Se han escrito muchísimos artículos y notas, inclusive algunos libros para tratar de analizar y mostrar la personalidad y conducta de la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
En realidad lo mismo también se ha hecho con presidentes anteriores. La ciudadanía siempre está ávida de conocer a sus gobernantes y en particular cuando se trata de la más alta autoridad del país.
Pero los análisis que se efectúan siempre tiene una cuota de falta de objetividad o precisión en lo que se expresa, ya que pasa por la ideología de quien lo efectúa o escribe.
Sin tratar en absoluto de ser original, expondré la personalidad y su gestión pública a la luz de refranes populares argentinos.
Como se sabe, los refranes reflejan una verdad de Perogrullo y en general, son una muestra de la sabiduría intuitiva o inconsciente de las masas.
-En boca cerrada no entran moscas (Es a veces muy útil callar).
Este refrán está íntimamente ligado con los dos siguientes. Cristina vive hablando. Es una oradora infatigable. Según algunos medios ha pronunciado un promedio de dos discursos por día hábil en el año. Aprovecha toda ocasión que se le presenta. Desde la inauguración de una importante obra pública, hasta la habilitación de un humilde comedor escolar
El irrefrenable deseo de Cristina de hablar en público, es casi una necesidad psicológica. Una verdadera compulsión. Un evidente caso de narcisismo en la cual busca desplegar sus naturales condiciones de expresión verbal para buscar la aprobación de sus oyentes. Es de destacar que su auditorio es siempre un público adicto y complaciente, de su mismo signo político y con una claqué propia que asegure la aprobación de su discurso y expresiones. Pareciera que se potencia escuchándose a si mismo. Da la impresión que no puede poner punto final a su discurso. Cuando parece que va a concluir, vuelve a retomar el discurso desde otro ángulo.
Muchos de sus numerosos discursos son ininteligibles (no se entiende lo que quiere transmitir) y otros son superfluos (no corresponden al nivel presidencial). La sobreactuación y el exceso de su exposición pública genera en muchas personas una actitud de franco rechazo.
No obstante la presidente utilizó terminantemente este refrán en lo que respecta a conferencias de prensa. Solamente se tiene conocimiento de una sola en la cual aceptó evacuar inquietudes mediante preguntas de los medios. Este hecho es absolutamente insólito en un régimen que se autodenomina democrático.
-Mucho ruido y pocas nueces. (Se aplica a quien habla mucho y obra poco)
Muchos de sus anuncios no se cumplen en absoluto o solo se cumplen parcialmente.
-Por la boca muere el pez. (Es inconveniente hablar más de lo necesario).
En sus numerosísimos anuncios a la ciudadanía muy frecuentemente incurre con una intencionalidad perversa, de deformar la verdad con falsedades e inexactitudes o mentiras realmente escandalosas. También muchas de sus expresiones se pueden calificar de hipócritas o cínicas, ya que su esencia o contenido, son total y diametralmente opuestos, a lo que hace o ejecuta su gobierno.
-Dime con quién andas y te diré quién eres. (Por la compañía y amistades se conoce a la persona)
En el plano internacional nuestra presidente, a través de su accionar muestra una marcada preferencia y afinidad por los presidentes o personajes de los siguientes países: Hugo Chaves de Venezuela, Hugo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Fidel Castro de Cuba y en cambio reiterados hechos conflictivos y una relación poco amistosa con Barak Obama de los EE.UU.
En el plano interno, afinidad con hasta hace poco menos que un mes, con Hugo Moyano Secretario General de la CGT, con Hugo Yasky de la CTA, con Guillermo Moreno, Secretario de Comercio, con Ricardo Jaime, el ex secretario de Transportes, Luis DÉlía violento líder piquetero afín al gobierno, Hebe de Bonafini, la desquiciada e impresentable presidente de las “Madres de Plaza de Mayo”.
No pueden quedar dudas que las amistades de la presidente no es precisamente de lo mejor.
-Cuatro ojos ven más que dos (Las cosas consultadas y revisadas entre varios, salen mejor).
Es conocido la falta de diálogo tanto de Néstor como de Cristina, no solo con los opositores, sino también con sus propios ministros y secretarios. No se tiene conocimiento que en las dos gestiones se hayan hechos reuniones de gabinete.
En su soberbia, piensa que las soluciones complejas y muchas veces urgentes que necesita el país podía solucionarlos con rápidos análisis y decisiones apresuradas. No empleaba ningún tipo de procedimiento para la toma de decisiones.
