La noticia pasó sin pena ni gloria por los principales medios gráficos vernáculos: “Tres argentinos quedaron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Barcelona, en España, cuando se detectó que transportaban al menos 800 kilos de cocaína en un vuelo privado”. Así lo contó Infobae y quedó como una crónica más de las tantas que saturan la “agenda setting” a diario.
Sin embargo, lo jugoso de la información va más allá de lo mencionado. No solo porque uno de los involucrados es Gustavo Juliá —quien ya estuvo implicado en un escándalo de relevancia a mediados de 2003 en el marco del pago de coimas en el PAMI—, sino porque aparece la sombra del desaparecido Alfredo Yabrán en la trama.
Es que Juliá —junto a su hermano, también apresado— es hijo del brigadier José Juliá (1) quien supo ser testaferro del empresario postal y facilitó a este todos los negocios aeroportuarios, incluidos los depósitos fiscales, el free shop y el servicio de rampas.
Eso fue lo que permitió a Yabrán armar la compleja ingeniería que lo colocó al tope del tráfico de drogas y el lavado de dinero en
Fue la culminación de un sistema casi perfecto que, no solo jamás se desmembró, sino que fue utilizado por los sucesivos gobiernos de turno, incluido el de los Kirchner, para beneficio propio.
Un dato: no debe olvidarse que el narcotráfico es el negocio más rentable del mundo y mueve más de 600 mil millones de dólares al año.
Otra vez
Dos cosas son claras: primero, es imposible que solo dos personas puedan haberse encargado de la logística de la operación desmembrada hace pocas horas en España, la cual está valuada en alrededor de 20 millones de euros. Segundo, los propios investigadores españoles admiten que se trató de una operación de “alto nivel” y especularon con la segura participación de funcionarios de relevancia en la trama.
Por lo pronto, la metodología recuerda a lo ocurrido en septiembre de 2004 cuando la firma Southern Winds envió 60 kilos de cocaína a España a través de un sistema similar al utilizado ahora. En esos días, funcionarios de primer nivel del kirchnerismo —de la talla de Aníbal Fernández, Ricardo Jaime y el embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini—, quedaron salpicados.
En esta oportunidad, aparecen varias coincidencias y pautas a investigar:
-La firma involucrada está vinculada al transporte de medicamentos y pacientes, Medical Jet —con sugestivo nombre de fantasía “Federal Aviation”—, beneficiada en varias licitaciones “dudosas” de
-El testaferro K, Lázaro Báez, adquirió un Lear Jet
-El trayecto del tráfico de cocaína que se descubrió hoy, es el mismo que hacían en su momento los aviones de Southern Winds.
La droga y la política
Yabrán sea quizás el exponente más cabal de la financiación política por parte del narcotráfico, lo cual comenzó a desarrollar él mismo en 1983, con el millonario aporte dinerario efectuado a la campaña del justicialista Italo Luder.
En esos días, el empresario postal afianzó lazos con varios altos jefes de
Luego, el alfonsinismo le abrió las primeras puertas, pero fue el menemismo quien dio mayores satisfacciones a Yabrán, gobierno que le otorgó todas las concesiones que puedan imaginarse.
En esos días, Carlos Menem aseguraba que abriría las fronteras a los capitales de “todos los colores” sin importar su procedencia. Era un mensaje inequívoco al narcotráfico.
Pocos días más tarde, se rubricaba en
En tal sentido, el 24 de abril de 1990 Juliá refrendó un acuerdo en nombre y representación del Estado Nacional, el Ministerio de Defensa y
Allí, se pasó del terreno de las casualidades al terreno de las sospechas, ya que dicho contrato estaba condicionado a que se entregue por contratación directa el servicio de “Free-Shop” a Interbaires S.A., y el servicio de “Rampa” a Intercargo S.A.C.
Esto comprendió hacerse cargo con carácter exclusivo, de servicios hiper sensibles a nivel seguridad en los aeropuertos internacionales de Aeroparque y Ezeiza, y agregándose en el caso de Interbaires el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Córdoba (2).
De más está decir que, a partir de ese momento, el movimiento de narcóticos por el territorio nacional se incrementó de manera exponencial.
Concluyendo
El kirchnerismo ha sido claro en sus gestos —y omisiones— respecto a su postura con la droga. Jamás en siete años se ha hecho una sola campaña para alertar sobre su peligro y solo se han implementado medidas que alientan el oscuro negocio del narcotráfico, como el desmantelamiento de los radares y controles informáticos y la negativa a reglamentar la ley de precursores químicos.
A esto debe agregarse la insistente presión efectuada por el jefe de Gabinete para que sea despenalizada la tenencia —no el consumo, que es legal— de drogas.
Todo ello lleva a una sola conclusión: el gobierno necesita alimentarse de la millonaria caja que provee la venta de narcóticos. Eso explica a las claras que se valga del mismo mecanismo que aceitó en su momento Yabrán.
¿Será acaso parte del financiamiento que necesita el gobierno de cara a las elecciones de este año? Una pregunta aún sin respuesta.
Christian Sanz
(1) Gastón Miret, socio de Juliá, también es hijo de un brigadier argentino.
(2) Toda la trama Juliá-Yabrán-política está relatada en el libro La larga sombra de Yabrán de Christian Sanz.