Soy consciente de que fue una radio a fin a este gobierno la que nos censuró. Pero también soy consciente de que fue este gobierno el que desnudó de una vez por todas las manipulaciones de los medios dominantes y sus miserias históricas. Manipulaciones que luego de ser defenestradas fueron tomadas como herramientas propias para conseguir su fin: instalarse en el campo mediático e imponer su visión de la realidad. Tanto medios oficialistas como opositores descontextualizan, estigmatizan y marcan la agenda del país. Está tan demonizada la palabra “inseguridad” como la palabra “Lanata”. Esos extremismos no conducen a levantar la bandera del debate, cosa que ambos plantean y ninguno cumple.
También soy consciente de lo que se trata “el rosario de virtudes del cristinismo” como muy poéticamente describiste (figura retórica por demás admirable, felicitaciones por ello). Sé que quien nombra a “la asignación universal” como primera medida destacable de este gobierno no lo está defendiendo. Sino que está marcando un defecto. ¿Cuál es? El hecho de que este gobierno también haya impuesto sus temas de conversación y su “decálogo para la defensa del kirchnerismo”. Así no pensamos por nosotros mismos, así los medios (en este caso oficialistas) hablan a través de nosotros, así pensamos menos y no existimos.
Una de las herramientas del gobierno actual es demonizar a los políticos que no votan sus leyes o comparten sus opiniones. Por eso creo, como muy bien marcás que “el fanático hace sentir al resto como gorilas y anti patria”. Más aun sostengo que el fanático comente un error al creer que tiene “la posta” de lo que ocurre en el país solo por mirar DDD, 6,7,8 y TVR. Se están perdiendo una o varias partes de la película.
Pero sí hay certezas, volver a los 90 no quiere nadie y más atrás, menos. He ahí una de las razones para sostener el argumento “del otro lado no hay nadie”. Lo cual tampoco comparto en un 100%. Pino Solanas es un candidato potable, pero claro, no tiene los medios para difundir su propuesta que sí tienen Mauricio Macri, Francisco De Narvaéz, Eduardo Duhalde y Cristina Fernández de Kirchner.
Una razón por la cual los jóvenes de clase media se volcaron, en parte, hacia el oficialismo fue porque vieron que, por fin, un gobierno los tenía en cuenta. Se dejó de lado la típica jerarquía militar (que convive en tantos ambientes) y se optó por incluirlos en su agenda. Este gobierno valora la juventud, por conveniencia política y por convicción ideológica.
Y fue el gobierno K el que me enseñó que no existe la objetividad. Que es una palabra utópica. Por que como dice Caparrós: “todo texto, aunque no lo muestre, está en primera persona”. Porque detrás de cada palabra, emisora o línea hay un sujeto pensante, cuando no intereses políticos, económicos y sociales. Pero esto vos lo sabés muy bien porque, entre otras cosas, me lo enseñaste vos.
Ahora soy consciente de que no hay una realidad, hay visiones de la realidad y construcciones de la misma. Porque, en definitiva, como decía Maquiavelo y parafraseó Víctor Hugo en la Feria del libro: “¿Hay mayor poder que ser dueño de la verdad?". Ocuparse de un tema así te lo agradezco tanto a vos, Luis, como a este gobierno. Y esto es muy destacable ya que, a pesar de que ahora les juega en contra (porque la regla es tanto para medios oficiales como opositores), lo llevaron a cabo.
Por último sé muy bien en qué país no quiero vivir. Este, no me molesta habitarlo por más que no esté de acuerdo en muchísimos asuntos. Por eso votaré a Cristina Fernández si las cosas siguen así. ¿Soy un conformista que me satisfago con la mediocridad circunstancial? No lo sé, el tiempo me dará o no la razón. Por el momento prefiero seguir cuestionando y marcando las cosas con las que no estoy de acuerdo. Así, quizás algún día, las minorías serán escuchadas y no por intereses políticos sino en busca de un país más igualitario.
Soy consciente. Y eso es algo que, en parte, se lo debo a este gobierno, porque mal o bien, oficialista, opositor o en busca de su camino lo logró conmigo y con tantos otros.
Estoy casi seguro de que este es mi discurso y no el que me imponen los medios (todos ellos). Espero que así lo sea y, en caso contrario, que mi formación y mi intelecto me den los pretextos para cambiar mi mentalidad. (Sí cambiar mi mentalidad, que no es lo mismo que ser un panqueque sino que es querer ser mejor y buscar nuevos horizontes.)
Ramiro Parodi