A mí me gustaría saber cuál es la fórmula para pasar de ser modelo a conductor de TV. Estudiar, evidentemente, no; trabajar para aprender cada día algo más, tampoco; cultivarse, menos; crecer intelectual y profesionalmente ¡no!, menos que menos.
El secreto debe estar en saber acomodarse, decir cosas que no impliquen ningún (pero ningún) tipo de compromiso, en parlotear incoherentemente y en hacerse el desinhibido.
Horacio Cabak es uno de los que me podría decir si estoy acertada en mis (subjetivas y personales) apreciaciones sobre la ascensión en los medios.
Hace no mucho tiempo lo veíamos en las fotos de publicidades como modelito. Supongo que estaría bien. No me parece el exponente de nada, pero bueno, las compañías publicitarias son las que saben. Sin embargo, el tipo no se conformó con tener esa suerte. Quiso más. Y como todos los que quieren más en TV, se puso a conducir.
Juan Gujis (no sé por qué) le dio la primera oportunidad (o la cometió) En un reportaje que hace Fernanda Iglesias (quien lamento que haya cambiado como lo hizo) le hizo a nuestro invitado de hoy en Clarín, dice: “Arranqué con El show creativo, donde sólo era una imagen, un tipo que daba bien en cámara” ¿Ustedes lo vieron alguna vez? No sé si daba o no daba en cámara, pero se hacía el simpático y no entendía nada del tema. Pero el modelito no tiene vergüenza y sostiene: “recién me recibí de conductor cuando llevé adelante 1, 2, 3 out, producido por Nicolás Repetto. Ese programa me dio oficio y masividad” ¡¡¡Ah, noo!! No lo puedo creer. ¿¡Se recibió!? Bueno, locutores, dejen de estudiar como locos, de aprender cómo se entrevista, cómo se maneja la voz, los gestos, etc. y pídanle un programa a Nicolás Repetto. O, mejor aún, vayan a estudiar a la Cabak school.
Una pregunta, así al pasar, ¿qué quiso decir con “oficio y masividad” Ayúdenme porque mi mente se paralizó.
Lo peor es que descaradamente reconoce que le gusta ser conductor porque no tiene que repetir un texto. ¡No te preocupes, Horacio, ya intuimos que eso de andar estudiando o memorizando, falla!
Su paso por Siempre listos junto a su compañera Verónica Lozano demostró claramente que ni uno ni el otro podían con un programa.
Saben, yo no conozco la trastienda, pero siempre me imagino a productores diciéndoles a los especie de conductores que sean simpáticos, que pongan buena onda, que sean espontáneos, que traten de crear un clima de confianza con la audiencia. Y a los pseudoconductores diciendo que sí, que lo saben hacer, que es fácil. Así aparecen en cámara y creen que son “frescos” ¿(se acuerdan cuando TELEFE puso ese término moda para denominar algunos de sus programas?) Más que frescos, cabezas frescas.
Volvamos al animador (¡ojo!, no porque se anime a hacer un papelón tras otro) Aunque no lo crean, nunca dejó de trabajar en la televisión. Hasta que llegó hoy a un programa de chimentos. Lo cual lamento enormemente ya que esos son mis preferidos.
Al ex modelito le falta calle. Tal vez los chismes no tengan demasiada importancia, pero ya que hace el programa, que lo haga como corresponde. Por ejemplo, usa la última frase del chisme para hacer la introducción a un chivo. Supongamos, Horacio, que se te ocurrió eso como una idea bárbara, no utilices los mismos tonos, miradas o gestos para las dos cosas. Parece que no sabe la diferencia entre contenido y publicidad.
Es la voz cantante del programa. Maneja las entrevistas que hacen en vivo y no deja meter bocadillo al panel. Supongo que debe estar organizado así, sólo que sería mejor que pregunte alguien que sabe algo de los temas o de las personas a las que se entrevista.
El panel que tiene es regular. Marcela Tauro, a pesar de su cara de enojo constante y su tono imperativo, maneja bastantes chimentos, lo mismo Beto Casella (ya sé que no es muy serio lo que digo, pero el programa se trata de eso) A pesar de ello, la rana que quiere ser príncipe, no les da casi cabida.
¿Saben qué pasa?, hay dos formas de figurar: una por lo que uno es realmente y otra tapando a los demás para que no queden al descubierto nuestras falencias. ¿Cuál será la forma del muchacho?
El término “conducir” viene del latín adduccere que significa “conducir a alguna parte”. Obviamente la conducción de Horacio Cabak no puede llevarnos a algo interesante, pero podría guiarnos, aunque más no sea, a aguantar todo un programa conducido por él.