De la charla, conexión de dos computadoras en 1969,
surgió la clonación de la Babel de Internet en el siglo XX, con alas sin
fronteras, clonada, infinitas palabras, la madeja del hilo verbal, digital, una
comunión en el pequeño anónimo altar del ordenador. Imagen del alba, pantalla
blanca, hipnótica, sábana del mundo, ordenador del sueño, pequeño emperador
del verbo anónimo, -sincopado, galopante, ferozmente vertiginoso-;
bestezuela del silencio astral, en la pavorosa lengüeta, del azar, divina
ubicua, dama detrás del acento de las vocales y consonantes de la noche.
Joven señora, ave parlante del ojo digital, eres libremente virgen aún, a
pesar de los demonios que incubas en una de tus colas dragonas, y te haces al
espacio, libertina, marquesa de Sade, Cassandra, simplemente, Penélope. Tejido
eterno que desconoce el origen y paradero de las palabras, sitio fugaz
de Troya, un universo que se acuartela en silencio, cuarto oscuro de
la Utopía, que se pasea con un desconocido en un campo para nudistas. Esta no
es la Historia, ni un remedo de su subproducto fuera de estación, sino el viaje
alucinado de la Cantante Calva por las peluquerías de Manhattan, un 11 de
septiembre. Sin cabello se deja atrás la noche en Hiroshima, una peluca es el
retoque para traspasar el Muro de Berlín, o el uso de una utilería perversa,
abandonada en una casa rodante sobre la frontera de México, con 300 retratos de
las mujeres de Juárez, orinando el rostro de sus verdugos. La costilla que Adán
reclama pertenece a Eva, la que cargo esta noche multiplicada de acentos huérfanos,
vino agrio para pueblos conquistados en un ajedrez de piezas romanas. No
es un circo y se le parece, hasta cuando los payasos lloran o imitan la
felicidad en el centro de sus carcajadas. Largos zapatos para este invierno.
Maquillaje para sentirse un desconocido. Agitar la coctelera del miedo,
para el happy hours, y para, para, que corriendo no avanzamos más que estar
detenidos en una estación del tren que no llega.
¿Clic o choque de civilizaciones?
¿Qué sintió la primera computadora y el nodo cuanto todo
fluía a las mil maravillas? Inglés, francés, castellano, japonés, chino,
alemán, italiano, holandés, son los idiomas en la Red. De 30 millones de
usuarios en 1996 a 800 millones y se esperan 1.400 millones en menos de tres años.
La mayoría de los usuarios están en Europa, 31 por ciento, Estados
Unidos y Canadá, 30 por ciento, Asia, 29 por ciento, América Latina, 6 por
ciento. África con un 1 por ciento. Son estadísticas, el enredo es mucho mayor
e intangible en su impacto. ¿La Red es el mensaje o el mensaje es para
enredarse? Es un nuevo universo, virtual dentro del real, que desploma las
fronteras del espíritu y de la carne, un menú, agenda, el mudo azar de un
encuentro inesperado, la Red habla en un 72 por ciento en idioma inglés. Mucho
speak English. Palabras, mensajes, estadísticas, noticias, el amor en la red,
todos los fluidos humanos corren, vuelan, se hacen instante, se mezclan,
trasvasijan. Nunca hubo más promiscuidad verbal en la historia de la humanidad.
La palabra es un perfecto camaleón, cambia de idiomas, su color es otra moneda
que busca respaldo, usa su propio ropaje, se camufla, es abierta como un
molusco. El fonema suena. Las vocales y consonantes sé verborrean en el chisme,
son enjambre en el vicio del chat, se desnudan sobre el despunte de un labio en
flor y la desesperación errante, las camina, y arrodillan invariablemente
su cerviz banal. Todo depende de quién y cómo la use y abuse. Ha
nacido también un abecedario raquítico, un enjambre de palabras despelucadas,
fiambres, aunque aparenten novedad, frescura, porque resultan ser pobres ratas
sin fe, definitivamente palabras con cola de ratón. Mucha vitrina, pasarela,
desplante, verbo transgénico, no trasgresor, afiebrado de apuro, sin diente o
con frenillos, reciclado. Es un sofisma lo que trae esta hora en la miranda
indefinida, sin horizonte del poder fáctico, real, ese que le pasa la factura a
la humanidad. Dentro del limpio trigal, la rata hace su nido y habita el gris
amanecer de su día depredador.
