“En nombre de la patria, la nación y sus universos simbólicos los pueblos son llevados a defender intereses sectoriales con la convicción de estar defendiendo el interés general”.
León Pomer
Desde el jardín de infantes se carga el sistema de creencias del pequeño Homo sapiens con un discurso dominante del que le es imposible escapar o poner en duda.
Es corriente que se impongan determinados hechos y personajes que construyeron “la patria”. Otros, ni se mencionan. Es trascendente la escuela en la socialización primaria. Y esta institución donde el niño internaliza (¿”eterniza”?) las fiestas patrias.
Es de destacar que la construcción de los héroes nacionales se acentúa en la segunda mitad del siglo XIX, causalmente en el periodo de construcción de las nacionalidades.
La idea es que el niño vaya, de a poco - a través de esos héroes o próceres- consolidando una identidad nacional mimética. Pero habría que saber quién o quiénes deciden qué celebrar o conmemorar. ¿En qué se basan? ¿Si los contenidos históricos escolares tienen una gran importancia en la conformación de los ideales no se les debería dar mayor trascendencia?
Si como sostienen Benedict Anderson las naciones son “artefactos” o “productos culturales” que deben ser estudiadas desde una perspectiva histórica que descubra cómo aparecen, cómo se re-significan y cómo llegan a tener tanta carga emocional, no se pueden descuidar las efemérides. De ser así, estas “comunidades imaginadas” son arbitrarias y fijadas por convención, quiere decir que se pueden modificar.
Un pensamiento nada despreciable a la hora de hablar de lo nacional e identitario. Como paradigmas menciono cómo se reestructuran hoy la “Conquista del desierto” y el “Día de la raza”.
¿Y qué sucede cuando se educa a los niños desde la Razón y la Ilustración, pero se los presiona desde lo emocional o el Romanticismo? ¿Cómo explico desde lo racional el 25 de Mayo como fecha fundacional si el suceso está cargado de mitos que apelan al sentimentalismo y a la mentira? ¿Y del sentimentalismo al fanatismo a cuántos pasos estoy?
Como sostiene el filósofo Bronislaw Baczko “las sociedades se entregan a una investigación permanente de sus (…) representaciones globales [y crean] ideas-imágenes a través de las cuales se dan una identidad, perciben sus divisiones, legitiman su poder o elaboran modelos formadores para sus ciudadanos, tales como ‘el valiente guerrero’, ‘el buen ciudadano’ (…) [ y son] representaciones de la realidad social (…) inventadas y elaboradas con materiales tomados del caudal simbólico, tienen una realidad específica [que impacta] sobre las mentalidades y los comportamientos colectivos [de una sociedad]. 1
Es el antropólogo Eduardo Archetti el pionero en los estudios que imbrican lo nacional y lo masculino. Desde “Masculinidades” muestra los aportes de los escritores Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones desde la esfera intelectual hasta los de Eduardo Lorenzo (Borocotó) desde la popular revista deportiva “El Gráfico”, en lo concerniente a la construcción indentitaria y el primer nacionalismo deportivo. Sus estudios son continuado, actualizados y profundizados por Pablo Alabarces en “Fútbol y Patria”, entre otros destacados trabajos.
El magister y doctorado en Ciencias Sociales, Sergio Villena Fiengo señala dos aspectos del deporte. En lo positivo “tendría la virtud de operar como arena tanto para la generación de capital social como para el establecimiento de vínculos comunitarios cargados de intensidad afectiva”, pero en la faz negativa destaca la “formación y mantenimiento de barreras sociales, e incluso en la generación de violencia intergrupal: los deportes serían un espacio donde concurren grupos rivales entre sí con el fin de competir por prestigio, honor y, cada vez más, por dinero”. 2
Agrega que existe una creciente comercialización del deporte y “estaría dejando de ser una práctica desinteresada y lúdica para asumir el carácter de una pujante rama en la industria del entretenimiento”. 3
Las empresas de comunicación seleccionan qué se puede decir y qué omitir; también, cómo exponerlo. En general, evitarán, ocultarán o morigerarán las causas.
Olé, así como otros medios de info-entretenimiento, no duda en apelar al “patrioterismo” y al llamado “patrioterismo latinoamericanofóbico” y para lograrlo debe buscar sus “otros”, sus “enemigos”, fundamentalmente en Brasil y, en menor medida, en Inglaterra.
El negocio del fútbol, y del deporte en general, necesita consumidores-identitarios, donde domine la sensación sobre la razón.
Ese receptor es acrítico ante “medios de formación”. Así se orientan a cultivar al héroe, asociado con la patria y el triunfo a cualquier costo.
En las siguientes tapas se puede observar lo expuesto hasta aquí: Continuá leyendo aquí.
El que pierde en este mercado cultural no es héroe y debe soportar que se mofen:
La patria debe estar presente:
Marcelo Gallardo dice que la “Argentina tiene huevos”, importante en el discurso machista; lo veremos más adelante. Además, es la confesión de un “héroe”.
Sí, y José de San Martín es el “padre del tenis”.
No faltan las apelaciones a la bandera, al “padre de la patria”, a fragmentos del himno y a que hay que morir de pie y dejar la vida:
Y jamás hay que olvidar que Dios es argentino, como la birome, las mejores carnes, los cuatro climas, las mujeres más bonitas, el dulce de leche, el gol olímpico, el colectivo, el “bypass”, la transfusión sanguínea entre humanos, el dogo argentino. Siga usted…
Y por eso recomiendan orar cuando se enfrenta a Brasil:
…Y para ayudar a Diego:
Es apodíctico: la “mano de Dios” es patrimonio argentino. Sin vueltas. Recuerdo las críticas negativas y llorosas de algunos colegas cuando el futbolista Tulio nos convierte el segundo gol tras bajar el balón con el brazo en la Copa América. Ese 17 de julio de 1995, en Rivera, Uruguay: Dios es brasileño.
Y en Sudáfrica 2010, Luis Fabiano se ayuda con el brazo para acomodar la pelota y marcar el segundo gol del triunfo de Brasil por 3-1 ante Costa de Marfil. Entonces es “La mano del Diablo”. Asimismo, acompaña la imagen un final de texto poco original y machista: “Ganaron bien, pero se fueron con Elano lastimado”.
En la primera plana que sigue, el titular “Le hicimos el oro” debe articularse con la foto: el brazo izquierdo del jugador que penetra la letra “o” connota otra cosa en nuestra cultura machista. Después de todo no debe olvidarse que para el “sexólogo” Mauricio Macri la homosexualidad “es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana”.
¿Usted no me cree? Entonces, le “introduzco” una tapa similar:
Continuá leyendo aquí.