Tengo una duda, ¿será que los argentinos no queremos solucionar nada y tenemos que seguir defenestrando de arriba hacia abajo a Néstor Kichner, Cristina Fernández, Aníbal Fernández, y todos los integrantes de la oposición, periodistas de Canal 7 y de radios independientes, etc., etc.?
¡Cómo será la cosa que hasta Scioli pide ayuda, reconociendo que no tiene soluciones, frente al aumento de la meneada "sensación de inseguridad", palabras que si no fueran tan graves y absurdas, moverían a la mofa!
Les pido a los lectores de Tribuna de Periodistas, si es que esta nota llega a publicarse, que la lean hasta el final. Aunque si no lo aguantan, lean directamente el final, algo que no recomiendo por supuesto, ya que me costó un tiempito escribirla.
La semana anterior, asistimos a la injusticia de los importes pagados a los jubilados, pese al anuncio de nuestra Presidenta en el concurrido (por el número de funcionarios y adherentes) acto de 40 minutos transmitido por cadena nacional, donde se anunció el aumento a jubilados y planes sociales que paga la ANSES.
Repito: la injusticia por las deudas que el ANSES mantiene por malas liquidaciones o actualizaciones no realizadas, con interminables juicios, algunos ya con sentencia en fallos judiciales que son apelados por el mismo ANSES, con el único objetivo de esperar la muerte de nuestros mayores.
Bernard Lietaer escribe en su libro El Futuro del Dinero, acerca de la elevación en el promedio de vida y las consecuencias que esto tiene sobre la economía mundial y los planes jubilatorios de los países y que la solución estaría en la creación y utilización de bonos especiales o monedas complementarias, algo resistido por los organismos mundiales financieros; sabemos que no se permite que el común de la gente tenga acceso a su propia moneda, ya lo dijo el Barón Rotschild: “Denme la impresión del dinero y no me importa quién haga leyes".
Y si no, recuerden cómo los Clubes de Trueque solucionaron en parte la crisis del 2001. Estas monedas, en manos de jubilados, se pondrían prontamente en circulación para la compra de elementos de consumo, alimentos, vestimenta, remedios, pago de viajes, etc.; y podrían ser aplicadas por las empresas, en pago de impuestos, lo que no tendría las consecuencias inflacionarias temidas, o el bastardeado argumento del Gobierno en cuánto lo desfinanciaría y provocaría un colapso de ingobernabilidad.
En caso de que no se quisiera aplicar esta sana receta, se pueden obtener recursos de la ganancia que genera el juego, la renta financiera no gravada o aplicar impuestos serios a la minería. No es posible que intereses de afuera se lleven el oro, el uranio y tantos otros metales fundamentales para la sociedad tecnologizada de hoy y paguen un 3% que ellos mismos exponen como declaración jurada y sin control alguno, dejando tierras y agua envenenadas.
También se puede dar empleo a 50.000 trabajadores, solamente poniendo en marcha los ferrocarriles, ahorrándonos los 9.000 millones de dólares que se compraron a China en el exitoso viaje de nuestra Presidente —o Presidenta, no veo gran diferencia—, o la adquisición de materiales ferroviarios provenientes de Portugal que no funcionan en nuestras vías.
Tenemos astilleros que pueden volver a construir barcos, que también generarían muchos puestos de trabajo y además evitarían el flujo que significan los fletes de granos y otras materias primas, sin contar con los recursos petroleros y gasíferos que dicho sea de paso ayer le cortaron a la tumba de Manuel Belgrano el gas de la lámpara votiva de su mausoleo, por falta de pago, debido al robo del medidor de gas.
Gravar o evitar el saqueo y depredación de nuestra fauna ictícola y tantos otros recursos y también controlar la evasión fiscal que el Gobierno debería realizar, y además podrían disponer de los fondos que tanto se ufanan de tener en el Banco Central, por ejemplo en la construcción de viviendas e infraestructura urbana en lugares asignados fuera del centralismo capitalino y de esta forma dar puestos de trabajo en blanco desde donde se pueden conseguir los fondos para el ANSES amortizando parte de este capital de los planes con trabajo real, es decir poner en marcha el país en lugar de pagar una deuda ilegitima y fraudulenta según los estudios de Alejandro Olmos con el fallo del juez Ballesteros.
