Las guerras que declara y libra Néstor Kirchner sistemáticamente le quitan votos y salud, pero una y otra vez reenvida sin mirar las cartas.
Primera y Segunda Guerra Contra el ejército sojero - informativo
El crescendo que cobra la guerra de los Kirchner contra el grupo Clarín la equipara, en la visión de analistas más capaces que quien esto escribe, con aquella guerra de 2008 contra el campo.
De hecho, esta nueva guerra ya tiene en su historial una serie de épicas batallas, como los carteles de “Clarin Miente” y “Todo Negativo”, algunos de los contenidos de la ley de medios, la liberación de los goles secuestrados, los afiches de escrache sobre periodistas, el compulsivo estudio de ADN sobre Marcela y Felipe Noble Herrera, la declaración de caducidad de la licencia de Fibertel, el informe Papel Prensa: La Verdad , y el reciente atentado verbal de Hebe de Bonafini sobre J.Morales Solá, entre otras.
Pero la guerra contra el campo se libró en 5 meses, y la guerra con Clarín —hija de la anterior— está tomando ya mucho más tiempo; 2 años y medio probablemente sean demasiado.
Una nueva batalla tendrá lugar el próximo martes 21 de septiembre cuando el kirchnerismo realice una concentración en Plaza Lavalle con el solo efecto de presionar a la Corte Suprema de Justicia para que decida favorablemente al gobierno sobre el amparo que Clarín tiene presentado en la justicia acerca del artículo 161, la cláusula de desinversión y del tiempo estipulado para desprenderse de licencias.
Es decir: en abril se marchó “a favor” de la ley, pero ahora se marcha, abiertamente “en contra” de Clarín.
Será interesante ver y escuchar a las personalidades públicas oficialistas tratando de explicar qué están pidiendo, y qué hacen en una marcha por una ley que ya está promulgada y reglamentada excepto por un artículo.
No irán a una manifestación por la pluralidad: Irán a una marcha contra una empresa.
Una marcha que esconde otras dos avanzadas inconfesables: Una sobre la independencia de los poderes republicanos y otra sobre la prensa libre en su totalidad.
Subestimando al soberano
Se dice que los Kirchner responsabilizan a Clarín por la derrota de la 125, y por los resultados de las elecciones legislativas de junio de 2009. No es verdad.
Serán obcecados pero son inteligentes, tienen un think tank que analiza y propone, y no es cierto que no escuchen a nadie ni se asesoren. Que terminen decidiendo per se acorde con sus personalidades y que a veces se equivoquen no significa que estén en una burbuja.
Saben perfectamente que su problema no es solamente Clarín, sino toda la prensa independiente. Y utilizan a Clarín como mascarón de proa porque no pueden decir “estamos en guerra contra toda la prensa independiente”: Sus seguidores bienintencionados desconfiarían de la nobleza de la causa. Desertarían muchos soldados y sólo quedarían los más radicales y los rentados.
Hasta los fans de 678 y TVR se aterrarían de pensar que toda la oferta radioeléctrica se disfrace con esos ropajes de dudoso gusto, más cercanos al Circo de Tinelli que a cualquier forma de prensa seria.
Las adhesiones de Jorge Lanata, Jorge Fontevecchia y Robert Cox hacia el grupo Clarín no son datos menores. Todos ellos conocen el pasado y los aspectos siniestros del grupo, algunos incluso los han padecido, pero claramente advierten el fondo de la cosa.
Elisa Carrió fue —una vez más— tan elocuente como ninguno cuando dijo “no nos engañemos: sabemos que si cae “Clarín”, “La Nación” dura dos días”. Y detrás de Clarín y La Nación vienen Mitre, Perfil, programas y comunicadores de América y de Canal 26, y ni hablar de medios independientes de las provincias.
El grave problema es subestimar tanto a la gente común, arrogándose la superioridad intelectual de tratar como tarados fácilmente influenciables a los 7 de cada 10 argentinos que votaron contra el gobierno hace poco más de un año.
El mensaje que se recoge de parte de los oficialistas es “si usted no aprecia las bondades de este gobierno que está haciendo la revolución nacional y popular es porque el siniestro grupo Clarín le ha lavado el cerebro”
Mi respuesta habitual consiste en hablarles, simplemente, de la libertad y del Siglo XXI (Ahí es cuando suelen borrarme del Facebook).
