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Cristina y la política de la “no política”

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SIN SEGURIDAD, SIN SALUD, SIN EDUCACIÓN, ETC
SIN SEGURIDAD, SIN SALUD, SIN EDUCACIÓN, ETC

¿Cómo hacer análisis político en un país donde la realidad no es la misma para su principal agente político que para el resto de los argentinos? Hasta tanto no admitamos que la democracia está tornándose una mera parte más del relato oficial, y que la Argentina se ha convertido en un local alquilado donde se instaló un mostrador, una caja, un jefe/a y obsecuentes empleados, no tiene sentido insistir en demarcar un escenario que oriente, sin distorsión, hacia adónde vamos.

 

Hay momentos en una sociedad donde las cosas se trastocan de tal manera que es muy difícil rearmar el rompecabezas. En ese preciso instante parece haberse detenido el reloj de los argentinos. El presente es indefinido, el futuro incierto, y el pasado es una historia que debiendo reconocérsela como propia, en cambio, nos resulta ajena. Se ha producido un secuestro del ayer, y los hechos, los protagonistas no se pueden reconocer.

Las fechas patrias se limitan a números enmarcados en algún almanaque vencido. Años atras, para esos días, por ejemplo, los estudiantes preparaban el vestuario y los disfraces para el acto del colegio. Hoy, en cambio, preparan las valijas porque implica que llega un fin de semana largo...

Los próceres ni siquiera son recordados por sus epopeyas e hidalguías. De un tiempo a esta parte, se nos han contado sus miserias más que sus glorias. Únicamente en Argentina, el Himno Nacional tiene un sinfin de variantes, y pretender que se sepa la letra parece ser una exigencia desmesurada. Y posiblemente lo sea, si hasta a hijos y sobrinos les causa gracia descubrir que en el primario, muchos de nosotros recitábamos a pie juntillas el Preámbulo de la Constitución Argentina... Cuántas piezas sueltas quedan por ubicar para completar el rompecabezas!

Seguramente para algunos, estos son detalles que no hacen a la coyuntura de la Argentina, y nada tendría que opinar al respecto una analista política. Sin embargo, esos pequeños datos que se han ido "perdiendo" o manipulando, son basamentos claves que al tambalear o reemplazarse, pasaron a ser más fuertes causas de lo que nos pasa, que un circunstancial Daniel Scioli o Hugo Moyano. Pero como suele ocurrir, elegimos quedarnos con la simplificación más fácil.

Por eso aquí estamos tratando de ubicar al líder sindical en un ahora ocasional como si fuera una de la figuritas que hay que encastrar, para lograr completar el paisaje con aquellas mil, dos mil o diez mil piezas. Así pasarán los años, los próceres continuarán perdiendo encanto, el Himno será reemplazado por una cumbia o un mambo, y en esos "detalles" —reitero aparentemente insignificantes—, continuarán estando las causas de lo que siga pasando en este escenario.

No debe asombrar que para ese entonces, los contemporáneos también permanezcan insistiendo en ubicar otras figuras, que bien pueden llegar a ser nietos o bisnietos de Moyano. La Argentina queda inexplicablemente en manos de herederos, no de quiénes tienen mérito. Nos gusta más el juego que lo serio.

Quizás haya una idiosincracia que nos determina, y explica el por qué somos una sociedad que tropieza dos veces con la misma piedra, que se equivoca como si la experiencia no sirviera, que va por el camino errado ¡y encima lo hace a conciencia!

La ciencia política no ofrece, lamentablemente, elementos de juicio para establecer situaciones que no responden al "arte de lo posible", sino a la naturaleza humana, o incluso a desequilibrios psíquicos de los actores de cada etapa.


El plagio, la redundancia u otro ángulo donde mirar

 

Creo que esta extensa introducción justifica si no hallan en este espacio, un análisis de lo que se supone que es política, pues en realidad lo que hay se reduce a negociados y escándalos.

No es sólo mérito del kirchnerismo el haber trashumado el Estado a la forma de un supermercado para ser gráficos. Pero en los últimos 9 años ha hecho esfuerzo suficiente para alcanzar el primer puesto en la lista de los involucrados.

Un análisis político se sustenta en variables concretas, no en arbitrariedades ni en caprichos personales. Requiere método, no improvisación de persona acosada por las circunstancias que ella misma eligió. Implica ordenamiento, no caos emocional aunque a éste se lo justifique con la extirpación de una glándula hormonal.

Un estudio del quehacer gubernamental toma en cuenta la práctica a la par de la teoría, y se detiene en las conductas y comportamientos de los dirigentes para establecer, a partir de la observación, principios generales acerca de su funcionamiento. No hay bola de cristal que proporcione los vértices de lo que vendrá, puede haber inferencia, deducción y, en el mejor de los casos, estudio, memoria sin fisuras, y savia que lega la experiencia de vivir o sobrevivir en esta tierra.

Ahora bien, ¿cómo hacer análisis político en un país donde la realidad no es la misma para su principal agente político que para el resto de los argentinos?

Hasta tanto no admitamos que la democracia está tornándose una mera parte más del relato oficial, y que la Argentina se ha convertido en un local alquilado donde se instaló un mostrador, una caja, un jefe/a y obsecuentes empleados, no tiene sentido insistir en demarcar un escenario que oriente, sin distorsión, hacia adónde vamos.

Podemos opinar, editorializar, tratar de convertir en palabras accesibles a los demás, lo que sucede en un complejo teatro donde se vende, compra y/o permuta la calidad de vida de los ciudadanos, pero no mucho más.

¿Qué importancia puede tener si Hugo Moyano llevó 10 mil o 40 mil personas a Plaza de Mayo? ¿Dónde está la trascendencia en marcar la inconducta de Scioli y la venganza de la Jefe de Estado? ¿Es crucial determinar quién es el más peronista, si total mañana, la Presidente según amanezca hace desaparecer a uno o a ambos ya sea negando fondos, ya sea transando con otros sindicatos, pero en todo momento haciendo que nuestro objetivo de completar el cuadro quede imposibilitado?

Convengamos que todo puede suceder cuando es la insondable psiquis de una dama la que prevalece por sobre la norma, y el Estado es apenas el nombre que se le ha puesto a aquel local alquilado.

Ahora bien, lo interesante del caso sería dar con las razones por las cuales los ciudadanos no tomamos conciencia de esta situación, hasta tanto la economía muestra su colapso. Y ahí volvemos entonces a los "detalles insignificantes" del primer párrafo.

Si el ayer está falseado, si el hoy es abstracto, y el porvenir se limita a qué hora debo poner el despertador para levantarme a la mañana, inútil es adquirir conciencia de todo cuanto acarrea ser ciudadano, menos todavía entender de qué manera se proyecta la vida en países civilizados.

En ese marco, todo es tan relativo que hasta desaparece al alcance de los sentidos: la política de seguridad consiste en que no haya política de seguridad, la política de salud consiste en que no haya política de salud y así sucesivamente. El lucro del negocio de unos pocos, es pues, la gente.

Esa misma gente que no sabe sobre fechas patrias, que apenas tararea el Himno, que no tiene arraigo a nada ni a nadie porque le han usurpado hasta la esencia de su pasado, es decir: las raíces. Raíces a partir de las cuales va creciendo el árbol. Cuando estas son cortadas, no se crece se estanca. Y estancados estamos, mientras en el supermercado de recursos naturales, industrias, materias primas, mano de obra y comodities que debieran ser venerados, se sigue negociando...

Estancados, asimismo, por haber permitido que los "detalles" (aparentemente insignificantes) se pasen por alto, lo que ha quedado es tronco petrificado. Ciertamente, para muchos ver troncos implica ver bosque y hasta ver árboles, pero eso no es más que distorsión del cuadro. Es demasiado común en nosotros andar perdiendo el foco. Hoy hay adolescentes y hasta adultos incapaces de advertir que el uniforme al que les indican despreciar por una época infame, es también el que usaron San Martín y Belgrano. "El habito no hace al monje", ni el monje es el habito.


Simplificaciones para finalizar

 

Tal vez la semana que se inicia, arroje material más afin a la realidad pues es lo que se precisa para que regrese el análisis político semanal con alguna dosis de seriedad. Resulta una falta de respeto al lector insistirle con redundancias y obviedades. Pero de creerlo necesario diremos que:

-Está desatada la pelea 2013-2015, y no hay ganador en el corto plazo como pretenden hacer creer si Moyano continúa o no al frente de la CGT.

-Que el oficialismo olvidó definitivamente la transversalidad inicial de su concepción política porque siente que la parafernalia justicialista aún es eficiente.

-Que es ingenuo —por parte de Cristina—, creer que si arroja la bomba en la provincia no hará estruendo en todo el resto de la geografía.

-Que está demostrando gradualmente, pero sin pausa y con prisa, una superación preocupante en la toma de decisiones dictatoriales.

-Que es insólito que no haya oposición que señale y denuncie el uso personal de las fuerzas de seguridad, o que libere zonas incitando la criminalidad.

