“Cuando la China se levante, el mundo temblará”. Napoleón.
En los últimos años, cada vez con mayor intensidad, se ha comenzado a hablar de la caída de las relaciones “norte – sur”, la crisis del capitalismo (como consecuencia paradojal del fin del “muro” de Berlín) y las potencialidades de los grandes o “gigantes” asiáticos.
Ya Theodore Roosevelt, en 1908, presagió la existencia de la gigante china, como un gigante que estaba dormido. En un proceso de globalidad del capitalismo, que en sus entrañas lleva la necesidad de expansión constante, todo hacía presagiar que las fronteras del oriente iban a ser golpeadas, en algún momento: El mercado “desearía” esa masa de consumo, esos esclavos que trabajaban a base de un tazón diario de arroz.
En definitiva, la verdadera comprensión del capitalismo, en su desarrollo, hubo de darla Lenín, al definir a la intromisión imperialista de grandes o medianas potencias dentro de otros territorios, como una etapa segunda “superior” del sistema.
Estos países “invadidos” son los colonizados, con más o menos independientes, pero siempre sin los medios aptos (aún) para el desarrollo de una economía capitalista, mal llamada por la propaganda de “mercado” ó como se usaba en los ´60 y ´70 el “Mundo Libre”, entendiendo esto último aquellos territorios en donde los grandes bancos en principio, factorias y/u otro modo de comercio pudieran establecerse a los fines de reenviar remesas que evitaran las “crisis” de las metrópolis.
El “primer mundo” tiene crisis, pero sus colonias siguen pobres, sin “desarrollarse”
Lo que nunca soñaron ni Theodore ni Franklin Delano Roosevelt era el triunfo de la “larga marcha de Mao” en el año 1949. La primera reacción americana fue la de ruptura, en los años ´50 de Mc Carthy, tanto con la China continental de Mao Tse Dong, como a través de un mecanismo de protección hacia Chiang Kai-Shek (líder nacionalista pro mercado), recluido este último, Chiang, definitivamente en la isla de Formosa.
La guerra fría se desmorona a posteriori, en los ´70, con las crisis del petróleo y las debilidades que muestra el sistema ya sin monedas con el sustento “metálico”, y sostenidas solo con el metal acero de las armas de destrucción sencilla, y también con las armas de destrucción moral y total, léase, las armas nucleares.
También fracasa en alguna medida la revolución cultural de Mao, instaurada en 1969, y su socialismo sin Marx, a porteriori, con su propia muerte.
Como los sistemas económicos no toleran una “suspensión” política por mucho tiempo, el descongelamiento ruso por un lado, y la apertura del pinochetismo socialista de Jiang Zemin y Ho Hintao, estos sucesos han dado formato a noveles situaciones en lo político, sistemas “sui géneris” en casi todos los casos, pero que coinciden en el formato común de “adaptación y postergación” que adoptan para sí y para sus neo colonias los emergentes, como luego se verá.
BRIC
Se denominó BRIC a un conjunto de neo potencias, que no han formalizado su situación, no hay unión, ni acuerdo internacional de ningún tipo salvo, las relaciones en el G20 y entre las naciones de manera bi o multi lateral, entre Brasil, Rusia, India y la China. Lo que se quiere significar es que no hay un “Bloque” (aún) del Bric, si tanteos y hasta competencias entre ellos. En concreto, el BRIC es más una especulación de los analistas sobre si este nuevo “polo” de hecho se constituirá en un “nuevo orden” o no, y en definitiva, como será el rol de los hasta ahora “G7”, léase las 7 naciones más industrializadas, y que ahora se encuentran en competencia y a la vez coordinación con los BRIC. La principal nota es presagiar si China, India y Rusia, y regionalmente Brasil como socio menor, pueden imponer algunos puntos en las agendas, más allá de los hechos que ya vienen determinando simplemente por su “poder de fuego”.
China e India, las dos grandes potencias de oriente, cuentan con agenda propia.
Han rescatado para sí un esquema por fuera de las “recomendaciones” americanas: Coexisten regímenes ampliamente autoritarios (en India no tanto, la verdad) con economías más o menos abiertas a algunos mercados (no todos, ni toda su economía, aún) Han incorporado tecnologías y las han adaptado. Han hecho una regresión estratégica a economías o tecnologías perimidas por necesidades tácticas (uso del carbón, cobre, hierro fundido y todo lo que sea “barato”).
China, sin otro libreto que la fuga hacia adelante, busca salvar un sistema político donde se contenga al conjunto, adaptando una parte importante del país a la carrera capitalista, intentando llegar a lograr un predominio que le permita (hipotéticamente, en un futuro a mayor o menor plazo) un liderazgo y el plus valor económico que ello implica.
China solo imita los ejemplos de la historia, hace ello por la simple observación y comprobación que estos liderazgos mostraron tanto en Inglaterra primero, como en EEUU se traducen en dinamizadores de las economías de las metrópolis, como receptoras naturales de los capitales.
Por el lado de la India, el proceso es muy diferente, dado que el sistema político es mucho menos cuestionado, aunque se observan los mismos vicios que el de los países centrales, a los cuales siempre India trató de asimilar desde su descolonización.
India es más “Occidental” en lo político, aún con una cultura singularísima que, quizá, sea su verdadero sustento y fortaleza. Angloparlante, y con una agilidad de adaptación sorprendente, se ha colocado entre las naciones más productivas y más adaptables a los nuevos esquemas del siglo XXI de “adaptación y postergación” que la tienen como protagonista. Una clase media de casi 300 millones de personas la vuelven un verdadero monstruo del consumo: Rusia y Brasil, deben tomarse como socios y líderes occidentales de los anteriores. El primero, proveedor del gas de toda la zona Euro, país con tecnología nuclear y resabio de imperio, quizá el de más rápida adaptación por razones y vínculos culturales. El segundo, líder regional de una zona que ha sabido escapar la postergación y del certificado de defunción prematuro que le querían extender en los años ´80: Sur-américa.
¿Qué podemos esperar de estos nuevos actores?
Entendemos que el “Bric” está muy lejos de resultar una amenaza al capitalismo, al contrario, deducimos que ha llegado para salvarlo.
Occidente viene concluyendo, la cuestión del hombre como centro de los desvelos de la humanidad, también. La dura regla parece ser el fin del denominado “estado de bienestar” las mayorías de clases medias europeas y americanas serán, en algunas décadas, solo un recuerdo. La crisis de los países centrales se viene observando en la media en que los bienes primarios comienzan a poder ser consumidos que anteriormente se encontraban obligados a “regalarlos” por las férreas reglas de mercado de los países centrales. Ya no es necesario recurrir a Inglaterra o EEUU para comprar un equipo perforador de petróleo, ni una computadora de última generación transfiriendo grandes masas de “commodities” a cambio. Hoy el mercado mundial se ha “horizontalizado”, y el tractor de estos países ex emergentes han permitido que los productos de los “pobres del tercer mundo” valgan mas. De este modo, en particular el sub-continente sur-americano ha logrado revertir los índices macroeconómicos tan adverso de las últimas 3 décadas del siglo XX, y a base de transferirles commodities al mercado externo han logrado cierto bienestar coyuntural, un “bienestar” temporario, relativo y solo para algunos.
Así se salvó la producción de cobre en Chile (que la fibra óptica amenazaba a hacerla desaparecer) los aceites vegetales salvaron a Argentina (soya y girasol) el Petróleo a Venezuela y Brasil (con Petrobras y el modelo “YPF” de Cardozo y Lula).
El ex tercer mundo: ¿Y los pueblos?
La bocanada de aire de la última década no puede hacer confundir a los pueblos del tercer mundo. El ajuste que hoy vive la zona Euro, Japón y EEUU, salvando las distancias por supuesto, es una demostración de los replanteos globales de modelo. Lo que se termina es el modelo americano de vida, el “American Way of Live” ese modo americano de vida de derroche, sustentado por las armas y sus empresas que se financiaban con el hambre y el sudor del tercer mundo. Un sistema de desarrollo “no sustentable” ni desde los recursos, ni desde lo social. Tampoco desde lo económico, por lo visto hasta ahora.
Esta misma situación ocurre en la vieja Europa, que corre una carrera contra reloj para no desaparecer física y culturalmente (el índice de natalidad en algunos países es de 1,3 p/p) y económicamente, aunque las grandes potencias ya han encontrado su rol, es el caso de Alemania, Francia e Inglaterra, volviendo al viejo esquema, como hacedores de ciencia aplicada que transfieren (esta vez sin coloniaje) a los países emergentes. El caso es China, mucha de la tecnología de punta es de origen de la zona euro.
Mientras tanto, hay menos que repartir.
Los investigadores del “Earth Policy Institute” estiman que, si China adopta el modo de vida de los estadounidenses (que gastan la energía por doquier con sus enormes 4x4) esto supondría una pesadilla tanto a nivel económico como ecológico. El sistema chino permitirá, en su caso, los ajustes que correspondan.
El capitalismo ya se ha instalado entre el pobrerío de las calles de ciudades y poblados de la India y de Brasil, sin ningún complejo, sin ganas de regresar a las “regulaciones ambientales” y los “controles fiscales” de Europa o EEUU. Está muy cómodo fabricando autos ensamblados en San Pablo, y exportados a Italia y el resto de Europa.
Lógicamente, esas “rentas” son distribuidas en el tercer mundo, y eso resiente el viejo continente: Es más feliz un brasileño ganando mil euros mensuales, que un italiano dos mil. Los dueños de la Fiat, también están muy contentos de pagar menos euros…
China colonialista
Los tiempos han obligado a la China a salir como gran comprador universal de bienes de los denominados “commodities” Ello no implica que esta situación se perpetúe en el futuro, dado que si no logra revertir este proceso, su crecimiento sencillamente se detendría: Debe lograr proveerse “por administración” (local o extra local) y no constantemente a precios de “mercado” que la terminarían ahogando.
El mecanismo utilizado por China no es nada novedoso, simplemente, salió a colonizar países fundidos o atrasados… el viejo mecanismo imperialista:
Así leemos los desastres que está haciendo China en el África, un continente aniquilado realmente. Así en Angola, ejerce un sistema de explotación vergonzoso, obras públicas muy “socialistas” como la instalación de casas de juego (casinos) en Luanda. No solo eso, también se dedica a exportar trabajadores, que luego de las obras quedan a la buena de Dios. Otro sector que la buena China socialista ambiciona es el sector petrolero. en Sudán, país “paria” de occidente, las empresas nacionales chinas se apropian de los derechos de prospección. Un diez por ciento de las importaciones chinas provienen de Sudán, donde la China National Petroleum Corporation es el mayor inversor extranjero. Angola es el principal proveedor de petróleo de China, la que logró “desembarazarse” momentáneamente de los fluidos Árabes. Angola es una “meca” para los chinos, algunos obreros solo recibirían casa y comida, sin sueldo.
Según un estudio del Asia Pacific Migration Research Network, las agencias chinas que contratan trabajadores negocian ellas mismas los contratos, sin que exista un sueldo mínimo o un contrato tipo estipulado. Los trabajadores están totalmente desamparados, y a menudo se les trata de manera humillante y con una constante violación de sus derechos. Claro, los chinos no se manejan con supuestos, mitos o propagandas de mentalidad “occidental”…
China ha triplicado en los últimos cinco años sus intercambios comerciales con el continente africano. Pekín forma actualmente en sus universidades y escuelas militares a las elites africanas del mañana. Nigeria y Kenia son dos nuevos enclaves de Ho Innato, quien aparece deseoso de quedarse con el continente entero.
Pero no solo de petróleo, minerales de hierro, aluminio, cobre o bauxita vive el hombre, el hombre necesita armas… ¿Quién las provee últimamente a los pobres países del África?... acertó… la “generosa” China no solo “forma” a los nuevos dirigentes, también les vende “fierros”…
La “chacrita” china… y cuando se acabe las exportaciones de soya…
China ha tomado buena nota de que en África, según estimaciones del Banco Mundial existen 200 millones de hectáreas cultivables, y que, a pesar de ello, los países africanos importan una cuarta parte del total de alimentos que consumen. Por eso, está dispuesta a orientar su capacidad inversora para ponerlas a pleno rendimiento.
Mil empresas Chinas ya están establecidas en casi todos los países de centro África.
China sabe que, de lograr como lo está haciendo, obtendrá saldos exportables, logrará los aceites y porotos que hoy importa de varios países (entre ellos la Argentina) a por lo menos la mitad del precio. Todos sabemos que el mercado siempre funciona a tratar de disminuir los costos, con lo cual en unos años es muy probable que China aumente su producción (local y de trasnsfronteras) a un ritmo mayor al de su consumo, con los cual, nos darán, prontamente, las “hurras”.
Estados ricos, pueblos, no tanto
En definitiva, nada hay nuevo bajo el solo, y como buen virus, el capitalismo mutó, y no se dejará controlar. Si necesita contaminar, buscará donde lo dejen. Si no puede pagar salarios, buscará el país que acepte que se paguen menos salarios.
Entretanto, los nuevos “emergentes” serán beneficiados (ya lo están siendo) con los derechos de aduana, como es en nuestro caso, que exportamos a un valor de 2/3 los porotos y aceite de soya al exterior, siendo que el Estado Nacional “muerde” el 35%, y otro tanto obtienen las grandes cerealeras, seguros, trasportadoras de ultramar, comisionistas, etc.
El gran peligro de todo esto es el ciclo económico, que según dicen los que saben durará hasta el año 2020 (aumento mundial de los precios de los alimentos) Este fenómeno, empobrece a muchos, beneficia indirectamente a nuestro país, que debe APROVECHARLO al estilo Brasil, China, India, Rusia. Tratando de, cada año, depender menos de los $200 mil millones de pesos de cereales, y reconvertirnos en un país exportador de bienes industriales, comerciales, financieros y culturales. O sea, más productividad, menos presión fiscal para pagar subsidios inútiles, menos “planes” o demagogia barata K, y más “trabajo” real, productivo.
Caso contrario, cuando la soya, el maíz y el girasol vuelvan a los índices de precios históricos, tendremos un agujero fiscal enorme, una economía en picada, un Estado que aumentó sus gastos por 4 (cuatro) y ningún otro recurso del cual vivir.
Los subsidios y los “plancitos” los va a pagar “mongo”, o, léase, el que agarre la manija cuando los K y otros bandidos aliados, se “vuelen”…
Uds. lectores analicen las consecuencias de ello, dólar subiendo, desocupación a niveles de los ´80 y ´90, jubilaciones que no se podrán pagar, excesiva cantidad de empleados públicos, precios por las nubes, etc.
Mientras China se “come” el África, aún tenemos las 2/3 partes de las tierras Argentinas improductivas, o sub-productivas… ¿A qué estamos jugando?
No parece que estemos en el camino correcto.
José Terenzio