¿Choque de civilizaciones? No podemos vivir sin etiquetas.
Es más real un choque de trenes en la India, y ver el amasijo de hierros y
cuerpos, posar en estricto rigor mortis para una fotografía más del error
humano. ¿Por qué el siglo XXI, es nuestra reciclada Edad Media, donde un Dios
bueno lucha contra un Dios malo en el despreciado universo de la realidad? Han
vuelto a subir a la historia a una silla de ruedas, vendada de ojos, sin
piernas, y la libertad, cargada en sacos de arena, va recitando: mamá me
aconsejaba tomarme la sopa de letras/ en los helados días de invierno/ si no lo
haces, unos enanos colorados/ pasarán a buscarte y ya no sabremos de ti/ pero te
recordaremos cada vez que escuchemos/ el abecedario en la TV y un nuevo día se
abrirá en el horizonte/ Ten Fe, la letra con sangre entra. Es una Edad sin
caballeros y las Ladys, cada día toman el caballo de la historia con sus
propias riendas. Dejan el castillo de arena tras el puente levadizo y la
nueva pradera que les espera, abierta, llena de oxígeno, un espacio para
conquistar a pulso. El Castillo ha perdido una flor y la dama sus cadenas. ? Il
Cavaliere, Silvio Berlusconi, ubicuo personaje de la escena italiana, ha
perdido su mano derecha-al signore Marcello Dell Uttri, embajador de la mafia
italiana- en un juicio por soborno, donde el Primer Ministro ha resultado
ileso. Pero Italia, celebra la remodelación y reapertura de la emblemática
Scala de Milan. El templo de la ópera, abre sus puertas tras tres años de
remodelación intensiva, con la obra simbólica, "Europa riconosciuta"
("Europa reconocida"), del inefable y enigmático Antonio Salieri. El
Teatro alla Scala, construido por María Teresa de Austria, se inauguró el
3 de agosto de 1778, con la misma obra de Salieri, quien murió olvidado en un
manicomio y envuelto en sus intrigas palaciegas en la corte de Viena, contra
Amadeus Mozart. La historia se encargó de ubicar a cada uno en su lugar. El
mundo ofrece otros eslabones, sofisticadas cadenas, y es capaz de atarse de
manos y piernas para no echar a correr. Tanto va el cántaro al agua, que el
poema por fin se quiebra. ¿Cara o cruz? ¿Dios lanza los dados tan seguido
¿El enemigo está en todas partes o en ninguna?
¿Dónde está el enemigo, se pregunta aun el sargento
Jimmy Massey? En todas partes, responde GWB. El enemigo tiene un Dios malo y es
ubicuo. Escupa al cielo, y verá que le devuelve una nube verde como un rayo
espeso sobre el ojo. En las carreteras de Irak, asesinábamos civiles. Más de
30, recordó el sargento. El desierto, un paisaje detrás del telón de la
historia, lo que la realidad quiere ahora que se le reconozca, se desprende como
el olor de los muertos que tapizan las alfombras de Bagdad o Faluya. Se puede
huir del sitio, hasta de la muerte, dejar la vitrina del horror en un café de
la ciudad devastada, pisotear la colilla de un cigarrillo con calculada
indiferencia, juntar los dedos de la ruindad en una oración, y volver a entrar
descalzo sobre el cuerpo de una mujer, o seguir la risa de un niño en un parque
de entretención, sentir los huesos aparentemente tibios en su lugar, cubierto
uno siempre de su piel, en fin, con el empaque intacto, completo, dos pies, dos
manos, el sexo humeante, pero siempre habrá una vida que se nos fue entre
las manos y la memoria vendrá a cobrar ese sacrificio en vano, cuantas veces
sea necesario, jueza de nalgas firmes y voz potente con la estrella atravesada
de un Sheriff o la balanza del destino. Es un pueblo lleno polvo y olvido, el
hostil presagio de la nada, la azucarada, engañosa mañana y aún entra el sol
tibio por el portal del mundo y nada se compara a un día sin horarios, a
lo que decimos y dejamos de decir en el hilván de un café, para volver a soñar.
Hay un tiempo para apagar el televisor, dejar que la antena pertenezca a su
propio espacio y tocar con los pies descalzos la tierra húmeda, y dejar a los
amos de esta encrucijada, en sus sanatorios, compartiendo el horror sin muelas,
que les mastica las yemas de los dedos, como si el tiempo fuera un reloj sin
esfera. Esta mañana se ha detenido todo. Llegué tarde a la Redacción. No había
un compromiso adquirido más que tácitamente. Pero pasé. Una redacción vacía,
es más impresionante que una montaña desolada, porque sabemos que la roca
es muda y su fuerza radica en su inmovilidad.
De la paciente roca, sólo esperamos su muda belleza. Su
pasado no agota su futuro, ni cuestiona el presente. Roca dura de mover y
convencer/ roca sin boca/ ni lengua/ muda roca/ paradoja/ quizás algún día
aprendas/ que es más firme/ el viento que pasa y te toca. Bajo del insectario
clavado sobre la pared, de la agenda amarilla, un papel, un mensaje con la
letra del Editor, inconfundible, ordenada, clara, pareja, en tinta negra, y el
encabezado: SB. La libertad absoluta es lo último que nos queda. No le pongas
fianza, sino confianza a la libertad y a la palabra. Bajo palabra, sólo la
palabra. El miedo es un lugar común, inútil muletilla para un periodista. En
el lenguaje, todo es permitido, como en el amor, pero los hechos son el festín
de la realidad. No sólo quiero la punta del iceberg y que me perdone Hemingway.
Bucea en el prefacio de los hechos. No le des una orden equivocada y
antes de tiempo al epitafio. El exceso de luz, tal vez no haga creer que todo
paisaje es igual asimismo. Una página en blanco, sólo es igual así misma.
Bucea en la orilla, para llegar a las profundidades. Quiero un texto sin
norte, ni sur, de cuatro orejas y cinco pares de ojo, que me diga lo que no sé,
y que debiera conocer, y le deje saber a mis sentidos, la palabra aún,
todavía. Obliga al lector a hacerse preguntas, que discuta contigo hasta cuando
va a dormir, y que sepa que su reflexión es su único salvavidas. Los grandes
del periodismo neoyorquino, hablan de la mancha de aceite que lo impregna todo,
desde las bastillas de los pantalones o enaguas, al cuello de las camisas.
La tinta de las ideas cambia la sangre. Contamina al lector a tu manera. El
periodismo no es nuevo, ni viejo, ni tiene más pisos que los necesarios. Muévele
el piso al lector. Súbelo a la Scala de Milán. Que te lea con atención la
mismísima Elfriede Jelik y se pregunte: Was bleibt einem also libring (¿Qué
nos queda?) Esa es la interrogante de todo lector, que no aspire a quedarse con
el pelo del lobo de la información. Enrédate en la Red, SB, tejido y araña
de un mismo lenguaje. Ni una como por fuera, el texto como una camisa de fuerza
para disfrutar con una margarita. No más palabras, debo partir. Los editores
son algo obscenos con la distribución del trabajo. Ellos, son los
encargos, y nosotros, las entregas. Mensajes que llevan implícito cuadrar el círculo
y de paso no perderse en el triángulo de las Bermudas. Es como creer en las
Naciones Unidas y en la paz del Medio Oriente, al mismo tiempo y de paso, que en
estas navidades, Irak será una tasa de leche. Ninguna tesis favores a GWB en
esos escenarios del mundo. Ha montado un sofisma del cual no podrá salir fácilmente.
Elecciones = paz, es el sueño del pibe en Disneyworld. Y sólo Carlos Gardel,
de cumpleaños este 11 de diciembre, está para seguir cantando tangos
cada día mejor. El mundo baila un horroroso vacilón.
Textualmente, en estado de coma, y punto, señor Editor. Ni
el medio ambiente nos favorece, porque sabe que nos digerimos los recursos
energéticos del mundo como un gigante egoísta y de paso le hacemos un hueco en
la cabeza a la Tierra, por donde nos suicidamos olímpicamente nosotros mismos.
