Desde hace un tiempo vemos en canal 13 y en TELEFE novelas brasileras: “El clon”, “Terra Speranza” y “Lazos de familia”. Antes se vieron algunas otras, pero no recuerdo sus nombres y no puedo hablar de ellas porque no las seguí.
Lamento que este comentario, que aunque no lo crean viene por el lado de lo positivo, no se trate de algo producido por nuestra televisión, sino que sea extranjero.
Tardé un poco en sumarme a la audiencia de “El clon” (TV Globo 2001) sin embargo, cuando lo hice quedé gratamente sorprendida ya que, no sólo los personajes estaban muy bien construidos, sino que además mostraban acertadamente costumbres de la cultura musulmana, el dilema de la clonación humana, el deseo de una madre por tener un hijo y el terrible flagelo que significa la adicción a la droga. Es esto último lo que más atrapó mi atención por lo bien que se contaba.
Mel, la hija de Lucas, el protagonista junto con Jade, se ve tentada a consumir drogas. La trama va mostrando de esta manera cuáles son las miserias a la que se someten aquellos que toman este camino: el descontrol, la pérdida de todo, las situaciones por las que son capaces de atravesar para conseguir la sustancia y la degradación humana que sufren.
Mientras se veía a Mel sufriendo todo esto, se escuchaba la voz de diferentes testimonios de adictos en recuperación, quienes contaban cuánto habían sufrido, cuán grande era la lucha por dejarla y cómo debían empezar de cero porque la adicción les había hecho perder todo lo que tenían: familias y bienes.
No me cansé de recomendar que la mirasen. Cada año en las escuelas vemos a los chicos que se van perdiendo en este oscuro mundo. Y cada día vemos también cómo los que trafican con esto, desde los menos importantes hasta los “dueños” del vicio, siguen en libertad, con total impunidad y sin castigos.
Otra de las novelas que se emitió fue “Terra Speranza” (TV Globo 2002) continuación de “Terra Nostra”. La historia se situaba a principios de siglo, cuando miles de ciudadanos europeos buscaban mejores perspectivas de futuro en América. La ambientación de la época no perdió de vista ningún detalle: vestuario, decoración, calles, medios de transportes, costumbres, etc. Todo impecable (a lo mejor le tendríamos que decir a “Padre Coraje” que la mire un poco) contaba también una historia de amor ente Tony y María, dos italianos que se encuentran en Brasil. Pero lo que conmovió fue cómo mostraba la lucha de los trabajadores por sus derechos en ese principio de siglo tan cruel (no es que estemos mucho mejor, pero...) Los conflictos, los obreros, los patrones, los reclamos, las huelgas, los arreglos políticos, los argumentos que cada parte daba y las posturas de los que se encontraban fuera y dentro del conflicto. Fue realmente aplaudible.
Seguramente quedó mucho por contar, pero siempre es bueno recordar que una vez muchos lucharon por lo que ahora dejamos escapar casi sin resistencia. Ya sé que esto se puede leer en diferentes libros, lo que me parece fabuloso es que lo recuerden en una novela.
“Lazos de familia” (TV Globo 2000) es la otra tira diaria que están dando actualmente en TELEFE. En la misma, Camila, la hija de Helena (la protagonista) tiene leucemia. A raíz de esto se va explicando cómo es el tratamiento y cuáles son las posibilidades de salvación en caso de que se realice un transplante de médula. Las exposiciones son claras, están basadas en fundamentos científicos y se puede entender sencillamente cómo se lleva a cabo el transplante, cuáles son las condiciones, cómo es el proceso y cuáles son sus consecuencias tanto positivas como negativas.
En su país de origen esta novela llevó a incrementar en gran escala los voluntarios para transplante de médula (si los datos que leí son acertados, subió de 20 por mes a 900 casos).
Hay muchas maneras de contar las cosas, hay muchas maneras de dar a conocer los temas. Aquí, lamentablemente, la gente que maneja nuestra televisión aún no lo entendió. No necesitamos solamente programas de una hora en donde dos personas se sientan a debatir sobre un tema. Somos unos pocos los que seguimos este tipo de debates. La televisión de otro lugar del mundo nos cuenta y trata de concientizarnos de otra forma acerca de temas que nos afectan a todos.
Espero que un día dejemos de ver en nuestras novelas pobres convertidos en millonarios de la mañana a la noche, triángulos amorosos que se presentan como sanos y aceptables, mujeres que están de la mañana a la noche impecables y hombres que siempre trabajan en estudios, oficinas o clínicas. Es hora de tomar las cosas en serio.
Hay mucha gente fuera de la televisión que tiene buenas ideas y que sabe llevarlas a cabo. Vemos muchos actores de verdad en los teatros más populares; directores que saben cómo quieren las cosas y las realizan con mucho esfuerzo porque la TV no les da espacio; y productores que se juegan sus casas, sus bienes apostándole a proyectos excelentes que no tienen difusión en el mundo de las divas “cocohueco” y los galancitos “miraquelindosoy”.