Soslayando por el momento —y sólo por el momento— lo acontecido en las últimas horas en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación en torno al dictamen obtenido por el oficialismo para tratar el Proyecto de Presupuesto Nacional 2011 por otra nueva “distracción” de la oposición, advirtamos que una vez mas a ésta última, se les escapó la tortuga.
Por otra parte, mientras el alegre guitarrero en sus varias acepciones ministro de Economía, Amado Boudou, que aconsejó hace poco tiempo a la juventud K militante que no debían perder nunca los sueños poniéndose como ejemplo él mismo al decir “sino mírenme a mí que dediqué toda mi vida a la noche y hoy soy Ministro de Economía de la Nación”, proclama su esperanza sobre que el proyecto de ley “se trate rápido y con racionalidad” (sólo por decir algo, bahh, frente la prensa), el resto del oficialismo ya debe tener casi cerrada la trampa mortal para volver a derrotar a la “sagaz” oposición y obtener así los votos para aprobar lo que a ellos se les ocurra, para seguir manejando los fondos públicos de manera discrecional, claro está, mantener las fuerzas de choque que ayudan a profundizar el hipotético modelo y llevarse todo lo que más se pueda. Eso también lo tenemos muy claro.
Cerrando entonces esta somera descripción del panorama general en el que estamos inmersos nos guste o no, es dable recordar que hace menos de un mes ya era posible encontrar la versión digital del resumen del Proyecto de Ley de Presupuesto 2011 que ingresó a la Cámara Baja firmada por el Dr. Alberto Ángel Fernández (el anterior jefe de Gabinete de la Sra. Fernández), la que fue a la vez rubricada hace poco días por el ministro Amado Boudou.
Es decir, que el ministro Boudou parece que aún no está enterado de que hace bastante tiempo, quien desempeña el cargo de jefe de gabinete es Dr. Aníbal Fernández.
¿No sabe el Lic. Boudou que “detalles” como este han sido productores de causas judiciales e inclusive algunas pasibles de ser revertidas?
En fin, lo más inexplicable de todo esto es que la agudeza de los funcionarios del oficialismo no parece demasiado relevante, y aún así la oposición, con la que estemos o no de acuerdo total o parcialmente, cuenta con varias personas altamente capaces y capacitadas, pero que en general no logran sus objetivos.
Nidia G. Osimani