El hombre comenzó desde joven en la movida gremial, muy joven. Proveniente de un hogar humilde, a los 18 años comenzó su actividad en el sindicato de Camioneros y desde allí fue escalando a fuerza de paros sorpresivos y boicots varios a lo largo del paso de los años y diferentes gobiernos.
Uno de sus primeros logros fue una regulación legal a favor de ese gremio, convirtiéndose un líder sindical muy influyente, gracias a su carisma personal y su táctica de enfrentar a pequeños empresarios contra grandes negocios a efectos de debilitar la influencia del sector patronal y así lograr mayores beneficios para sus agremiados.
Con el tiempo, logró llegar a comandar el mismo sindicato y desde allí logró agrupar a todos los camioneros del país en un solo convenio nacional. Al mismo tiempo, pretendió incorporar a su gremio a trabajadores de otros rubros, como líneas aéreas, correo postal y tantas otras actividades ligadas al transporte. Siempre a través del más duro apriete. Para entonces, ya ostentaba acuerdos y contactos con el mundo de la política al más alto nivel.
No obstante ello, desde la Presidencia de la Nación comenzaron a mirarlo con gran resquemor y decidieron investigarlo. De esa indagación surgió claramente que el hombre estaba vinculado con personajes non sanctos, manejaba millonarias cuentas personales y tenía un grupo de empresas a nombre de supuestos testaferros.
Pronto, denuncias de diversa índole comenzaron a jaquearlo y su valoración personal comenzó a caer en picada. Previsor al extremo, poco antes había logrado abrirle las puertas del sindicato camionero a su propio hijo, quien aún hoy lidera ese gremio con gran poder.
¿De quién hablamos? No, no se trata de Hugo Moyano, sino de Jimmy Hoffa, poderoso sindicalista estadounidense desaparecido en 1975 en circunstancias aún no esclarecidas y dado por muerto oficialmente en 1982.
Como puede verse, la vida de uno y otro parecen calcadas. Sin embargo, es probable que Moyano no quiera seguir los pasos de Hoffa, quien terminó sucumbiendo en su enfrentamiento con los líderes mafiosos más peligrosos de Detroit y Nueva York, entre otros Estados.
El 30 de julio de 1975 fue la última vez que fue visto por su esposa, justo cuando salió de su casa en los suburbios de Chicago, para asistir a una reunión con el mafioso Anthony "Tony Jack" Giacalone, ex vicepresidente de los camioneros. Hasta el día de hoy, nada se sabe sobre su paradero.
Hay quienes aseguran que la enigmática desaparición de Hoffa se debió a un crimen mafioso, luego de intentar volar más alto de lo que sus alas le permitían.
Sea como fuere, queda una moraleja flotando en el aire: quien gusta jugar con fuego, es probable que termine quemado.
Carlos Forte
Twitter: @fortecarlos