Darío Gallo tiene una profusa carrera en los medios: entre 1994 y 2007 fue cronista, redactor especial, redactor jefe, editor de la sección Política y editor ejecutivo de la revista Noticias. Luego, entre 2008 y 2011 se transformó en editor general del portal Perfil.com.
Posteriormente se desempeñó como jefe de Redacción de diario Libre, medio que se destacó por la gran cantidad de primicias logradas en sus cortos siete meses de vida, pero que debió cerrar por inesperados problemas financieros.
Para hablar de ese y otros temas, Gallo se animó a charlar mano a mano con Tribuna de Periodistas. ¿Por qué el diario fracasó? ¿Cuál es la situación de los trabajadores de medios? ¿Qué pasa con los medios oficiales y qué pasará con sus trabajadores? De eso y mucho más se atrevió a opinar el célebre colega:
-¿Qué pasa con los periodistas y la adaptación a las nuevas tecnologías?
-El tema es que la mayoría de los periodistas son medio conservadores y todo lo que sea nuevo les molesta, les cuesta mucho agarrarlo. Pasó cuando llegaron las computadoras porque había muchos que no querían dejar la máquina de escribir, de esto parece que hiciera muchísimo pero fue en la década del noventa; hasta fines de los ochenta todos usábamos la máquina de escribir. Y con los celulares también pasó más o menos lo mismo.
-¿Sentís que estuviste adelantado al uso de estas herramientas de comunicación?
-Pareciera que aquellos que nos preocupamos por mirar las cosas nuevas estamos adelantados pero en realidad estamos a la altura de cualquier otro que hoy tiene las mismas cosas que van saliendo en el primer mundo. De todos modos, pasa aún hoy que a muchos periodistas les cuesta, por ejemplo. Creo que hay un noventa por ciento de los periodistas que no saben qué son los RSS, o sea, ya se están dejando de usar y no saben lo que es ni cómo utilizarlos.
-¿El periodismo o los periodistas son los que se han negado a investigar las nuevas herramientas?
-Cualquiera de estas herramientas conlleva el esfuerzo de aprender a manejarlas. Yo creo que los periodistas no tienen interés en ver cosas nuevas para no sumar un esfuerzo extra a su trabajo, aunque sea una ventaja. Porque el esfuerzo que hacés cuando utilizás las herramientas, te ayuda a facilitar un poco las cosas. Hasta que las nuevas generaciones tomen por completo las redacciones eso va a pasar a ser algo natural.
-¿Ves en las nuevas generaciones capacidad de incorporar los cambios y liderarlos?
-Los que dirigen los medios son personas que ya tienen muchos años en la profesión y están totalmente formados en la otra cultura en donde no había que dialogar y solamente había que emitir información. Entonces a ellos se les hace difícil hacerlo y les es difícil aceptar el reto ese de responder a los lectores u oyentes. Pero los chicos que recién entran a la redacción eso lo tienen: si te hablan, contestá; si te corrigen, agradecelo; si te tiran un dato, bienvenido. Las generaciones más viejas están acostumbradas a tirar datos y recibir elogios si los hay. A veces sufren tanto con el tema de los comentarios en las notas que en muchos sitios nacionales los periodistas fueron y pidieron que por favor no permitan comentarios en sus columnas. Eso habla de la debilidad del tipo que no puede aguantar los comentarios de cuatro a cinco fanáticos.
-¿El cuestionamiento que se hace sobre los medios tradicionales, perjudica o mejora la profesión?
- El tema es que el cuestionamiento al periodismo parte desde el poder, acá y en cualquier otro lugar del mundo. Los poderosos encontraron en el mundo nuevo de blogueros surgimientos espontáneos; fueron los elegidos por los políticos como mano de obra para cuestionar a los medios tradicionales y para captar nuevos adherentes. La andanada contra los medios tradicionales va acompañada por otro montón de gente que por una cuestión de simpatía trata de ayudar a los gobiernos de turno. Acá y en cualquier otra parte del mundo.
-¿Es decir que considerás que hay un sector mediático nuevo? ¿La parte del periodismo ciudadano rentado?
-Por primera vez, el poder sintió que tenía un aliado en el periodismo ciudadano, no solo para quitarle lectores, sino para atacar y tratar de pulverizar a los medios tradicionales, cosa que es difícil porque hoy por hoy cuando se quiere saber lo que pasa se busca esa prensa. Yo digo que las siete de la mañana es cuando uno tiene que leer lo que pasa, es difícil que te quedes con blogueros y twitteros.
-¿Por qué vendió sus medios Daniel Hadad?
