“De los 30 periodistas de la redacción, 10 son de deportes que pasarán al nuevo formato, otros pasan a distintos medios de Perfil o a nuevos proyectos”, había expresado Darío Gallo, jefe de Redacción de diario Libre a Tribuna de Periodistas a comienzos de este año, cuando se adelantaba el rotundo cambio de editorial al que recurriría “el diario más rápido del país”, en febrero. De cruda información general —con una repercusión que envidiaron muchos de los grandes medios— a netamente deportivo.
Según fuentes consultadas oportunamente por este medio, una de las razones para tal imperativo giro del formato que todos conocíamos tenía que ver con que el Grupo Clarín habría venido presionando a los anunciantes con el objetivo de ahogar a Libre financieramente a través de las pautas comerciales, sumado por supuesto a la dificultad que tiene Perfil —y los medios críticos— para conseguir publicidad estatal.
Sin embargo, Gallo aseguró desconocer esa información y explicó que esas “decisiones comerciales” están relacionadas más bien a presiones externas que impidieron que el diario se lanzara a $ 1. De todas formas, Libre Deportivo pasó a competir directamente con el legendario Olé —de Grupo Clarín— por lo que su final estaba más que anunciado. Aunque no para muchos.
Este martes 13, y con solo tan solo 33 números en la calle, se publicó el último número de Libre Deportivo. Editorial Perfil se lo comunicó vía correo electrónico a la redacción recién ayer lunes, pasadas las 22 horas y a través de un comunicado:
“El diario Libre Deportivo informa que este martes 13 de marzo apareció su última edición.
La decisión fue tomada tras una serie de circunstancias que hicieron inviable su subsistencia. A la imposibilidad de estar en la calle con ediciones de sábados y domingos y las bajas ventas, se suma la discriminación con los avisos oficiales que sufren todos los medios de la editorial Perfil y que la semana pasada volvió a ser condenada por la Justicia (Jorge Fontevecchia explicó esta situación en la edición del último domingo del diario Perfil).
Libre Deportivo agradece a todos los que colaboraron con un emprendimiento que intentó demostrar que era posible una mirada periodística distinta del mundo del deporte, aunque ese objetivo no haya podido ser cumplido.”
Edgardo Martolio —director del diario en su versión deportiva por menos de un mes y empleado de Caras Brasil— renunció luego de los paupérrimos resultados del viraje editorial a comienzos de marzo, quedando como editor a cargo Javier Manes. Según aseguraron los trabajadores del matutino, que no pudieron seguir en el nuevo formato ni en otros proyectos, Martolio en su estadía los trató de “fracasados”. Luego se fue a Brasil. Como sea, hoy hizo que Libre le publicara una columna de despedida.
“Había una vez un hombre que más envejecía mayor era su inocencia. Le decían Ideo, porque tenía ideas recurrentes que atesoraba de forma vehemente y apasionada.
Una de esas ideas era sembrar; soñaba con ver un campo sembrado por sus propias manos. Pero no tenía tierras propias en épocas en que no existía la figura del alquiler.
Su amigo, generoso, un buen día le obsequió un terreno hermoso, el que más le gustaba a Ideo. No durmió varias noches pensando en cómo realizar su sueño, porque no sólo no tenía tierras propias, tampoco poseía capital suficiente para alambrar aquel campo que por el día invadían buitres y extranjeros y por la noche transitaban lobos y alimañas.
Su tercer insomnio fue interrumpido por el hallazgo de una fórmula capaz de concretar su anhelo. Viendo que entre ellos rara vez se atacaban, contó lobos y buitres —uno por uno— y llegó a la conclusión de que, si los alineaba uno atrás del otro en torno del perímetro del terreno recibido, formaría con ellos las paredes del corral donde podría sembrar sin que ningún extraño lo invadiese.
‘Será mi lugar y lo llamaré Libre, porque así crecerá mi siembra: Libre de invasores’, se dijo feliz, imaginando que nadie osaría pisotear su plantación custodiada por horribles buitres y hambrientos lobos.
