"Cuando hay ruido en la economía, la gente empieza a cuestionar cosas a las que antes no le daba importancia". Con esta frase, un funcionario del Gobierno analizó el momento político que atraviesa el país, determinado por la desaceleración de la actividad, la inflación y las restricciones al mercado de cambios.
Tal vez por eso Cristina Kirchner desplazó a Amado Boudou del pequeño círculo que toma las decisiones en el Gobierno, en medio de las acusaciones que pesan en su contra por el affaire Ciccone. La caída en desgracia del Vicepresidente es inversamente proporcional al ascenso de Axel Kicillof, el nuevo gurú de la economía nacional.
Kicillof, justamente, es el ideólogo del megaplán de construcción de viviendas que acaba de lanzar el Gobierno para iniciar un proceso de reactivación de la economía. La presentación estuvo marcada por las desprolijidades: el viceministro habló de 400.000 casas y la ANSES solamente de 100.000 créditos.
Pero más allá de esta situación, que revela el apuro del Gobierno por torcer el rumbo persistente de la desaceleración económica, el proyecto es muy ambicioso y en términos políticos e ideológicos resulta una apuesta totalmente contraria a la que realizan los gobiernos europeos para enfrentar la crisis. "Si hay algo que nos enseñó Kirchner es a escapar para adelante", define otro funcionario consultado por este columnista. No es para menos: de acuerdo a las cifras del propio INDEC, la economía creció solamente 0,6% en abril en comparación con igual mes de 2011, el aumento más bajo desde octubre de 2009.
Época de restricciones
En medio de crecientes restricciones, comienza a discutirse más intensamente la forma en que el Gobierno invierte el dinero de los argentinos. Un reflejo de esta situación es el emplazamiento que hizo la Corte Suprema de Justicia a la ANSES para conocer los movimientos de los millonarios fondos que administra. En el organismo previsional que dirige Diego Bossio tienen dudas sobre la intencionalidad política de la Corte y no descartan que su postura —conocida un día después del lanzamiento del plan de viviendas— se relacione con la decisión de la Presidenta de avanzar en la eliminación de las jubilaciones de privilegio.
Por eso sospechan que la Corte tuvo una reacción corporativa al poner en la mira el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que administra la ANSES. "Que ni lo tengan en cuenta", aseguraron en el edificio de la avenida Córdoba e indicaron que el dinero del FGS se emplea para "impulsar la macroeconomía" del país.
El máximo tribunal de justicia está preocupado por la gran cantidad de sentencias jubilatorias que apeló el Gobierno —unas 180.000— frente a otras 20.000 que ya decidió pagar. El hecho de que la ANSES maneje en el FGS nada menos que 210.000 millones de pesos es una "gran zanahoria" que atrae a muchos. La Presidenta lo sabe y no está dispuesta a cederlo. Menos en un contexto en el que distintos actores de la política y la economía parecen encaminados a incrementar el nivel de la protesta social contra su gestión. Por eso en la Casa Rosada festejaron la decaída de los "cacerolazos" la semana que pasó.
Protestas coincidentes
Igualmente, el Gobierno tiene más de un motivo para preocuparse: las medidas de fuerza sorpresivas que comenzó a realizar el gremio de camioneros en la rama de transporte de caudales pueden extenderse como un reguero de pólvora a otros sectores de la actividad en los próximos días. Por eso Hugo Moyano ya comenzó a tantear el terreno para que el reclamo tenga un impacto realmente determinante. A tal punto que el jefe de la CGT maneja la hipótesis de un conflicto abierto con el Gobierno que lo lleve a coincidir en la protesta con la Mesa de Enlace de entidades agropecuarias.
Sucede que Eduardo Buzzi, Hugo Biolcati y compañía podrían volver a paralizar la comercialización del sector si el Ministerio de Agricultura no atiende sus demandas. Y Moyano aprovecharía la oportunidad para declarar un paro general en el transporte de cargas, como corolario de una serie de medidas sorpresivas. El contacto entre el jefe sindical y la Mesa de Enlace no es otro que Gerónimo "Momo" Venegas, el titular de la UATRE, quien quedó del lado de Moyano en la interna de la CGT y tiene muy buena relación con los ruralistas de los tiempos en los que compartían el Renatre, un organismo luego disuelto por el Gobierno.
En este contexto, la Presidenta llevó a internarse a su hijo Máximo y luego partió hacia Nueva York, donde reclamó al Reino Unido el inicio del diálogo por la soberanía de las Malvinas. Su intervención ante el Comité de Descolonización de la ONU tuvo lugar justo el día que se cumplieron 30 años del final de la guerra. Salvo la ausencia del PRO de Mauricio Macri, la integración de la delegación argentina en Estados Unidos reflejó que las Malvinas son una de las pocas causas nacionales que siguen vigentes. Todo lo demás, es motivo de discusión.
Mariano Spezzapria
NA