Estas se adoptaba únicamente entre pocas personas de su círculo íntimo, entre los cuales es encuentra generalmente el chofer del ex presidente.
-Haz bien sin mirar a quien. (El bien hay que hacerlo desinteresadamente).
No es el caso de los Kirchner. Beneficiaban generalmente a los gobernadores y personas allegadas o próximas al gobierno y las licitaciones de las principales obras se las otorgaban al círculo de sus amistades. También a aquellos que se doblegaban a sus deseos o determinaciones. Es lo que los medios denominaron “Capitalismo de amigos”.
-Quien tiene tienda, que la atienda…y si no que la venda. (Cada uno debe vigilar bien sus negocios).
Las dos gestiones de los Kirchner se caracterizaron por la ausencia de mecanismos de control de gestión o de auditoría.
Es así que por la falta de supervisión, la corrupción contaminó prácticamente todas las esferas y actividades gubernamentales y varios hechos comprometen directamente la figura presidencial. El reciente caso de las “Madres de Plaza de Mayo” es un buen ejemplo
-Más vale maña que fuerza. (Se obtienen mayores logros con la habilidad, destreza y tranquilidad, que con la fuerza y la violencia).
Es lo opuesto del estilo autoritario, confrontativo y agresivo de los Kirchner.
No debe haber sector de la vida pública o de las fuerzas vivas de nuestro país, que no haya sido agraviado, agredido o que haya confrontado directa o indirectamente, con el gobierno.
-Aquí hay gato encerrado. (Algo no está claro, y hay que desconfiar).
Este gobierno pese a sus numerosas promesas y anuncios de transparencia, es probablemente el que más ha ocultado los actos de su gestión y los principales parámetros socios económicos del país.
Esta falta de transparencia oculta una corrupción gubernamental escandalosa y en casi todos los ámbitos del Estado.
Además esta falta de claridad se refleja en la falta de seguridad jurídica y se evidencia claramente en la falta de inversión extranjera y el éxodo permanente de millonarias cifras de divisas que salen mensualmente del país. La corrupción, la incertidumbre y la desconfianza son algunas distintivas en este gobierno.
-A cada chancho (puerco) le llega su San Martín. (No hay persona a quien no le llegue la hora de rendir sus cuentas).
-El que las hace, las paga. (Siempre llega el momento de rendir cuentas).
En estos dos períodos presidenciales no se adoptaron las medidas necesarias para sacar al país de la encrucijada del caos del año 2001. Solo se adoptaron medidas populistas, fuertemente demagógicas, para buscar incrementar la escasísima legitimidad de origen con el cual Kirchner había llegado al poder.
Pero estas medidas conjunturales significaron solamente parches a los graves problemas de la Argentina y ahora, después de ocho largos años de vivir una irrealidad, la verdad aparece con toda su crudeza, desnudando las torpezas cometidas y el profundo deterioro al cual ha llevado este perverso régimen a nuestra Nación.
La miseria, se va haciendo visible, cada vez en mayor medida y más rápidamente.
Es el momento que los Kirchner y su gobierno deberá rendir cuentas de lo omitido y lo actuado.
-Quien siembra vientos, recoge tempestades. (Los malos ejemplos e ideas, tienen funestas consecuencias).
-Quien mal anda, mal acaba. (Quien vive desordenadamente, generalmente termina en un mal final).
Estos dos refranes casi no merecen explicación. Durante las dos gestiones el autoritarismo, el personalismo, la soberbia, la intolerancia, el sectarismo, la confrontación y la prepotencia fueron los instrumentos para manipular, dirigir y “conducir” a nuestro país.
Nuestra democracia y nuestras instituciones fueron degradadas a niveles sin precedentes en la reciente democracia argentina.
Las tensiones, la miseria, la pobreza y el malhumor se extienden a lo largo y ancho del país.
No fue precisamente la cordura, el consenso, el acuerdo, la pacificación ni la concordia los instrumentos que el gobierno utilizó en su gestión. La consecuencia es que ahora deberán sobrellevar los efectos perniciosos de su equivocada gestión.
Probablemente, tal vez lo único rescatable que los Kirchner nos dejaron como enseñanza, es el conocido slogan del gobierno: “Memoria y castigo”.
Lo que debemos esperar es que la situación que se avecina no se desmadre y que el estallido de la violencia popular pueda ser evitada y contenida por la sensatez de los futuros gobernantes en el momento de juzgar a los responsables de lo que ocurre en esta Nación de tanta potencialidad desaprovechada, y despilfarrada.
Alfredo Raúl Weinstabl