Trabajó rápido, plantó todo lo que pudo aunque fue muy poco y alineó a los animales creyendo, incluso, que estos le agradecerían darle esa utilidad porque —de ese modo— los vecinos dejarían de verlos como lobos y buitres peligrosos y ya nadie querría cazarlos.
Cansado, Ideo se fue a dormir esperando el mejor amanecer de su vida. Cuando el sol le lavó la cara con sus rayos, no hizo otra cosa que abrir su ventana para ver su campo ‘cuidado’ por los buitres y los lobos. Nunca pensó lo único que debió pensar: los lobos deshicieron la fila para correr liebres que merodeaban el lugar, las cazaron, las comieron y de barriga llena se echaron a pernoctar.
Los buitres aprovecharon y se comieron a los lobos dormidos. El sueño de Ideo era sólo un sueño entre lobos y buitres reales. Ideo murió de pena y su amigo lo enterró en el medio del campo que le había regalado. En su tumba puede leerse: ‘Aquí yace un hombre que nació Ideo y murió Idiota’. Los buitres no atormentan su última morada porque fueron eliminados uno a uno.
Quería contarles esta fábula infantil a los lectores de este diario, en mi último día de vínculo con él, un vínculo tan breve como el sueño de Ideo, porque sé que algunos lo comprenderán.”
“La cobarde columna de Martolio fue ocultada a los trabajadores. Esperaron que se fueran todos para plantarla en la página”, publicaron los ahora ex empleados de Libre en su cuenta de Twitter. “Trató de ‘lobos y buitres’ a los trabajadores del diario. Vergüenza”, agregaron.
Según un comunicado de la asamblea de trabajadores de Editorial Perfil, la empresa los ha amenazado y presionado con despidos, incumpliendo con la promesa de ubicarlos en la editoral.
“La empresa ha desplegado una serie de métodos repudiables para tratar de infundir temor entre los trabajadores afectados. Por un lado, ha amenazado a los integrantes de la redacción de Libre Deportivo para que abandonen la editorial de manera ‘voluntaria’ antes del 31 de marzo —lo que intenta camuflar una situación real de despidos encubiertos— bajo el argumento de que más allá de esa fecha Editorial Perfil no podrá garantizar siquiera el pago de las indemnizaciones correspondiente por ley. Al mismo tiempo, la empresa ha señalado que incluso apelaría a un supuesto Recurso Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo con el objetivo de rebajar sueldos e indemnizaciones”, indica el comunicado.
“Los trabajadores de Editorial Perfil refrendamos nuestra decisión de retirar las firmas de las notas publicadas en los medios de la empresa los próximos días viernes, sábado y domingo, en línea con la medida de lucha adoptada en el resto de los medios de la Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, nos manifestamos en estado de alerta y reforzaremos con asambleas diarias nuestro reclamo para que los trabajadores afectados por la situación de Libre Deportivo conserven sus puestos de trabajo en la editorial, y para que la empresa se retracte de las expresiones ofensivas hacia los trabajadores publicadas en un medio de su propiedad”, finaliza.
El Observador, Perfil, Libre y Libre Deportivo, forman partes de los diarios cerrados por Fontevecchia, CEO de la editorial.
Y es que el sábado 1 de agosto de 1998, algo parecido ocurría con diario Perfil. A 84 días de su lanzamiento y por medio de una columna firmada por el propio Fontevecchia y publicada sin previo aviso al filo del cierre de la edición, se anunció su cierre aludiendo fuertes problemas financieros y dejando sin empleo a 171 personas.
"Ésta es, literalmente, la última página de este diario, en esta etapa. A partir de mañana (por hoy) se suspende la edición". La columna estaba en la contratapa y se tituló "Hasta pronto". Los empleados se enteraron del masivo despido cuando leyeron la publicación de ese día.
"Ninguna de estas personas sabe qué será de sus vidas. Yo tampoco tengo idea de qué va a ser de mi vida", había confiando a diario La Nación una periodista de ese medio, quien abandonó un empleo seguro para trabajar en Perfil. Eso fue hace 14 años, ahora la historia se repite.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana