Muchas interpretaciones se han realizado acerca de las implicancias de las revelaciones de Wikileaks, sus alcances y posibles efectos. El que más nos llama la atención es el que incumbe a los funcionarios y ex funcionarios locales, actuando como genuinos “batilanas” y mostrado todas sus miserias ante funcionarios de primero y segundo orden de la madrastra patria.
A veces cuesta creer que personajes que en la Argentina ostentan cargos públicos de importancia y toman decisiones trascendentales, sean capaces de acudir a la peluquería de Doña Vilma para contar chimentos y hacer proyecciones delatoras ante los siempre atentos oídos de la embajada.
Y no podemos menos que concluir que esto no es por amor ni por dinero, es por interés de contar con el presunto apoyo de USA para su carrera política. La fórmula vernácula pareciera ser "más te cuento más espero"...nunca entenderán la mecánica de USA respecto de estos temas.
Creerán probablemente nuestros paupérrimos funcionarios que proporcionarle información a la embajada les asegura ora una apoyatura incondicional para un futuro cargo, ora un bien remunerado conchabo en alguna multinacional llegado el momento de su retiro. Pasan los años y todavía no entendieron que ellos siempre te terminan entregando.
¿Qué busca Massa, apoyo para una candidatura a gobernador? Reutemann, ¿a qué juega? ¿No les habla a los argentinos en la Argentina y les habla a los funcionarios americanos?
Wikileaks ya nos mostró cómo funcionarios y ex funcionarios de la talla de Alberto Fernández, Sergio Massa, Carlos Reutemann, Juan Schiaretti, Mario Blejer, Rubén Giustiniani, Ricardo Alfonsín, Margarita Stolbizer y Hermes Binner, entre otros, departieron con los funcionarios americanos acerca de cuestiones internas de la Argentina, expresando sus opiniones en favor o en contra de determinadas cuestiones, hablando mal de Kirchner algunos, y profetizando futuros escenarios y próximos presidentes, otros.
Incluso la propia Presidente había concertado con el anterior embajador Valenzuela un secreto plan de control para el boliviano Evo Morales, y Aníbal Fernández había expresado su disconformidad con el ninguneo que Obama le realiza desde el primer día a la presidente argentina. Unasur y antiimperialismo para la gilada.
La conclusión es que la embajada informa al Departamento de Estado objetivamente y sin casarse con nadie. Wikileaks confirmó que algunos políticos y funcionarios argentinos en lugar de lavar los trapitos sucios en casa prefieren mandarlos al “lave-rap” americano, que funciona en 110 y, cuando viene un Assange y lo enchufa, en Buenos Aires, con nuestros 220, explota y vuelan los pedazos de currículums.
Y, ¿la verdad? no está tan mal que así sea....ni aún con todos los pedazos se arma un estadista, ni medio siquiera.
Dan vergüenza.
Fabián Ferrante