El kirchnerismo le plantea al ciudadano no K una serie de disyuntivas cada vez más siniestras.
La oposición, al menos en este caso, tiene su importante cuota parte de responsabilidad, por omisión o ineptitud.
En momentos en que prácticamente aún no hay candidatos firmemente instalados para la compulsa de octubre, existe una corriente de ciudadanos que aún aspira a votar a su candidato predilecto, independientemente de lo que las encuestas indiquen o de lo que las alianzas aconsejen. Pero si Cristina Kirchner decide ir por su reelección, esta corriente de votantes anti K irá modificando mayoritariamente su idea, yendo hacia lo que llamaremos, la segunda corriente.
Y esa segunda corriente postula que "hay que votar al que le pueda ganar", sea quien fuere y venga de donde venga. La prioridad, para sus seguidores, es —como en el 2009— ganarle al gobierno.
Por poner un ejemplo práctico, hay mucha gente que hoy votaría por convicción a Elisa Carrió. Pero si llegado el momento decisivo, Carrió persiste en ir sin ningún tipo de alianza rumbo a un 15% de tercer o cuarto puesto y es la UCR la que puede ganarle al kirchnerismo, muchos inclinarán su voto hacia Ricardo Alfonsín. Lo mismo podría ocurrir con algunos seguidores de Pino Solanas. Votarán, como tantas otras veces, motivados antes por el espanto que por el amor.
Asimismo mucha gente de pensamiento más liberal y de centroderecha podría votar a un Daniel Scioli escindido del kirchnerismo, tanto como a Mauricio Macri o Eduardo Duhalde si son los que pueden ganarle al oficialismo.
Goebbels 2011 reloaded
No cabe duda que la propaganda que realizará el kirchnerismo será lisa y llanamente brutal, ya hemos visto el agite de los "nuevos jóvenes maravillosos", el acceso de los militantes de La Cámpora a cargos administrativos de relieve, las impresentables actitudes de las tandas de Fútbol para Todos y de Télam, las habilidades de la izquierda internacional para todo lo que sea manejo propagandístico y conducción de voluntades juveniles mediante atractivas zanahorias ideológicas; (no se crea ni por un momento que en la Argentina proyecta, sugiere y decide únicamente la izquierda vernácula, se manejan en sintonía y con logística internacional), conocemos la multimillonaria caja que manejan y hemos escuchado una hora y media de publicidad "del modelo" en la apertura de sesiones en el Congreso. Está comenzando marzo, sólo calcule que lo que será esto en julio / agosto con el lanzamiento del plan "Argentina Feliz", donde el Gobierno bombardeará con propaganda desde su enorme conglomerado de medios mostrando el país de las maravillas donde no hay inflación, donde no mueren niños de hambre, donde hay plena ocupación, donde no se trafica droga de manera obscena, y donde la inseguridad es derrotada por policías administrativos sin armas y que cambian de jefes una vez a la semana.
Y es en este escenario donde es necesario enfocarse.
El kirchnerismo tiene una innegable habilidad para manipular opiniones, instalar agendas y aseverar realidades ficticias. Son capaces de terminar eligiendo e instalando en la sociedad al rival más adecuado para ellos. Fue en su momento Julio Cobos, fue Macri, fue Duhalde, y en su delirio setentista de ir “desperonizando” cada vez más, hoy ya hasta Scioli es tildado de "gorila" en el Congreso y pasa a ser visto con buenos ojos como alternativa del PJ en el caso en que profundice su distanciamiento de la corriente gobernante central.
Vale decir, los candidatos opositores van apareciendo porque el kirchnerismo los elige para pegarles.
¿Usted se ve votando a Scioli? Dese tiempo... en la apertura de sesiones de la provincia de Buenos Aires ha pintado también una provincia magnífica, un futuro promisorio para ese distrito realmente inconcebible, siempre dentro de sus inexplicables limitaciones dialécticas y dejando centenares de eses tiradas en el piso. Pero, a diferencia de la Presidente, al menos nombró a Perón y Evita, una jugada magnífica.
El corrimiento es definitivo
El desplazamiento del kirchnerismo hacia la izquierda es claro, notorio, y no ofrece chance de volver atrás. Con solo observar la mesa chica de consulta, el crecimiento de Juan Manuel Abal Medina, ya sindicado como eventual compañero de fórmula de Cristina, la graciosa elevación de Sabatella a la categoría de político necesario, los duros golpes asestados al sindicalismo duhaldista (Jerónimo Venegas, se dice que próximamente Luis Barrionuevo, etc.) solamente necesitan mantener disciplinada a la CGT de Hugo Moyano, algo que por ahora parecen lograr solamente con liberarles fondos de las obras sociales por un lado y agitando el fantasma de las causas judiciales por el otro.
Ellos creen que con la propaganda, la juventud fervorosa que conoce la historia sesgada, el clientelismo y la CGT pueden ganar la elección, muy a pesar de que el voto de izquierda en la Argentina haya sido tradicionalmente minoritario. Pretenden ser superadores de Perón y parecen no darse cuenta que cada vez los votan menos peronistas. Tendrán el voto de Moyano, habrá que ver si tienen también el de sus afiliados.
En ese contexto será seguramente una alianza Macri - Duhalde luego de la interna del PJ, el que aparecerá como el enemigo predilecto. De hecho Macri no tiene opción si quiere ser un candidato con aspiraciones. Hay que tener presente que para una alianza no es necesario que la formula sea 50% y 50%, perfectamente Macri puede tener su ansiada fórmula Pro (¿Macri – Cristian Ritondo?) con Chiche Duhalde en el senado, Scioli o Francisco De Narváez en Buenos Aires y cuadros del PJ en las listas. La realidad indica que Macri no puede llenar una lista nacional 100% Pro. Directamente no tiene a quien poner.
Solo resta que Scioli demuestre si verdaderamente quiere tener un futuro político, y que no le ocurra como a Cobos, extinción paulatina por tanto cachetazo. Quizá espere a último momento para pegar el zarpazo, y aprovechar la espuma, sería otra buena jugada.
En resumen, y a raíz de todo lo que el Gobierno ha menospreciado al resto de la dirigencia a lo largo de estos ocho años, vemos un panorama de voto kirchnerista por un lado, y antikirchnerista por el otro.
Habrá mucha gente que vote tapándose la nariz, y habrá muchos chicos que voten a los que les meten cosas por la nariz. Doblemente malo. Pero es la Argentina y gobierna el populismo, es decir, se baila en el cementerio.
Fabián Ferrante