Pero claro, uno puede preguntarse y responderse a la vez, por qué no se hace todo esto, ¿se desconoce por nuestros dirigentes? ¿Será que por ser abogados, buscan solamente el conflicto y no la solución? ¿A quién o quiénes beneficia esta evidente política de entrega y saqueo?, la respuesta está ahí, lo que no sé es si queremos verla o preferimos la compra de nuestras conciencias con planes de subsidios que pagan los que sí trabajan.
La solución es sencilla, pero tenemos que realizar un examen retrospectivo: ¿qué queremos los argentinos?, ¿Planes en lugar de trabajo y que nos distraigan con futbol para todos, Maradona sí, Maradona no, el casamiento entre personas del mismo sexo o si Fort se pelea con Tinelli, con la mole Moli o con su guardaespaldas? Lejos de darles soluciones, le damos la misma importancia a los problemas de los argentinos que a todos estos temas, cuando verdaderamente creo que lo que realmente le interesa a la gente es lo referente a seguridad, vivienda, educación y salud. Todos los llamados y mensajes que recibimos, se han referido siempre a estas falencias y necesidades de los que nos miran y nos toman en cuenta con sus consultas. Lamentablemente no podemos dar la solución a todos sus requerimientos, solamente les decimos, “vengan al programa y expresen en cámara lo que les pasa”.
¿Qué es lo que tenemos en este momento?, evasión de grandes contribuyentes, Estado pagando en negro, fábricas cerradas por Menem sin que fueran abiertas por esta administración, pooles de siembra con un 20% que tienen el 80% de la producción agraria, cuando el 80 % producen solamente el resto del 20%, fletes marítimos en manos de armadores internacionales, la destrucción de nuestra flota mercante creada en 1945 , el manejo del comercio exterior, en manos de cinco o seis monopolios extranjeros, nuestras principales empresas -ya sean petroleras, cementeras o de alimentos- en poder de capitales internacionales, y todo lo que ya sabemos y conocemos pero que no podemos o no queremos - esta es mi duda- cambiar o modificar. Así como cuando nos tocaron el bolsillo, un gobierno se tuvo que ir a causa de un movimiento espontáneo nacional, también debemos exigirle al Congreso, hoy divido, que se una en un proyecto Nacional para cambiar el rumbo extranjerizante del modelo; creo que este es el momento, ya que están todos de campaña.
El pasado 27 se cumplió otro año de la creación de la Gendarmería, que fue diseñada para el control de nuestras fronteras. Basta con leer la ley y reglamentación de su objetivo. Sin embargo, hoy se la utiliza en control policial interno, cuando para esto están las fuerzas policiales en su conjunto mientras se venden tierras a extranjeros, en “nuestro Bicentenario”, no de “nuestra Independencia” ya que seguramente esas tierras se usarán como bases para futuras invasiones con la no instalación de radares por, según el Gobierno, falta de presupuesto.
Ni hablar de la entrada de la droga y el afianzamiento del narcotráfico, con sus crímenes mafiosos que nunca serán esclarecidos y la intoxicación y muerte de tantos chicos y no tan chicos.
Por todo esto, se necesita la participación y discusión de un plan nacional de objetivos comunes para evitar de este modo, la pérdida de territorio, la pérdida de nuestra descendencia. Ya lo dijo Perón con sus sabias palabras: “en el 2000 estaremos unidos o dominados”, pero tomemos en cuenta que gracias a la ministra de Defensa, Nilda Garré, tenemos 2 horas de municiones en caso de una guerra, y sin soldados que nos defiendan, gracias a la oportuna muerte del soldado Carrasco y la intervención de uno de los mayores traidores que hemos tenido en los últimos años, el multifacético Carlos Menen. Reitero: todavía no es tarde para elegir, aunque el 2000 ya haya pasado.
Concluyendo, propongo que la gente se una en una red, ya que Internet está al alcance de todos, y volquemos conjuntamente volquemos todas nuestras inquietudes, y de ser posible, alguna idea también. Sugiero no quedarnos solamente en el problema y aportar soluciones. Podríamos volcar lo que conocemos sobre delincuencia, lugares de venta de drogas, familias en la calle, chicos drogados en los parques y plazas, etc., etc. y a partir de este conocimiento, comenzar a reunirnos. Está demostrado que antes existían las Sociedades de Fomento, donde se trataba de cambiar las cosas que nos ocurrían, hoy deberían ser los partidos políticos donde los candidatos dijeran lo que "vamos a hacer" y lo hicieran cuando sean poder, pero quién le puede creer a los políticos. Si realmente cumplieran sus promesas electorales, no estaríamos como estamos, creo que entre todos bien intencionados encontraríamos cómo actuar.
Walter Augusto Gazza
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