Aunque el mundo camina al revés, en el horizonte de la esperanza se realizan
dos eventos singulares en América del Sur, donde el verano ya le rasca la
espalda al sol. Buenos Aires, Argentina, y el Cusco, la antigua y legendaria
capital del imperio Inca, renuevan el paisaje americano. La porteña City de
Buenos Aires, en medio de la Cumbre mundial sobre cambio climático, ha devenido
en el realismo mágico con algo de surrealismo, porque Greenpeace ha acodado al
lado del Obelisco una inmensa Arca de Noé, graficando el exceso de lluvias en
le mundo debido a la emisión excesiva de gases efectos invernadero. George
Bush, corona la escena con un paraguas, bajo la letra Singing on the rain
(Cantando bajo la lluvia. La letra, dijo uno de los responsables de
Greenpeace en Argentina, Juan Carlos Villalonga, es un clásico
norteamericano y representa el Sueño Americano de destruir el clima. En
medio del ambiente, el Abierto de Golf de Argentina, debió suspenderse por las
tormentas eléctricas. Nada favorece a los 18 huecos más inútiles y ociosos
del planeta. En el Cusco, se reunieron los gobernantes de 12
naciones de Sudamérica, que representan 361 millones de habitantes y
exportaciones por 180 mil millones de dólares. Una alianza andina hacia una
integración real, donde confluyen importantes bloques subregionales: la
Comunidad Andina de Naciones, que integran Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y
Bolivia, y el Mercosur, con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. El tiempo dirá
si la burocracia no le gana a la integración, como ocurrió en el siglo XX. Se
ha lanzado un slogan: Sudamérica para los sudamericanos. Yo diría, un Sur
unido para negociar y pararse frente al mundo. 14 mil kilómetros cuadrados
de bosques, se talan anualmente en el Amazonas brasileño. Una cifra para
pensar.
¿Un blindaje más seguro para los soldados y la muerte?
El slogan de la Casa Blanca: un mundo más seguro, es
inseguro hasta para sus tropas en Irak que reclaman más blindaje para sus vehículos.
Se va a la guerra con el ejército que se tiene, sentenció y respondió tajante
a la tropa, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en una comparecencia en
Kuwait, ante el mayor desosiego que se ha producido desde que se inició la
guerra en Irak. (UNICEF, acuña la frase Un Mundo apropiado para los niños.
Pero habría que agregar, apropiado para vivir en la miseria, porque más de
mil millones no tienen acceso a bienes y servicios básicos. Tantas definiciones
idílicas, fantásticas, para un mundo real que agoniza, desvalorizado, ciego,
cruel, cada día más inseguro y bajo constante agresión Un mundo más seguro,
apropiado y próspero. Estados Unidos hará las primeras inversiones en Cuba,
después de su ruptura de relaciones hace más de cuatro décadas. Construirá
una moderna, cómoda y placentera cárcel en la base militar que ocupa en Guantánamo,
donde invertirá 25 millones de dólares para edificar 200 celdas para
prisioneros de guerra. El terror, valoriza la propiedad en ultramar. Lo que si
no contribuirá al desarrollo económico y social de la Isla, porque la mano de
obra será norteamericana, como los materiales, los custodios, la alimentación
y todo tipo de vituallas. Contará con una guardia profesional de 324 hombres, a
tiempo completo. Ahí gana la economía norteamericana, nuevas plazas de
trabajo. El terror globaliza las fronteras. Guantánamo es una base global,
porque allí están recluidas 550 personas provenientes de 42 países. Sólo
cuatro han sido condenados.
"¿Por qué los soldados tenemos que revisar los
basureros locales en busca de metal de desecho y cristal antibalas usado para
mejorar el blindaje de nuestros vehículos?", preguntó Wilson, provocando
estruendosos aplausos y vivas entre los más de 2000 uniformados reunidos
en un enorme hangar para participar en una sesión de preguntas y respuestas con
el secretario de Defensa. Lo cierto que las fuerzas de ocupación occidentales
han transformado en un gran basurero la vida y las ciudades de Irak, El
milenario país, cuna de la civilización, agoniza por metro cuadrado, y ya las
tropas saben que combaten contra un fantasma que se reproduce en las sombras del
desierto, en las enredadas callejuelas de Bagdad, en las ruinas de Faluya,
o donde el Tigris y El Eufrates viajan con la desconfianza de un comerciante
extranjero. Wilson dejó indefenso a Rumsfeld, como le ocurrió en un país del
Caribe en una reciente visita, cuando le preguntaron, ¿si las armas de
destrucción masiva no existen en Irak y aún las buscan algunos
funcionarios en su propia imaginación, por qué Washington no se lleva las que
abandonó en este país, tras décadas de ejercicios militares y de
experimentación con armas químicas sumamente letales? Sonrió Donald, y
confidenció con la certeza de un conocedor: antes de salir de Estados Unidos,
me advirtieron que me harían esa pregunta y yo le respondo: "este es un
caso cerrado". Poderosas bombas sin detonar y otras armas de guerra, aún
yacen enterradas en diversas islas del Pacífico, por donde transitan
diariamente los habitantes de esos lugares. Otros elementos químicos regados
por selvas o en el fondo marino de las cristalinas aguas caribeñas. Nadie
reconoce esas armas reales a punto de estallar, y no las quiere ver el
mundo, ni la ONU envió inspectores. Son países sin nombre, ni apellidos en el
escenario internacional. Hay parias de varias clases, al parecer. Parias
parecidos a una sentencia de muerte por los mísiles, invasiones o la
deshumanización de sus justas causas perdidas. Michael Moore, ya tiene un
caso, una historia real. El ojo de su cámara debe mirar ya para el Sur y ver
con los ojos del presente, el Sueño Americano.
Fuera de juego, más que ausencia
Im abseits, que significa en mi ausencia o al lado de
la vida, (-también lo he visto traducido como Fuera de Juego-) prefirió decir
en su discurso grabado, ante la Academia Sueca, la flamante Nobel de literatura,
e irreductible pianista austriaca, Elfriede Jelinek. Un enunciado aparentemente
claro, para un mensaje críptico en la literatura, alejado aparentemente de sus
posiciones políticas de izquierda, sin protocolo de ninguna naturaleza ni
concesiones. Se preguntó, si escribir es la propiedad de adaptarse a la
realidad, una realidad que no existe y que es complicada: «Una realidad que es
como un peinado que adoptan los poetas aunque ningún peine sea capaz de
desenredarlo y les martiriza durante la noche. refiriéndose El tiempo, sostuvo,
«que nunca se vive, pero que penetra en la obra de todos los escritores. Tal
vez se llega, a un camino imaginario «azotado por el viento de la rabia y de la
radioactividad, un camino que descubre las caras cubiertas de sangre que vemos
por televisión, las caras de las mujeres que no tienen voz, un camino que
es la escena indiferente de tantos pecados, y que está cerrado para mí, porque
me encuentro a un lado de la vida.
El lenguaje es un perro, dijo, que me debería proteger, pero
también me acosa y persigue como una cámara de fotos "Tiene muchos
nombres y desaparece a veces". Y siguió en su críptico laberinto en el
Danubio oscuro de su lenguaje evocador de su propio lenguaje. Nada, nadie llegó.
Lo que queda del lenguaje no lo deciden los autores. Lo que queda, ha
desaparecido. Contra toda lógica, lo que nunca llegó quiere quedarse un rato.
Lo más pasajero -el lenguaje- se ha desvanecido. Aquello que debería
permanecer, siempre está lejos o, por lo menos, no está aquí. Y terminó
interrogándose, enfatizar sobre su a pregunta: «Was bleibt einem also libring
(¿Qué nos queda?)» La vienesa, que sé auto califica de Cassandra, autora de
la novela, La pianista, pone al descubierto el lenguaje cotidiano mudo,
engañoso, falso, desmitifica la palabra como algo bello, bondadoso y bobo.
El lenguaje es lo más problemático, nos dice, es el que funda la realidad, y
con él debemos convivir de una manera más creativa, real, verdadera. Exorciza
la verdad a través de la mentira, con un lenguaje grotesco, descalabrado
en sí mismo. El lenguaje, a pesar de su inconveniente, es lo más importante
dentro del ser humano, su herramienta más eficaz, nos expresa una y otra vez,,
Elfriede Jelinek, quien subraya que el lugar del escritor es la
marginalidad. Es una realidad desgreñada, la que describió ante la Academia
Sueca, aunque se salga muy bien peinado de casa, se enreda el cabello y no hay
peine que pueda desenredarlo. Penélope en su lenguaje de encuentro con Ulises,
hacía todo lo contrario o despejaba el camino, entre el origen y el fin, hacía
y deshacía el tiempo entre sus dedos. "La escritura, que tiene que ver con
lo que ocurre, se cuela entre los dedos como el tiempo, y no sólo mientras se
está escribiendo, que es un tiempo en que la vida se detiene. Nadie se
pierde nada si la vida se detiene. Ni quien está vivo ni el tiempo muerto, y
mucho menos quien está muerto. El tiempo, como alguien ha escrito, se introduce
en las obras de otros escritores", concluyó.