-Lo que yo escuché es lo que dijo el “Negro” González Oro: “Me llamó Daniel, Negro tuve que vender”. Hadad en todos los gobiernos le fue bien, con el de Menem, con el de Duhalde, con el de Kirchner y con el de De La Rúa en el Gobierno de la Ciudad. El tema es que llegó a un nivel donde me parece que el gobierno que era “socio de Hadad” lo obligó a vender. Cuando él dice que tuvo que vender yo creo que al Gobierno le servían más los medios sin Hadad que con Hadad, pero la estrategia del kirchnerismo es la de agarrarse todos los medios y patear incluso a los que han sido sus socios, porque no le merecen confianza.
-Pero ahora que el grupo pasa a ser paraoficial, ¿cuál es la posibilidad de éxito en términos de audiencia?
-Los medios oficiales solo se sostienen con la plata del Estado. Sin ese aporte, el 80 por ciento de los medios van a desaparecer. Página/12 es el típico caso de un medio que siempre estuvo subsidiado por algún poder político y lo va a seguir estando. Digamos que Página siempre fue un ejemplo de periodismo subsidiado, siempre fue un oficialismo más inteligente, mucho más elaborado de lo que puede ser Tiempo Argentino o cualquier otro.
-Pero entonces hay un 80 por ciento de puestos de trabajo que están en peligro.
-El asunto es mantener una estructura como la que hay ahora en donde se necesita 3 mil millones de pesos diarios. Es una bomba de tiempo porque cuando el gobierno de turno cambie, todo eso se va a caer.
-Hoy me comentaban el tema de las empresas truchas en las que se involucraba a Hadad y al grupo Veintitrés. ¿Cuándo una noticia se convierte en noticia? Porque esos datos están publicados desde el año 2006. (N.de la R. el propio Darío Gallo lo publicó en su Bloc de Periodista).
-Hace siete años yo le dije a Diego Dillenberger en un video que está colgado en la web, (el me decia que la revista Noticias tiraba un montón de datos y que nadie nos daba bola). Yo le decía que tenía razón, lo que pasa es que ahora están saliendo cosas que Noticias las contó hace mucho tiempo, y eso el lector es quien lo evalúa. Eso pasa con el caso de Noticias que sigue vendiendo lo que vende aún sin ningún tipo de publicidad oficial.
-¿Noticias vende por la tapa?
-Todas las revistas tratan de poner lo mejor en las tapas. Si fuera solo una tapa, estaría todo bien con el gobierno.
-Los periodistas que trabajaron en lo que fue el diario Crítica, cuando pueden le recuerdan a Lanata que los dejó sin trabajo. ¿Eso qué te parece?
-La cuestión de los periodistas es rara, porque son trabajadores como cualquier otro. Si vas a trabajar a una fábrica de galletitas y la fábrica cierra no te van a seguir manteniendo porque no hay forma de seguir. Gracias que te paguen la indemnización y no tengas que ir a la justicia. A Lanata se le pueden cuestionar mil cosas, pero no que tenga un medio que fracasó o no anduvo. Digo, porque nadie les puso una pistola en la cabeza para que fueran a trabajar con Lanata, incluso muchos de ellos fueron por la imagen de Lanata, por lo que había significado para ellos. Fracasa el diario y se produce todo esto y aún hoy se lo siguen tirando en cara. Yo prefiero que Lanata abra cinco medios más a que no abra ninguno, aún con la amenaza de que no esté más que un año con cada uno. Me parece que es preferible un Lanata haciendo cosas porque eso abre oportunidades.
-¿Que significó Lanata en Libre?
-En Libre queríamos tener varios columnistas buenos en lo suyo y Lanata en lo político es el más impactante porque puede decir las cosas de una manera directa y arriesgada. En otros casos, en salud lo teníamos a (Alberto) Cormillot, en automovilismo a (Juan María) Traverso. Es decir, elegíamos los personajes más fuertes en cada rubro para tenerlos de columnistas.
-¿Qué pasó con diario Libre?
-Nosotros apostamos a hacer un producto en papel, la estructura que teníamos podría haber sido un éxito en digital. Teníamos 50 personas trabajando y las cuentas no se pagaban con lo que pudiese entrar de Internet. Apostábamos a vender diarios y aunque se podría haber reciclado en un sitio web para no perder tanto, lo tenías que hacer con un diez por ciento de la gente que había.
-¿Por qué no un diario gratis en vez de un diario de un peso?
-Porque se necesita mucha plata para distribuirlo. Y la publicidad ya no paga una redacción y menos una distribución, salvo que esté bancado por el Gobierno, como el caso de El Argentino o como La Razón que está bancado por Clarín para evitar que aparezca una competencia en el segmento. No dan las cuentas para un diario gratuito en la Argentina.
