decreto presidencial destinado a usar 4.382 millones de dólares de las reservas de la entidad monetaria, la Presidenta convocó a todos los sectores "a un acuerdo superador" en que se pueda plasmar las directrices o fundamentos, que a su entender "nadie puede discutir"."En 2009 se puso a prueba la solidez del modelo. Por eso, es necesario conformar un acuerdo del Bicentenario, que incluya la necesidad de conciliar la certeza que el desarrollo del mercado interno es condición sine qua non, abandonar la idea ingenua del libre comercio sin restricciones y profundizar el desendeudamiento de la Argentina", enumeró la mandataria. Durante su exposición, Cristina Kirchner advirtió que el país necesita "tener un mercado más amplio y conquistar nuevos mercados que nos permitan colocar mayor volumen". Y añadió: "La inflación como cuestión recurrente tiene que terminar con el verso de que los salarios son los que generan la inflación. Es necesario tener la claridad de volver a conciliar la demanda con la oferta". También aprovechó para reforzar su alianza con los sindicalistas: "Reconozco a quienes están aquí una autoridad por sobre el resto de los actores económicos, porque han tenido una conducta de una responsabilidad pocas veces vista" .Para la Presidenta, "la clave es seguir profundizando todas estas líneas" y aclaró que el desendeudamiento que promueve con reservas es para evitar "pagar tasas del 15 o 16%". En ese momento dedicó un párrafo a la oposición: "Tenemos que tener madurez y responsabilidad de tener a mano los instrumentos que nos permitan tener menor erogación al erario público. La Argentina debe comprometerse a pagar su deuda. Sería bueno que el Parlamento le demuestre al mundo que está dispuesto a sacar a la Argentina del default", según lo publicado hace un rato en La Nación online.
Luego de esta nueva catarata de definiciones, nuevamente es perentorio seguir acariciando lo áspero. La mandataria se refirió a la inflación, como una entidad actuante y sonante, no como una entelequia a la cual el INDEK descree tajantemente de su existencia. ¿Cómo es eso? ¿Ahora admiten que es una realidad? Luego de mofarse a mandíbula batiente de quienes osaron cuestionar las supremas cifras digitadas por el Pingüino Supremo, ¿ahora recurren a reconocer lo irremediable?
Desde el púlpito se tiende la mano a efectos de integrar a quienes están de la vereda de enfrente a ‘’un acuerdo superador’’. Cuestión bastante difícil, dado que precisamente el kirchnerismo nunca fue muy afecto a conciliar posturas con quienes consideró abiertamente “adversarios”, y cabe recordar que, luego del batacazo del 28 de junio, la misma mandataria los convocó a un diálogo que fue algo casi caricaturesco.
La columna vertebral del movimiento
Cuando asumió Néstor Kirchner en 2003, fue pública y notoria su aversión manifiesta por los gordos de la CGT y por cualquier expresión del peronismo tradicional, a tal punto que en un acto la actual presidenta los llegó a calificar de “entresacados” de un guión de Francis Ford Coppola.
Con este espíritu surgió la transversalidad, un engendro que se atomizó luego de la crisis agropecuaria surgida en marzo de 2008. A partir de entonces, se produce la huida casi en masa de sectores progresistas desencantados del rumbo político y socioeconómico que había tomado Cristina Fernández de Kirchner. Digitada por su marido, retornó sobre sus pasos y abrazó nuevamente al otrora vilipendiado PJ y a los caciques sindicales anteriormente rechazados como corruptos dinosaurios.
Por eso, fruto de la necesidad imperiosa que siempre tiene cara de hereje, estos mismos se han convertido en ‘’una autoridad por sobre el resto de los actores económicos, porque han tenido una conducta de una responsabilidad pocas veces vista’’. Dese por seguro que el resto de los actores económicos mencionados para nada estará de acuerdo con esta definición, sobre todo aquellos dirigentes de la CTA que aún reclaman el reconocimiento de la personería jurídica, así como también los muchas veces reprimidos sindicatos de base, nunca tenidos en cuenta por la ineficiente gestión del ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
‘’La Argentina debe comprometerse a pagar su deuda. Sería bueno que el Parlamento le demuestre al mundo que está dispuesto a sacar a la Argentina del default’’. ¿No era que ya habíamos pagado todo al FMI? Y en caso de hacerlo, ¿con su accionar, parafraseará aquella expresión de Nicolás Avellaneda, que se propuso pagar la deuda con la Baring Brothers ‘’por sobre el hambre y la sed de los argentinos’’?
Cosas veredes, Sancho, ¿señal de que nos están embaucando de nuevo?
Fernando Paolella