El ex marino, vestido de civil desde hacía bastante tiempo, no llegó a reaccionar. Se había retirado hacía muchos años y sin perjuicio de saber que por su pasado podía se “blanco” de la banda armada “Montoneros” no por ello dejaba de hacer una vida normal, dentro de lo poco normal que era
La Ciudad de
No sabía que era el último día de su vida, que la muerte lo esperaba pocos minutos después. Nos referimos al Capitán de Corbeta (RE) Jorge Bigliardi, quien caería asesinado bajo las balas de un agrupación que, a esas alturas, se había auto colocado “en la clandestinidad”.
Quizá las balas asesinas de aquel entonces hayan sido disparadas por un hombre que, hoy, se lo promueve para ser “la mano derecha” de la actual presidenta Cristina Elizabeth Fernández.
El sitio “lapolíticaonline” del viernes último, en el relato de la noticia, hace un recuerdo de la venganza brutal que los malditos “grupos de tareas” tiempo después, imprimieron sobre toda la familia Bettini, pero omite recordar estos hechos y las responsabilidades que la conducción de Montoneros, y sus cuadros operacionales, imprimieron en aquellas épocas. No sirve seguir teniendo una mirada “tuerta” sobre el tema.
Cristina, novia
Desde el comienzo del proceso kirchnerista se hubo de sindicar a Bettini como cercano al gobierno, así como a muchos otros cuadros ex montoneros, o de la denominada “tendencia revolucionaria” de los años ´70. Lo que no se ha difundido mucho es la aparente relación sentimental que hubo de existir entre Cristina Elizabet Wilhelm y el dirigente Carlos Bettini —en la foto se los ve en un partido rugby en La Plata—.
Desde la desaparición del ex presidente Néstor Carlos Kirchner, se ha intensificado en cuanto al nivel de consulta política con el mismo, por parte y desde el lado de la presidenta, y más allá del cargo diplomático, al punto de arriesgar algunos que entre Verbisky, Bettini y Zannini “arman” la estrategia del Ejecutivo en cuanto a la faceta política del mismo
Y no solo eso, como anticipan algunos medios, la Presidenta insistiría esta vez aún más en que Bettini reemplace a Juan Manuel Abal Medina o a Florencio Randazzo, quien no pasa por un buen momento.
Aquel, un hecho que marcó la historia
Las balas de “la clandestinidad” que mataron al marino retirado, le fueron atribuidas al hoy embajador Carlos Bettini, o, a algún otro personaje que, con el mencionado, al parecer acometieron el hecho. Las mieles del indulto evitaron las comprobaciones fehacientes —esas que tardan tanto y suelen expresar los jueces— pero según dicen los memoriosos, aseguran que Bettini siempre llevaba entre sus ropas un revólver magnum 357, de lo más poderoso del mercado en revólveres en ese entonces. Sin embargo, los testigos presenciales atestiguan que el militar cayó muerto por una ráfaga de ametralladora, los ravioles volaron por los aires y la operación —del estilo etarra— se habría concluido sin los denominados “daños colaterales”.
Analistas de aquel hecho, ponen más preocupación a las razones del posible crimen: ¿Por qué sabían los movimientos de Jorge Bigliardi y lo habían elegido para matarlo?
Al parecer, porque era marino, pero, en especial, porque los Bettini eran muy amigos de Bigliardi y esa circunstancia les permitía conocer todos sus movimientos y además les permitiría acercarse y dispararle sin ningún riesgo. Aún más, el cuñado de los Bettini (casado con su hermana), Jorge Devoto, también era marino, vivía en el mismo edificio que Bigliardi y fue el que lo propuso como blanco para ser asesinado.
Dichas circunstancias no deben extrañar, ese “modus operandi” hubo de ser muy repetido, la ayuda de la confianza, para allanar el camino de un tiroteo, o la colocación de un aparato explosivo.
Reflexiones finales
Los indultos y perdones menemistas, sumados a que al parecer para estos hechos no habrá juicios punitivos —no habría “lesa humanidad” aunque muchos montoneros participaron desde el Estado Provincial en su accionar, en manos del Gobernador Oscar Bidegain— pero tampoco, “juicios de la verdad” un sistema harto extraño que se ha promovido en algunos lugares, y que no encuentran páginas en los códigos que los habiliten. La justicia argentina, en definitiva, es así: siempre hará lo que el poder de turno le indique.
Casi un año antes del asesinato que puntualmente se quiere reconstruir y con el que se inició este artículo, y por la trascendencia que el mismo tiene para la persona a la que, hoy, se le ofrece tamaño cargo, es muy oportuno recordar lo que decía el fallecido presidente General Juan Domingo Perón al respecto de estos “muchachos idealistas”, para con quien hubo de tener palabras durísimas, por lo menos en dos ocasiones, en especial con los Montoneros, pero también, elípticamente, para los demás grupos que se habían convertido en verdaderas organizaciones subversivas, y no ya en expresiones políticas que practicaban la violencia o la resistencia violenta.
Es muy bueno recordar aquellos dos discursos, en sus partes medulares, como cierre de este tema, y en medio de tanto relato y confusión que, desde el Estado Nacional, se difunde, ello, para conocimiento acabado de los jóvenes que hoy son confundidos con extraños “relatos”.
En el primero Perón habla respecto de los intentos de copamiento de regimientos militares en 1974:
“Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción criminal que atenta con la existencia misma de
En el segundo, ante la matanza de Ezeiza:
“La situación del País es tan grave que nadie puede pensar en una reconstrucción en la que no deba participar y colaborar. Este problema, como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos entre todos, o no lo arregla nadie…”“Conozco perféctamente lo que está ocurriendo en el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente, no por eso ha dejado de existir. A ello se suman las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar bajo designios no por inconfesables, menos reales”.
“Hay que volver al orden legal y constitucional como única garantía de libertad y justicia”.
“Nosotros somos Justicialistas, no hay rótulos que califique a nuestra doctrina y nuestra ideología” “Los que pretextan lo inconfesable, aunque lo cubran con gritos engañosos o se empeñen en peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie. Los que ingenuamente piensen que así pueden copar nuestro Movimiento o tomar el poder que el pueblo ha conquistado se equivocan” “Ninguna simulación o encubrimiento, por ingenioso que sea, podrá engañar. Por eso deseo advertir a los que trata de infiltrase que, por ese camino, van mal… A los enemigos embozados, encubiertos o disimulados les aconsejo que cesen en sus intentos, porque cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento”.
El ejercicio de la memoria es la única herramienta con la cual el pueblo logrará algún día ser libre.
José Terenzio
Fuentes:
http://todopolitica.foroactivo.com/t4191-quien-es-carlos-bettini
http://speedygonzalezesdeladea.blogspot.com/2009/02/un-agujero-queda-para-mi.html