-Que si creíamos que en Angola lo habíamos visto y escuchado todo, falta Arzbejian

-Que en San Luis ha dado un paso más hacia el desequilibrio mental sosteniendo que "los chanchitos nacen con su mamá y están con ella unos siete días; luego pasan por otros dos lugares más y esto les produce estrés, porque cuando son destetados los juntan y comienzan a pelear para ver quién tiene la jefatura; se parecen en todo a nosotros (...) Los chanchitos son muy parecidos a los humanos, hay algunos más lindos y otros más feos, pero todos son chanchitos al fin” Aseguro que como Malena, "no habrá ninguna igual"...

-Que aunque lo que prime sea el bolsillo y la inflación, la sociedad esta comenzando a sentir el temor a la sinrazón, aunque es cierto, a la locura Erasmo la elogió. Claro que Erasmo a Cristina, no la conoció.

Pero todos estos ítems se han reiterado hasta el cansancio y seguirán reiterándose. Son los círculos viciosos a los que refirió en su "lapsus" Kicillof. Son el maquillaje del hoy furtivo y endeble como un castillo de naipes. Aquello que sigue explicando por qué estamos girando en una esfera inmóvil de insensatez, continua estando en los "detalles" (aparentemente insignificantes) que a muy pocos les importa, y el resto no quiere ni ver...

 

Gabriela Pousa
Economía para Todos

 
 

24 comentarios Dejá tu comentario

  1. NUNCA LA ESCUCHE HABLAR DEL PROBLEMA DE LAS DROGAS, DEL NARCOTRAFICO, DE SI CUIDA LAS FRONTERAS, RARO HACE DIAS QUE ESTAMOS BOMBARDEADOS POR NOTICIAS DRAMATICAS, ASESINATOS, ROBOS ETC Y ELLA SALE A PRESENTAR MUÑEQUITOS PARTIDARIOS HACIENDO ABUSO DE LA CASA ROSADA, CASA DEL PUEBLO TODO Y NO DE SU PARTIDO. Ultimamente estoy pensando que alguien le dicta letra desde algun lugar remoto. No puede ser que se la vea aparentemente tan aislada politicamente y tome medidas muy arriesgadas sin consultar a su gabinete, a sus ministros, a la oposicion etc.

  2. Para los que hoy "están descubriendo" a Gabriela Pouza (creo que éste es el tercer artículo que publica en Tribuna) y tanto se sienten identificados con sus verdades incisivas, les comento que no es una recién llegada a estas lides. Esta excelente periodista es Licenciada en Comunicacion Social y Master en Economia y Ciencias Politicas. Además dirige un portal y sus artículos son reproducidos (y disfrutados) hace mucho tiempo en los más importantes sitios de opinión de la web y de la prensa independiente. Es una satisfacción --como asiduo lector de Tribuna-- leer a Gabriela ahora desde aquí y que puedan hacer lo propio todos aquellos que se identifican con los mismos ideales de libertad, democracia y verdad que también persiguen día a día Christian Sanz y todo su equipo.

  3. Gabriela Pouza excelente tu artìculo. Necesitamos ir tomando conciencia de la gravedad del peligro de ser conducidos por una demente. FELICITACIONES.

  4. MUY BUENO TU ARTICULO, Y FELICITCIONES A TRIBUNA POR TENER TANTOS DESTACADOS PERIODISTAS, NO DECAIGAN SON INDISPENSABLES PARA NOSOTROS ADSELANTE CON VUETRA VOZ. LO DE MANDAR MILITARES A LAS VILLAS ES DENIGRANTE, AHORA SE ACUERDAN DE LOS MILITARES, ELLOS SE AGUANTARON DE TODO TENDRIAN QUE NEGARSE A IR.

