Era cantado: luego del escándalo que se suscitó a raíz del procedimiento en España en el cual se detuvo a tres argentinos con casi 1.000 kilos de cocaína, el gobierno salió a despegarse y a asegurar que el kirchnerismo nada tenía que ver con la firma Medical Jet, involucrada en ese hecho.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue el primero en hablar y aseguró que esa compañía aérea “jamás” había volado contratada por Néstor Kirchner. Hay que recordar que Tribuna de Periodistas fue el primer medio en contar los vínculos de los Kirchner y la referida empresa el pasado jueves 6 de enero.
En estas horas, lo allí publicado se ha mostrado como una verdadera revelación. Veamos:
“Los propios investigadores españoles admiten que se trató de una operación de ‘alto nivel’ y especularon con la segura participación de funcionarios de relevancia en la trama.
Por lo pronto, la metodología recuerda a lo ocurrido en septiembre de 2004 cuando la firma Southern Winds envió 60 kilos de cocaína a España a través de un sistema similar al utilizado ahora. En esos días, funcionarios de primer nivel del kirchnerismo —de la talla de Aníbal Fernández, Ricardo Jaime y el embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini—, quedaron salpicados.
En esta oportunidad, aparecen varias coincidencias y pautas a investigar:
-La firma involucrada está vinculada al transporte de medicamentos y pacientes, Medical Jet, beneficiada en varias licitaciones “dudosas” de la Superintendencia de Servicios de Salud.
-El testaferro K, Lázaro Báez, adquirió un Lear Jet 35 a esa misma firma en agosto de 2009.
-El trayecto del tráfico de cocaína que se descubrió hoy, es el mismo que hacían en su momento los aviones de Southern Winds.”
Los vínculos que intenta negar el jefe de Gabinete son imposibles de ocultar e irán apareciendo uno a uno en los próximos días. Por lo pronto, diario Clarín da cuenta hoy de varios puntos que el kirchnerismo esconde adrede para no quedar rozado por el tráfico de drogas:
-“ Kirchner voló por Medical Jet antes de asumir la Presidencia, durante la campaña electoral del 2003. El avión usado por el entonces candidato era un Lear Jet patente LV-ZTH. Solía pilotearlo Eduardo Juliá, hermano de Gustavo: fue el mismo piloto del Challenger 601 N600AM que llegó el sábado pasado al aeropuerto catalán de El Prat con una tonelada de droga en su bodega”.
En tal sentido, Fernández nunca aludió en su alocución a otra relación entre Medical Jey y el poder K: es el que une al empresario y amigo de los Kirchner Lázaro Baez con esa empresa aerocomercial. “Según ratificaron fuentes del mercado aeronáutico, durante los últimos años Báez alquiló varias veces un avió n Lear Jet de Medical Jet, que era piloteada en ese momento por Gustavo Juliá, uno de los presos en España”.
Prosigue el diario: “El empresario patagónico no solo voló con ellos sino que incluso les terminó comprando una aeronave, un Lear Jet 35 matriculado como LV-SZS. La operación se cerró en el 2009. Gustavo Juliá había sido echado del PAMI seis años antes, pero frecuentaba lo más íntimo del poder. Báez es uno de los mejores amigos de la familia Kirchner. Tanto es así que cenó con Néstor Kirchner en El Calafate la noche anterior a su muerte, y fue la primera persona que asistió la mañana siguiente a la presidenta Cristina Fernández”.
El final de la nota de Clarín es imperdible y deja al descubierto una vez más la hipocresía de Aníbal Fernández: “Es al menos novedoso escuchar declaraciones de Fernández involucrando al PAMI de la gestión Duhalde en algún tipo de irregularidad: durante ese Gobierno, él fue secretario General de la Presidencia en un primer momento, y después ministro de la Producción”.
Habrá que ver cuál es la próxima mentira oficial para escapar de un escándalo en ciernes. Podrá verse a través de la “servicial” columna de Horacio Verbitsky en diario Página/12 de mañana.
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas