En las próximas paritarias el sindicalismo intentará hacer valer para el reclamo de la recuperación salarial las cifras resultantes de la compulsa en las góndolas del supermercado.
Eso es lo que proclamaron. Es que, con toda razón, dudan de las cifras oficiales del INDEC. Sin embargo, más allá del reclamo por la actualización, existe otra cifra oficial que debe ser actualizada, es la referida a la desocupación.
Son innegables los malabares interpretativos de la realidad con los que intentan convencernos de que estamos cerca de la “plena ocupación” como señaló oportunamente la responsable de la administración pública nacional.
Deben revisarse los distintos parámetros que sirven para evaluar el nivel de ocupación. Edad de los trabajadores (si tienen más de 14 años), mínimo de horas trabajadas para ser considerado un ocupado, tipo de actividad, etc.
La existencia de una estimación no dibujada sino que refleje la realidad laboral es más importante que contar con un índice confiable de precios al consumidor.
Es indispensable contar con esa cifra, pues si la misma lo amerita, debe exigirse la reimplantación inmediata de la doble indemnización por despido injustificado.
Si estamos presenciando una disminución de la cifra de crecimiento, si se espera un “coletazo” (de yacaré) de la crisis de los países poderosos, si se advierte un ingreso desde el exterior de una nueva ola de mano de obra inmigrante, es previsible un aumento en la cifra de desocupación.
Y la tarea de prevenir esos acontecimientos es de la dirigencia sindical, antes de que los empresarios consideren oportuno (y barato) empezar a desprenderse de los sueldos más importantes, acelerando la llegada de la futura crisis económica.
Sería oportuno que quienes hayan tenido la amabilidad de leer esta nota, difundan la idea, en especial, entre los dirigentes sindicales, para que se notifiquen de la misma. La realidad no puede tomarlos distraídos porque de ello depende la calidad de vida de los trabajadores, excepto que intenten utilizar el argumento expuesto como elemento de negociación, Aún en ese caso hay que informarles para que no puedan alegar desconocimiento.
Ignacio P. Beltrán
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