El siglo XXI es el fin de tradicional tiempo. Ya no tiene
espalda el tiempo, ni rostro. El tiempo se lava las manos y deja que un largo río
corra. El tiempo no avanza, ni muere, es el ejercicio de su sombra el que
permanece. El tiempo es el espacio más eterno del presente. Jelinek se ha
perdido el baile en el salón Dorado, donde los Nobeles danzan al ritmo de
su nueva fortuna, pero seguramente recibirá en Viena el lauro de manos de la
Reina Silvia. No dormirá en el Grand Hotel, donde Pablo Neruda firmó en 1971:
de la bella ciudad fría, y el Palacio Real frente a nuestras ventanas. Suecia,
tierra vikinga, es centro de cultura mundial gracias al Nobel. Su boscosa
geografía bordea los 450 mil kilómetros cuadrados y fue un témpano de
hielo sólo hace 14 mil años. Tal vez por ello, la llegada de la
primavera es una fiesta de coros y fogatas en Suecia, la noche de Valpurgis.
Pero Jelinek es contrapunto y fuga de su propia realidad
femenina."Cuando uno tiene un destino, entonces es un hombre; cuando
uno se le impone un destino, entonces es una mujer".
La cabellera hirsuta del idioma
La cabellera hirsuta del idioma está en la Red- Una vieja
alcancía del abecedario. El idioma que no encuentra palabras y se llena de
gestos. Signos que simulan y disimulan y estimulan. Palabras que obnibulan.
Palabras que atraviesan el hilo de la noche. Palabras de lluvia. Palabras/
nieves blancas/osos/montañesas/trepadoras/al alba/sendero/camino de
seda/piel/rodillas/luz/vuela. Se recicla el aire, se clica el destino. El tiempo
es el mayor personaje de nuestro tiempo. El poeta William Blake, sostenía que
la visión real del Tiempo es una perpetua juventud. El Tiempo es un hombre, el
Espacio una mujer, y su porción viril es Muerte. Palabras de Blake. El
tiempo entra por ese espacio infinito y muere quizás en cada coito, que es la
pequeña muerte y esperanza de un nuevo amanecer. El tiempo, sin embargo, tiene
jornada completa. Desayuno, almuerzo y cena, y una merienda al atardecer. Se
alimenta de todos nosotros. Carga en un saco vacío todas las estaciones y la
eternidad la lleva en un anillo que nunca está en un mismo dedo. Su sombrero
atado al monólogo de Hamlet, decora la puerta de un aeropuerto, pero
alguien siempre se lo lleva y vuelve al mismo lugar. Sus carcajadas y tristezas
rojas y amarillas, pueden ser un trigal, la voz vacía en un acantilado, o la
higuera que crece de noche en medio del olvido. La enredadera ya ha remontado la
noche en sepulcral silencio de escalera sin dueño, estigmatizada por la mala
suerte.
En alguna posada o motel, la interpretarán como el fantástico
cuerpo de la noche que duerme a tu lado por su propia cuenta y riesgo. No ha
bebido una sola cerveza, está limpia de pulmones, olor a manzana, rotunda en su
boca de fresa dijeron al otro día los diarios. Una primera plana para la muerte
no es un hallazgo, es una fría constatación de la realidad, la rigurosa
palmada del presente. El café, el periódico crujiente, la mañana lenta
tortuga no abre los ojos más lentos porque no puede más que mirar la arena que
conduce al mar su caparazón, la espalda centenaria es su tiempo, tiempo
sin fuga posible y que el océano devolverá en el próximo apareamiento. El telón
no se despeja, si se baja. No basta con imaginar que uno borra el horizonte. Su
línea seguirá perpetua, marcada aunque no salga el sol.
Las preguntas
¿La aguja nació para ser buscada en el pajar?. ¿Las lágrimas,
para ser derramadas?. ¿La noche para oscurecer el día? ¿La Luna para inventar
las mareas y enamorar a los enamorados? ¿El chocolate para producir felicidad?
¿La poesía para soñar una mejor realidad? ¿El gusano para recordarnos la
muerte? ¿La serpiente para arrastrar el "pecado?" ¿Pecar por error u
omisión, o pecar por pecar? ¿El olvido nació para opacar la memoria? ¿El
silencio surgió para que existieran los paréntesis? ¿Las preguntas surgieron
para que existieran las respuestas o más preguntas? ¿Eva y Adán se quedaron
ene paraíso sin preguntas o encontraron la respuesta? ¿Quién hizo la
primera pregunta y dio la primera respuesta? Lo cierto es que el mundo cuenta
con muchas fábricas de preguntas y han surgido muchas más en estos años. Sus
nombres son algo triviales, los de las fábricas, digo: Lugar de la
incertidumbre, Sitio de Interrogantes, Sólo preguntas, Mi interrogante
favorita, La casa de la pregunta perfecta.
La pregunta esperada, La pregunta del amor, La última
pregunta. El mundo se saturó de preguntas y quiere respuestas. Las estadísticas
de la autodestrucción global, son un silencioso Apocalipsis, superior a todas a
las batallas emprendidas por la muerte. El hombre es una máquina eficaz de
aniquilamiento de su especie, demuele los cimientos de lo que le rodea, perfora
su propio cuerpo, hace irrespirable la atmósfera que le da vida y mantiene en
pie. Al slogan vacío de un mundo más seguro, debemos agregar, y
descontaminado y libre y democrático y solidario y de oportunidades y de paz.
¿Habría que crear las fábricas de las frases bien intencionadas? ? ¿Es una
buena pregunta? ¿Tendrá respuesta? Lanzarlas como esas alfombras rojas que dan
la bienvenida. ¿Cuántos pasos resiste una alfombra? ¿O cuánta vergüenza
tolera y soporta el país que recibe a un visitante non grato? No todas las
palabras son las adecuadas, ni sirven. Es tan indefinido, elástico, impreciso a
veces el lenguaje, que por eso inventaron el protocolo. La camisa de
fuerzas de la diplomacia: dos mentiras al mismo tiempo. El espanto y el horror
alquilan un cuarto a medias, al miedo que por precaución nunca se mira al
espejo.
Sobre esa débil, temerosa costilla, no se puede construir un
paraíso, ni siquiera una firme caseta en el desierto. Sopla diciembre los
mismos vientos de arena. ¿Al otro lado del mundo está la guerra o está
aquí? Los ataúdes embanderados son cadáveres. El ejercicio inútil de un
pequeño Dios. Es el spam, la mortal plegaria de la guerra que viene del
cielo en forma de misil de bombas de media tonelada. Estalla el sermón en la
montaña o en las ciudades de Irak. Es un mensaje para la eternidad, el de la más
devastadora prolongación en el tiempo. Por siempre, definitivamente, post,
post. For ever, ever. La montaña no devuelve el mensaje, se estremece. No es
Mahoma, es GWB. Disfrutaban matando, son las afirmaciones del
sargento de marines Jimmy Massey. "Yo sé que hemos matado a civiles
deliberadamente. "Nos hacían correr cantando: '¿Qué hace crecer la
hierba? ¡Sangre, sangre, sangre roja brillante!' y nos entrenan para matar,
mataremos!'...sostuvo Hinzman. Palabras coaguladas, rutina previa de la
muerte, paréntesis mentales saturados de azufre, los soldados dejan
sin habla a Dios. El mundo es más que una trinchera. Una parte se diseca, otra
sangra, pero también está el cuerpo de botánica, vivo, esplendoroso,
exuberante, que respira por todos los poros. La muerte no sólo es vieja, sino
puta. Después de Auschwitz, será imposible escribir poesía, dijo
Theodor Adorno. Paul Celan, judío, poeta, escribió en alemán después de
Auschwitz. Después del después siempre una palabra. La bella Beatriz guió al
divino Dante al Paraíso. Siempre una posibilidad. La renovación es el futuro
por encima de la muerte. Veo el ventanal de la noche que me repite escenas ya
conocidas. Es el huérfano metal que tabletea en el Medio Oriente, lejano mundo
aparentemente, pero todo es un eslabón que recorre como la sangre nuestro
cuerpo. Mañana se despejará el día. Lo sabe la noche y quizás el hombre
prefiera ignorarlo.
Silvia Banfield