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Habemus Papam

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CON UN PAPA POSMODERNO, "CAMBIA… ¡TODO CAMBIA!"
CON UN PAPA POSMODERNO, “CAMBIA… ¡TODO CAMBIA!”

Ficha técnica:

 

Título para Latinoamérica: Habemus Papa

Título original: Habemus Papam

Dirección: Nanni Moretti

Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Federica Pontremoli.

Género: Comedia – Apta para todo público.

Reparto: Michel Piccoli (el Papa) y Nanni Moretti (el psicoanalista), Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Margherita Buy, Franco Graziosi.

Montaje: Esmeralda Calabria

Fotografía: Alessandro Pesci – Música: Franco Piersanti.

Producción: Jean Labadie, Nanni Moretti y Domenico Procacci.

País: Italia, Francia - Año: 2011- Duración: 104 min.- Estreno Argentina: 2011

  Una comedia italiana de antología. Guardando la clásica estética de los setenta, ahora remozada con la genialidad de un creador singular: Nanni Moretti. El histrionismo y el drama, se asocian para deleitarnos en un espectáculo de notable jerarquía cinematográfica.

 Habemus Papa narra las desventuras del sucesor del apóstol Pedro. Tras las exequias del antiguo obispo de Roma, el cónclave cardenalicio aclama al nuevo pontífice. Y con este aconteciendo, lo inesperado: el nuevo Papa (Michel Piccoli), es capturado por una madeja de trastornos: vocacional, depresión, angustia, etc.

 El guión plantea varias aristas: el concepto de “infalibilidad pontificia” – por un lado-, y las vacilaciones de la persona humana por otro. ¿Un Papa, puede ser presa de una crisis existencial /filosófica? Sólo queda a salvo su religión. Con esta semiología, la curia romana contrata los servicios de un médico psicoanalista, el Prof. Brezzi (Nanni Moretti).

 Tras la primera sesión psicoanalítica, hurga en la profundidad de los rituales religiosos de la Santa Sede. Hay confrontos psicológicos entre el profesional, el Papa y sus prosélitos. Momentos cruciales del texto, donde es atravesado por las imposturas de la tradición y la fe.

 Hay y un largo interregno entre que es elegido el nuevo sucesor de Pedro, y la consabida bendición Urbi et Orbi. Esa espera, es la lección cinematográfica que nos propone Moretti. El Papa, preso de sus cavilaciones, está lejos del século. Con magistral pulso, combina las contradicciones de la tradición religiosa, con el modernismo que la asedia. Pone en voz del psicoanalista (agnóstico militante), un fino humor que alecciona. Generando una identificación instantánea con el espectador. Confrontación ideológica, pero con respeto. Sin plantear falsas divisiones de proyectos antagónicos: “unidad en la diversidad”.

 Una historia profunda y cognitivamente simple. Esta es su gran virtud. Se precipita en temas centrales de la Iglesia católica, pero no asfixia. Deja lugar a la reflexión a corto y largo plazo. A la institución más antigua de occidente, se le pude entrar por muchos lados. No es la misión de Moretti el revisionismo histórico. Va por algunas ideas sumamente atractivas: “la libertad, la autodeterminación de los miembros de la iglesia, su felicidad” No es poco. Todo un hallazgo por cierto.

 A esta altura, el lector se preguntará: ¿pero a fin de cuentas, qué le sucede al Papa? El diagnóstico bascula entre: depresión, TDAH: Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad…Todo puede ser. ¿Y el aspecto vocacional? El Sumo Pontífice (el cardenal Melville), sólo parece feliz, cuando interactúa con la gente de incógnito. Visita teatros, cuyas marquesinas anuncian obras de Antón Chéjov. En sus años mozos, había estudiado arte escénico. Ahí se lo percibe desestructurado y suficiente. Ningún trastorno se corporizaba. ¿Y entonces?...

 Hay un instante de quiebre, propiciatorio: la música. Un recurso inestimable que bajo el influjo del tema musical. “Cambia, todo cambia…” (en la voz inestimable de Mercedes Sosa), signa una escena memorable: los cardenales alegres practicando deporte, al tiempo que el psicoanalista los entrena. En contra plano, aparece el Papa, feliz por su descubrimiento existencial. ¡Qué momento! – será sin dudas, algo para recordar.

Nanni Moretti: el factótum director-actor, en el rol del psicoanalista. En composición antológica, sólo para diletantes de la clásica comedia italiana.

 

 La precedente escena, es culmen de exaltación histriónica-dramática. No merece más exégesis la cinta. Todo queda borrado y en el letargo. Pocas veces tanta felicidad y tensión en un mismo envío discursivo. Afuera quedan las humoradas que se pueden construir por la especialización médica del Prof. Brezzi. El psicoanálisis no es lo juzgado. Aunque lo merezca y mucho, al menos no ocasionó daño (en esta oportunidad). Curar no cura, pero sí que divierte y mucho (ver foto). Moretti, ha dado vida a un personaje tierno, empático y todoterreno. Muy bien acompañado por Michel Piccoli (el Papa).

 El psicoanálisis es “el arte de parlar”. Así lo sostenía Jacques Lacan. Hay que hurgar por tanto en los significativos parlamentos entre el terapeuta y sus múltiples partenaires de turno. Un verdadero deleite visual. Anécdotas y tradición se develan ante nuestros ojos.

 Para concluir: no será con teología sacramental, como resolverá sus problemas un dubitativo primus inter pares. Ni menos aún, con prácticas pseudocientíficas del psicoanálisis. Es el sentido común – el más común de los sentidos-, que “Cambia, todo cambia…” incluso al vicario de Cristo. 

 

Gustavo Contarelli

 Puntaje del film: 5 Tribunas ¡imperdible! 

Puntaje actor protagónico: Nanni Moretti 5 Tribunas ¡imponente!

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. me encantó la película. Además, pese a lo que muchos prejuiciosos piensan, no tiene un tono anticlerical: en el cónclave, se trata a los obispos con una mirada edulcorada y condescendiente, parecen ser todos amigos y compañeros de ruta. La escena musicaliada con la voz de Mercedes Sosa es notable, impacta, también, la mirada emocionada del nuevo papa, escondido, al ver los grupos de feligreses sentados en ronda en la plaza, cantando con guitarras y haciendo palmas, como es en Luján, en San Nicolás, en Argentina. Un hallazgo la película, altamente recomendable... Y BREVE.

  2. La infalibilidad es algo muy limitado, no significa que el Papa sea infalible por ser tal. Un papa invoca su infalibilidad cada vez que proclama un dogma. Desde 1870 solo se ha proclamado un dogma, el de la Asunción de la Virgen María, que fue proclamado por el papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950, previa consulta con los obispos del mundo. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Infalibilidad_pontificia

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