El miércoles fue uno de esos días en los que en forma más evidente quedó expuesta la abismal diferencia que existe en "hacer política", entre el matrimonio Kirchner y la oposición, con Macri como protagonista. Claro, con resultados proporcionalmente distintos.
En mayo pasado, en el contexto del Bicentenario, el escenario político pareció polarizarse entre los Kirchner y Macri, lo que estaba claro beneficiaba en algún punto al jefe de gobierno porteño, siempre que lo pudiera capitalizar.
Tal vez la falta de cintura política haya sido letal para que Macri no utilizara ese momento para convertirse en el líder que el Peronismo Federal o antikichnerista de Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Francisco de Narváez y otros, vienen reclamando a gritos. O al menos, acercarse a ese sector para comenzar a hilvanar un futuro político para enfrentar, con cierta chance a Néstor Kirchner, si el santacruceño decide participar de la compulsa electoral. Pero no fue así.
"Macri debió dejar la soberbia y aliarse con nosotros, y seguro no sufriría lo que hoy está sufriendo", confesó un dirigente del peronismo disidente.
En un país como la Argentina, cuya división de poderes pocas veces en su historia fue respetada, salvo en las oportunidades en que la relación entre los poderes Ejecutivo, Judicial o Legislativo se transformó en una suerte de guerra de "corporaciones", que los Kirchner estén o no detrás del procesamiento de Macri en la causa por las escuchas ilegales, culmina siendo anecdótico.
En ese esquema, prima el uso político que pueda hacerse de una circunstancia como esta. Y es allí donde la distancia entre el kirchnerismo y la oposición resulta, a veces, increíble. Las dos fotos de hoy, son contundentes: Cristina Fernández y Néstor Kirchner festejando en la Casa Rosada la promulgación de la ley de matrimonio homosexual que suma nuevos adherentes al proyecto K. Y, por otro lado, un Mauricio Macri promoviendo su propio juicio político.
Tanto la Coalición Cívica de Elisa Carrió como el espacio Proyecto Sur de Pino Solanas, con sus posturas frente al caso Macri, están siendo funcionales al interés del matrimonio presidencial, a nivel nacional, no porteño: las próximas elecciones presidenciales.
Ante la hipótesis de un Macri fuera de juego en la carrera presidencial, a costa de sus supuestos socios en el arco "antikirchnerista", la oposición verá reducida sus alternativas. No es demasiado ilógico pensar que este panorama beneficia a un sólo sector: el que de seguro encabezará Ricardo Alfonsín o Julio Cobos.
No es casual que de promover a Daniel Scioli como el candidato presidencial del oficialismo para el 2011, el kirchnerismo pasara primero a soñar con la candidatura de Néstor Kirchner e incluso se diera el lujo en las últimas horas de jugar con una reelección de Cristina Fernández.
"¿Imaginan una segunda vuelta entre Kirchner y Alfonsin o Kirchner y Duhalde?, fantaseó un funcionario del gobierno nacional.
Está claro que aún falta mucho tiempo para ingresar al terreno de las certezas acerca de nombres de candidatos, fórmulas y perspectivas.
Walter Schmidt
DyN
Obvio que la segunda vuelta será Dualde-Kirchsner.El cabezón es el único capaz de prometer mas y repartir mas creando mas clientes en la Pcvia de Bs As.La clase media tiene su voto muy dividido y no alcanza para elegir un presidente.Nos guste o no, la gran masa clientelar decidirá nuestro futuro.Resumiendo....salimos de guatemala y caemos en guatepeor
La política de hoy no sirve es pura basura yo con mis 20 años me doy cuenta que quieren tapar con planes sociales o cadena nacional la pobreza del país das asco cristina kirchner