Un reciente episodio que tuvo a la Legislatura bonaerense como caja de resonancia generó un fuerte cimbronazo interno en la tropa provincial que conduce Francisco De Narváez y desnudó lo que, en verdad, muchas voces de ese mismo sector venían advirtiendo en ámbitos reducidos: las evidentes falencias en la construcción política de la fuerza que pudo ganarle al kirchnerismo hace poco más de un año.
El episodio en cuestión fue la sonora renuncia del senador provincial de la Primera Sección Electoral Jorge D'Onofrio, quien había encabezado la propuesta de De Narváez en aquella zona del conurbano y se fue con duras críticas hacia el líder del espacio y su entorno.
Ahora formará un monobloque que, según sus palabras, mantendrá la postura opositora pero con identidad propia. Y dejará a Unión-Pro con un representante menos en el Senado.
En lugar de un rugbier
Hombre de San Isidro, pocos recuerdan que D'Onofrio quedó como cabeza de lista luego de que a último momento declinara sus aspiraciones el ex rugbier y ex embajador del menemismo en Sudáfrica, Hugo Porta.
Su portazo disparó especulaciones que, muy a pesar de las desmentidas posteriores, aún se viven como una amenaza latente en el mundillo denarvaeísta. Concretamente, que esa sea la primera de una serie de posibles próximas deserciones hacia el justicialismo oficialista.
Alimentaron esos rumores la probada cercanía del enojado senador con sus colegas Ricardo Zamperetti y Aníbal Assef y con el diputado Damián Cardoso. Es que se les habría escuchado, en reuniones de rosca política, discursos fuertemente críticos del estilo de conducción de "El Colorado".
Un estilo que, según ha explicado el propio De Narváez, se basa más en su relación directa con la gente que en el soporte pueda aportarle una estructura partidaria para llegar a la gente.
Enojos internos
Conviene volver a los enojos internos. Un solo ejemplo que los críticos internos citan para explicar el estado de ebullición. D'Onofrio y Cardoso compartirían un malestar común. Uno preside la comisión de Seguridad del Senado y el otro es el número dos de misma comisión en Diputados.
Sin embargo, ninguno estuvo representado en el llamado Consejo de Seguridad, el espacio multipartidario que convocó Daniel Scioli para evaluar con la oposición la problemática de la inseguridad. Y fue por orden de De Narváez.
Pero el verdadero reproche que se escucha en la tropa legislativa (sobre todo la heredada del duhaldismo, que es la mayoría) es la decisión de De Narváez de encumbrar como armador político todopoderoso de la Provincia a José "Pepe" Scioli, mudado del oficialismo a la oposición por diferencias con su hermano el Gobernador.
A Pepe lo sienten como un advenedizo, como un intruso. Lo mismo que a la mano derecha de "El Colorado", el diputado nacional Gustavo Ferrari, quien viene del sector privado y también cuenta con un fuerte respaldo de su jefe para armar en la Provincia.
Fuertes tensiones
Fuentes que reportan al búnker de la porteña calle Báez admiten que algunos referentes del conurbano han elevado quejas por bajadas de Pepe Scioli a sus distritos, muchas veces con el detalle de que no se invita al referente en cuestión.
Lo que para cualquier dirigente político adquiere la categoría de sacrilegio o traición. La tensión, incluso, ha llevado a que estos actores casi se agarren a golpes de puño. Internamente se recuerda una muy ríspida reunión en Avellaneda.
En medio de este clima, lo que terminó de alarmar a los dirigentes denarvaeístas que se esfuerzan por evitar más fugas es la aparición de la figura de un viejo zorro de la política, conocedor de los vericuetos del conurbano. Hablamos del diputado nacional Juan José Álvarez, quien, según varias fuentes políticas, estaría cada vez más cerca del kirchnerismo y, por ende, cada vez más alejado de De Narváez.
"Juanjo", como lo conocen todos, habría mantenido varias reuniones de evaluación política con con Néstor Kirchner.
Según fuentes del PJ provincial, el santacruceño –obsesionado con la idea de que todos los sectores jueguen la interna— habría acordado con Álvarez la misión de detectar esas fallas de conducción, esos descontentos provocados por la ausencia de contención que se puede ver en Unión-Pro.
Y que se expresan, por ejemplo, en varios Concejos Deliberantes de la Provincia, donde los bloques del macrismo-denarvaeísmo se parten con notable facilidad (se habla de problemas en más de 3o0 ciudades), o en la fragilidad de los bloques legislativos bonaerenses.
Una fuerte versión indicó, incluso, que Juanjo había sido sondeado para desembarcar en el área de Seguridad provincial. La especie, que hizo enojar mucho al sciolismo, fue desmentida pero los más paranoicos reflotaron los antiguos lazos de Álvarez con denarvaeístas como D'Onofrio y Cardoso para encender las luces de alerta.
Lo notable de todo esto, que acaso choque con la lógica política, es que estos movimientos internos, esas amenazas de deserciones y el estado de enojo hacia la conducción, se dan en la fuerza que desde hace un año debería estar capitalizando a pasos agigantados el golpe que le dio al oficialismo.
Al menos en este aspecto netamente partidario, Kirchner aparece otra vez como el dueño de la iniciativa política.
Mariano Pérez de Eulate
NA
El diablo /Nestor) mete la cola (plata)...y se arman los kilombos....como en la interna del colorado no son gobierno..entoncs...hay dudas sobre el futuro...y le sumamos unos pesos de nestor...que vienen barbaro en estos momentos...y que compran influencias...entonces..ahi se termina de pudrir todo...pero haga lo que haga neshtor...no le van a dar los numeros en el 2011...y ese dìa va a ser una fiesta nacional...ruego por es dìa...