“Argentina, país generoso” reza el dicho popular. Y para no quedar afuera, su obediente y fiel hija, la TV, sigue los mismos pasos. Es la única explicación para encontrar en su pantalla garabatos llamados “divas” y especímenes llamados “conductores”. Así no sólo vemos a Susana Giménez, a Moria Casán (a quienes les espera un capítulo aparte), sino también vimos a Flavia Palmiero, Viviana Canosa (¿La recuerdan intentando con vanos esfuerzos ser, aunque más no sea, una chimentera?), a Georgina Barbarrosa, a Mariquita Valenzuela, a Catherine Fulop y a tantos otros. Pero nunca termina de sorprendernos y ahora vemos cada tarde a Carla Czudnowsky presentando historias de amor.

El programa se llama “¿Y a vos quién te ama?” y se emite todos los días a las 16 horas por América TV. Como cada estreno, corro a encender el televisor para ver de qué se trata. Porque, aunque no lo crean, siempre guardo la esperanza de que algo bueno aparezca. Pero, para ser coherente con el medio, la nueva conductora y el programa que trae a cuestas, son realmente decepcionantes.

Ya de entrada encontramos en la primera emisión algo totalmente esperable: la entrevista a Ronie Arias. Como son amigos,  podemos pasar por alto el meloso y nada interesante encuentro y ese aire que tienen los de personas que creen llevar un legado que deben mostrar cada tanto (como en la entrega de los Martín Fierro).

Pero como el programa va de amor, enfoquémonos en las historias que presenta: un golpeador pidiendo perdón, una mujer festejando la recuperación de su marido alcohólico, María Rosa buscando su identidad, Osvaldo reconociendo públicamente que no era el padre biológico de sus tres hijos, un sodero proponiéndole matrimonio a su novia, un marido cantando una serenata a su esposa por aguantarlo en momentos difíciles (meta serenata estaríamos los argentinos), un hijo reencontrándose con su padre (aquí destacamos el esfuerzo de la producción: se fueron a Bariloche. Sacrificios si los hay) y más etc. de ese talante.

Sumado a eso, el programa tiene una línea telefónica para que la gente llame y diga lo que quiera a quien quiera. Y la historia que sigue es genial. A dicho número llamó una chica de aproximadamente 25 años diciendo que ella se había quedado con las ganas de decirle al mejor amigo de su ex novio que sentía algo por él. El equipo de producción fue a grabarla a un bowling (todavía me devano los sesos pensando cuál era la relación del lugar con los dichos). Ella contó entonces que conoció a su ex por medio de un chat telefónico y que empezaron a salir, pero que cuando conoció a Alejandro, el mejor amigo de él, quedó impactada. La relación con Gastón (el ex) terminó porque, según ella confesó, cuando estaban juntos “él sólo quería dormir” Sé que hasta acá les parece algo muy serio, sin embargo, no terminó. La chica estaba ese día en el piso conversando con Carla (a quien se veía particularmente incómoda como en todas las entrevistas), y fue allí que le dijo que tenían la respuesta para su mensaje. Apareció entonces la grabación del encuentro que la tan vapuleada producción había hecho con Alejandro y con Gastón. Ambos escucharon el mensaje de la enamorada al revés, y, como era de esperar, rieron burlonamente. Gastón agregó “es re trucha”  y abiertamente dejaron a la muchacha en ridículo. La cámara volvió  al estudio y ¡claro! la pobre no sabía dónde meterse. Fin de la nota. ¡¡Qué lindo exponer a la gente así!!! ¡Qué lindo jugar con la ignorancia en lugar de combatirla!!!! La verdad, Carla, una joyita lo tuyo.

Pero esto no es todo. Sigue. El programa tiene un consultorio telefónico (no se rían). La gente llama, cuenta algo y los tres profesionales (a quien ni vale la pena nombrarlos) que están en el estudio hacen su análisis de la situación y aconsejan a la persona. Si no fuese grave, sería imperdible. El discurso psicoanalítico se les pegó a todos. Frente a la consulta de una televidente por un abandono sufrido, la chica que conduce hizo apreciaciones del tipo “Pero, realmente fue de un día para el otro o hubo avisos anteriores que no quisiste ver” ¡Aplausos! El psicólogo que está allí sentado cual marioneta, agregó: “Todo lo que perdés puede recuperarse, excepto la dignidad. Así que no pierdas tu dignidad” ¡¡Más aplausos!!!  Juntemos las manos y digamos como mi tío Gotardo ¡¡”Mi Dios!!!! AH! Un mensaje para los que pasan años estudiando psicología y psiquiatría, no estudien más, improvisen, digan pavadas, ¿para qué atienden en sus consultorios y tratan de conocer la historia, la familia, la mente del paciente? ¡Miren qué fácil que es! Todavía no sé qué diferencia hay entre ese panel y uno de monochantas tratando de adivinar algo.

Una hora completa de intento de congratularse con la gente, completa de furcios, de movimientos nerviosos y de opiniones de entrecasa.

“Creo que tengo facilidad para comunicarme con la gente, entrar en confianza rápido y que me cuenten cosas que no suelen contar. Mi marido dice que hablo hasta con las piedras” Creo que vas a tener que revisar sus potenciales, Carlita, una cosa es hablar en el almacén y otra en cámara.

Luego de que el piloto del programa rebotara una y otra vez -y vaya uno a saber por qué artilugio de la naturaleza finalmente se aceptó- la rubia de Kaos incursionó con programa propio. Pero no hace falta que defina yo su aparición en TV, porque lo hizo ella misma cuando frente al estreno dijo. “Hoy, es como saltar a un precipicio” Y se cayó nomás.