Las elecciones 2011
Yo no sé si va a haber elecciones presidenciales en octubre de 2011. Hay muchas versiones encontradas al respecto que hablan de un adelantamiento y otras que llegan a introducirse en terrenos más pantanosos aún. Ojalá sean todas falsas y se vote en tiempo y forma pero, fundamentalmente, en paz.
Lo que sí se, es que cuanto más profundice el gobierno la política del odio y esta guerra contra su ex aliado Clarín, más obstáculos le estará poniendo a su propia ambición de ser reelecto.
Estas guerras insólitas y anacrónicas le costaron a los Kirchner la pérdida de 3.500.000 votos en apenas un año y medio. Un 25% del padrón dilapidado y un 40% de votos propios perdidos.
A ver si nos entendemos un poco mejor….
De cada 10 argentinos que en 2007 votaron a Cristina Kirchner, 4 votaron en su contra apenas un año medio después.
Si Clarín tiene semejante poder de convicción uno no entiende que Eduardo Van Der Kooy a estas alturas no sea Presidente de la Nación…
Perdieron, mayormente, el voto de los sectores vinculados al quehacer rural y el de la clase media. Pero en lugar de intentar cerrar heridas y recuperar sufragios, eligieron el camino de profundizar la confrontación y gastar fortunas en subsidiar adhesiones efímeras, que duran lo que tarda en llegar la próxima remesa.
No se animaron a tratar de enamorar, prefirieron acudir directamente al rubro 59.
Se dedicaron a construir el aparato propagandístico más fabuloso que se vio en las últimas décadas —sino en la historia argentina toda— y a repartir plata sin advertir que el incremento de propaganda oficialista es directamente proporcional al incremento de la crispación popular.
El campo y la enorme cantidad de pueblos que del campo viven ya ni siquiera merecen un párrafo en sus discursos, han sido dados por irremediablemente perdidos, y la clase media ha recibido una formal solicitud de divorcio desde los más recientes mensajes kirchneristas. Ni hablar de los sectores religiosos, las distintas colectividades o los pequeños emprendedores.
Se han refugiado en la juventud camporista —asuntos de familia— y los sectores de la izquierda setentista. Desde allí pretenden construir un país a pura arenga vacía de contenido esperanzador.
No sé si darán por tierra con Clarín, tampoco tengo muy en claro en qué consistiría ese eventual triunfo sobre Clarín: No sé si poner a Magnetto preso y tener a Canal 13 vendido acallaría realmente las voces que desde ese medio se propalan. Supongo que eventualmente necesitarían también hacer cerrar el diario y que desaparezca TN.
Pero sí sé que ya se ha visto demasiado como para tornar 180 grados el rechazo de tantos.
Ya se vio el cierre virtual del congreso, ya se vio el “factor Menem” y el bloqueo del senado, ya se vio el avance sobre la justicia desafiando nada menos que a la instancia superior, la Corte Suprema, con el desacato del fallo sobre Sosa en Santa Cruz y con los aprietes que se realizan desde mensajes oficiales y marchas oficialistas.
Ayer se escuchó al Secretario legal y Técnico de la presidencia Carlos Zannini decir en Santa Cruz “Nosotros pusimos esta Corte para otra cosa”….. (si pusieron una corte con fines determinados…a confesión de parte relevo de prueba).
Ya se vio la vocación intolerante y autoritaria, llevada a cabo con cierta inteligencia durante la presidencia Kirchner, pero desnudada con nulo pudor durante la presidencia Fernández Wilhelm.
A estas alturas la guerra con Clarín comienza a ser anecdótica…creo que han pasado el punto de no retorno y también creo que lo saben: por eso hay una temerosa inquietud que recorre espaldas desde Olivos hasta Aldo Bonzi.
Cuentan los que saben que la noche de la 125 Néstor Kirchner le quiso imponer a Cristina Fernández Wilhelm la renuncia al cargo de presidente de la Nación.
Y eso fue al cabo de la primera guerra, la más rápida e incruenta.
Alemania perdió la primera guerra mundial y al cabo de un tiempo se levantó, más poderosa y enfurecida, y volvió a atacar con una saña nunca antes vista:
todos conocemos el resultado de aquella segunda guerra.
Dicen que Rudy Ulloa, en un momento de bronca con Kirchner, comentó entre amigos que el ex presidente había tramitado la ciudadanía alemana….suena coherente.
Fabián Ferrante