-¿Qué paso con tu texto de lo que pasó en Libre? porque habías empezado a escribir en el blog y después lo dejaste.
-Está en borrador. Lo que pasa es que había una serie de conflictos que fuimos solucionando. Casi todos los casos están solucionados y sacarlo podría traer alguna molestia en alguno. Entonces preferí no sacarlo y sacarlo en cualquier momento, cuando ya haya pasado todo. En medio de los conflictos muchas veces es mejor no decir nada y esperar que pasen las cosas para no echar nafta al fuego.
-¿Vos seguís vinculado con Perfil?
-Sigo vinculado con Perfil. No voy a estar en la redacción sino que, a partir de la semana que viene, voy a escribir como si fuese un columnista más pero no voy a estar en la redacción del diario. En Noticias tampoco. Podemos decir que estoy fuera de editorial Perfil pero sigo colaborando con el diario Perfil.
-Lo que viene, ¿es el fin de los medios tradicionales y de los intermediarios?
-Si se fuesen a eliminar los intermediarios y el Gobierno impulsara eso hubiese ahorrado muchísimo dinero, porque gastó miles y miles de millones de pesos para pagarle a periodistas para que digan lo que el poder quiere que digan. La idea de eliminar al intermediario solo es válida para los que no hablan con la voz del Gobierno.
-¿El 54 por ciento (de la victoria de Cristina en 2011) es por los periodistas?
-Yo creo que no. Pero habrá que demostrárselos. De la gestión pública, los sueldos más altos son los destinados a comunicación. Para ellos les ha dado resultado y van a seguir con esto. En el momento en el que estaban todos los medios con el gobierno, en el 2004 o 2005 Clarín y La Nación eran muy cautos. Yo escribí de casos que algún ministro —que ahora es “senador”— que amenazó a un columnista de la Nación con cortarle las piernas y el caso no salió en La Nación, sino que tuvo que intervenir un columnista del diario con ese ministro porque si trascendía era muy fuerte. Hubo muchas cosas que los medios se tragaron para no afectar la relación. Después el Gobierno los pasó por encima. Lo que pasó con Clarín es muy similar. Clarín no mencionó a (Ricardo) Jaime o los negociados de (Julio) De Vido sino hasta después del 2008.
-En este período, ¿creés que Libre fue el diario que vos quisiste hacer?
-No era mi sueño hacer un diario o tener un diario, se dieron las circunstancias y yo lo quise hacer. Lo que es seguro es que nunca saldrá un diario como Libre y los que vivieron en esa redacción nunca vivirán la experiencia de una redacción similar con la cantidad de primicias que pusimos, que incluso tuvieron su consecuencia en cuestiones institucionales del país. Cuando se vaya Zaffaroni se va ir de la Corte afectado por lo que hizo Libre en su momento que fue poner en evidencia que mentía y que tenía más de un departamento con prostíbulos. Zaffaroni demostró que no era tan probo cuando asumió y se había olvidado de pagar impuestos y tenia plata no declarada.
De todos modos, cuando Zaffaroni se vaya de la Corte Suprema y renuncie, se va dejando sombras sobre una de las grandes cosas que hizo Kirchner ni bien entró. Y eso lo hizo Libre, no lo hizo ni La Nación ni Clarín. Lo hizo un diario hecho por 30 periodistas, sin nombrar las primicias en el mundo del espectáculo o cosas deportivas. No era un diario de chismes del mundo deportivo, sino que era un diario que traía información y le pudo sacar la ficha a un ministro de la Corte.
-¿Entendiste en este tiempo por qué la gente no compró Libre?
-Yo creo que seguramente hubo muchos errores nuestros de todo tipo. Igual un diario no se instala en siete meses. Por lo general, los diarios tardan dos o tres años o muchos más. Se cometieron errores cuando gastamos mucha plata en el interior. Cada vez que vendíamos un diario en el interior se perdía dinero. El tema del precio del diario fue un error, nosotros nos equivocamos al tratar de encontrar el perfil del lector. Siete meses es muy poco para cualquier publicación. En diciembre sacamos el departamento de Cristina en Puerto Madero, primicia que no hubiese visto la luz si la hubiesen tenido los medios de (Sergio) Szpolzki o Cristóbal López.
-¿López viene a cubrir el espacio que dejaría Szpolski?
-No creo, Szpolski tiene mucha picardía para manejarse y este hombre tiene un perfil distinto de empresario. Es más parecido a un (Alfredo) Yabrán, que tenía un circuito de periodistas a los cuales les pagaba. Ahora Cristóbal López llegó a mucho más, ahora el empresario se queda con los medios, y eso es peligroso para un país.