  5. Mi pensamiento y el de Malú coinciden 100%, sólo espero que reaccionemos, el temor(?) nos adormece...!!!!! Por Malú Kikuchi (17/06/2012) A lo largo de la vida le he tenido que pedir permiso a mis padres, a mis maestros, a veces a mi familia y a mis amigos. Pedir permiso es solicitar un consentimiento para hacer o decir algo. Se pide permiso por ser menor y no tener edad para decidir, por respeto, o por amor. También por temor. Soy mayor de edad, cumplo mis obligaciones ciudadanas, pero por alguna razón que no logro discernir, tengo que pedirle permiso a un funcionario, al que le pago el sueldo, para poder viajar, dejar que decida cuanto dinero necesito para el viaje, aclararle hacia donde voy y cuánto tiempo pienso estar, para que el individuo decida cuanto puedo gastar. ¡Y la plata es mía! Además, el funcionario, al que le pago el sueldo, que forma parte de un grupo de funcionarios, a los que también les pago el sueldo, eso incluye a la presidente, que es mi mandataria y yo soy su mandante, o sea que es mi, (nuestra) empleada, ha decidido que no puedo ahorrar en US$. Debo ahorrar en pesos que se devalúan todos los días, cuestión de obligarme a gastar, para que la economía no “se enfríe”. Alguien debería aclararle al, o a los funcionarios, incluyendo a la presidente, que la economía está entrando en un gélido invierno, y no es porque “el mundo se nos cayó encima”, salvo que Europa haya tenido la inverosímil puntería de caer sólo sobre Argentina, respetando las fronteras del Uruguay, Brasil, Chile y hasta de Paraguay. Tengo que pedir permiso para importar, desde remedios, hasta libros; tengo que pedir permiso para exportar. Tienen que decir qué se exporta, cuanto y a cuánto, y a partir de ahí, pagar retenciones sobre los dólares que gracias al esfuerzo y al trabajo de otros, que no son funcionarios, entran al país. Argentina necesita dólares, y por desgracia, como nos aclaró Pagliero, “¡no los fabricamos!”… todavía. Cuidado con la ex Ciccone , ésa que nadie sabe quiénes son los dueños y porqué, en un país que estatiza todo lo que puede, sigue siendo privada y no una subsidiaria de la Casa de la Moneda. ¡Tengo que pedir permiso para vivir! Con el disparatado sistema abolicionista del código penal (al que harán desaparecer si no hacemos algo al respecto), hay que pedirle permiso a los chorros para que sean gentiles y sólo nos roben, o asalten, o secuestren, pero que no nos maten o violen. Los malvivientes, “víctimas de la injusta sociedad”, salen en libertad, mientras nosotros acumulamos rejas, alarmas, puertas blindadas y pagamos seguridad privada. Tengo que pedir permiso para saber qué hacen con mis impuestos. ¿Y la ley de transparencia de los actos de gobierno? ¿Por qué tengo que mantener la millonaria pérdida diaria de Aerolíneas Argentinas para que los chicos de la Cámpora jueguen con los avioncitos y cobren sueldos siderales?????. A mi no me pidieron permiso para el disparate de “fútbol para todos”, que nos cuesta $1.200 millones por año, ni para “automovilismo para todos”, que nos cuesta $450 millones por año; ni para lanzar el 5° (quinto) plan de construcción de viviendas desde 2003, incluyendo “Pesadillas compartidas”, que se llevaron de nuestra plata, la friolera de $750 millones, y todo sale de los aportes de los jubilados. Nuestros aportes. Nadie contesta. Tengo que pedir permiso para saber por qué se confiscó (es el verbo adecuado) YPF y no se hizo como lo indica la ley de expropiaciones. Tengo que pedir permiso para saber por qué los actos de este gobierno a nivel internacional, hacen que mi país, Argentina, sea cada día menos creíble. Pido permiso para saber, pero nadie contesta. Mis preguntas no importan. Y deberían importar. Soy ciudadana argentina, pago impuestos, voto, dependen de mi, aunque sea minoría. ¿Cómo hemos llegado al punto en que el gobierno ignore estas verdades? ¿Tengo que pedir permiso para ejercer mis derechos constitucionales? ¿Tengo que pedir permiso para asumir mi ciudadanía argentina en plenitud? Algo está mal. Algo está profundamente equivocado en Argentina. Y no son sólo mis derechos, es más bien el hecho de permitir que coarten mis derechos y no exigir que me los respeten. Soy una ciudadana argentina; Argentina es (o debería ser) una república, y aunque forme parte de la minoría que no votó a este gobierno (46%), tengo inalienables derechos que hacer respetar. Y los opositores, casi todos ellos en sintonía con el pensamiento gubernamental, más honestos y más institucionales (lo que no es difícil,) nos deben una alternativa posible. Mis libertades individuales están en juego, no debo, ni puedo permitir que las avasallen. El gobierno, todos los que lo conforman, los tres poderes y en particular el ejecutivo, deben escuchar. Este no es el camino. Ya lo anduvimos demasiadas veces, ya sabemos de la euforia de los comienzos populistas y de los demoledores finales que inexorablemente llegan. De nosotros, de nuestros reclamos, de la reiteración de los mismos, de nuestra prédica constante sobre el respeto a la CN, y el respeto que nos debe el gobierno, de nuestro clamor por libertad y justicia, depende que cambien el rumbo. Y deben cambiarlo. De no hacerlo, una vez más, Argentinase hundirá y será más difícil salir de una nueva recaída. ¡Basta de pedir permiso!

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